Siempre Vengadores: El último clásico

Siempre Vengadores Texto 1

“Siempre Vengadores existe gracias a Carlos Pacheco”

Así de contundente comienza Kurt Busiek (“Marvels”, “Astro City”, “Arrowsmith” o “Liberty Project”) el texto que dedica al dibujante gaditano en el extraordinario número de Dolmen de este enero, que homenajea en su totalidad a Carlos Pacheco tras su desaparición. En efecto, en ese momento Busieck no conocía a Pacheco, el emergente talento que había revitalizado en un año con sus lápices a esos X-Men que ya llevaban años en una inercia sin rumbo tras la marcha del gran Chris Claremont. En el momento de renovar el contrato con Marvel, Pacheco pidió hacer Vengadores y hacerlo con Kurt Busiek. En ese punto, los héroes más poderosos de la tierra estaban viviendo un momento dulce en su legendaria cabecera, con un George Pérez pletórico que elevaba a lo máximo los guiones de Busiek. La posibilidad de hacer una segunda cabecera de los Vengadores estaba ahí, pero no para hacer una segunda serie que debilitase la franquicia y desdibujase el concepto de la serie “madre” (como ocurrió con la invasión de cabeceras mutante: esa fue realmente la verdadera “caída de los mutantes”). Mejor optar por una serie especial, limitada, que desarrollase un concepto que, a priori, no afectara el rumbo del título principal. Que sirviera de vehículo para un relato que pusiera en valor todo el bagaje que tenían como lectores tanto Busiek como Pacheco, que homenajeara a esos tebeos que leyeron tiempo atrás y conectara con el legado de los Vengadores, pero que no descuidara el momento en el que nacía.

Siempre Vengadores Texto 2

Lo que en un primer momento iba a ser “Un Mundo Encadenado” (“World in Chains”) no fructificó. Se trataba de una primera propuesta basada en una suerte de mundo paralelo donde el nazismo, con Cráneo Rojo a la cabeza, hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial. Idea que no llegó a puerto, quizá por la cercanía en el tiempo con la saga “La Era del Apocalipsis”, pero algunos de los diseños del proyecto llegaron a usarse en “Mutante X”.

Tras el brainstorming creativo entre guionista y dibujante, llegaron a la piedra filosofal sobre la que edificarían la trama. Descubriendo que ambos compartían querencias y afinidades con etapas y personajes, se construyó un equipo cuyos miembros venían, en su mayoría, de momentos dorados de la serie. Así, extraídos de su tiempo y lugar, se formó una de las alineaciones de los Vengadores que ha hecho historia.

“Siete Vengadores arrastrados a través del tiempo…”

Siempre Vengadores Texto 3

Así de la memoria lectora de Pacheco surgió este equipo de leyenda: el Capitán América de “La Saga del Imperio Secreto”, en su momento de mayor duda existencial; el más chulesco, machista, pomposo y arrogante Chaqueta Amarilla; un Ojo de Halcón recién salido del circo donde acabó tras “La Guerra Kree-Skrull”; y el Hank Pym y la Avispa de finales de siglo XXI, en un momento de “grandiosa” madurez. A ellos se unía Pájaro Cantor, como vengadora del futuro, y el nuevo Capitán Marvel. Todo un elenco definitivo con una misión: proteger la vida de Rick Jones en una contienda entre Inmortus y Kang en la que el futuro de la humanidad y la existencia misma estaba en juego.

Una premisa de partida ambiciosa sin duda. Vista ya con la distancia, podemos afirmar que la llevaron a buen puerto. A esa meta que solo consiguen muy pocas obras: que es conquistar lo más alto. Ahí es donde está “Siempre Vengadores” («Avengers Forever«), de Kurt Busiek, Carlos Pacheco, Jesús Merino y Steve Oliff. Un dream team tan potente como los héroes que aparecían en el tebeo, que contó con colaboraciones como George Pérez, poniendo las tintas a los lápices de Pacheco en la portada del primer número; y Roger Stern, que colaboró en los plots de algunas de las entregas cuando los plazos arreciaban.

“Vengador una vez. Vengador Siempre”

Siempre Vengadores Texto 4

Por el camino nos encontramos una historia que, a día de hoy, mantiene su encanto y oficio intacto. Que entronca con lo mejor que ha pasado por los Vengadores a lo largo de la historia y nos lleva a la prodigiosa creatividad de Steve Englehart. Hay mucho amor y reconocimiento hacia el mejor Englehart en estos doce números, pero el tebeo no se queda solo en reconocer lo bueno del pasado, sino que resuelve “huecos de continuidad” en la historia de los Vengadores para dar esa cohesión robusta a estos doce tebeos. Unos tebeos que se engrandecen por sí mismos, pero son más grandes para quien lea estas páginas con un bagaje previo, por todas las referencias que se sembraron a lo largo de sus páginas. Incluido el cameo donde descubrimos a la “Triada Vértice” en acción, por poner solo un ejemplo.

“Siempre Vengadores” no solo fue un homenaje al pasado, fue el presente más caliente en su momento, por la demostración de que se podían hacer tebeos sobresalientes dentro de la tradición y siendo coherentes con el pasado de los personajes. También fue punto de partida para la carrera de Carlos Pacheco: con “Siempre Vengadores” el dibujante de San Roque no solo consolidó su posición en la primera división, sino que conquistó lo más alto con esas páginas tan cuidadas, con esa efectividad narrativa en cuanto a composición y disposición de viñetas. En «Siempre Vengadores» las viñetas de Pacheco guían de forma natural al lector en unas páginas con mucha sustancia argumental y plagadas de riqueza visual. Sus personajes, además, quedan definidos por el lenguaje corporal que emplean, transmitiendo con gestos, poses y miradas toda la información que complementa a la textual.

Siempre Vengadores Texto 5

Todo eso está en “Siempre Vengadores”: Punto de partida del mejor Pacheco y también, donde el dibujante cruza sus caminos con dos personas capitales en sus mejores obras. El gran Kurt Busiek y las colosales tintas de Jesús Merino. Nunca han brillado tanto los lápices de Pacheco como cuando los bañan las tintas de Merino. Su asociación artística duró varios años y ahí están páginas para el recuerdo que, en opinión de muchos, son ya historia del noveno arte. Lo mismo se puede decir de Kurt Busiek, con quien Pacheco y Merino llevaron a cabo su recordado “Superman. La caída de Cámelot” o el soberbio “Arrowsmith”.

Siempre Vengadores Texto 6

Por todo ello “Siempre Vengadores” no solo es la consagración de Carlos Pacheco en Marvel Comics. Es el principio de muchas cosas. También el final, pues estamos ante un tebeo que homenajea todo el legado vengador previo. Una vez escuché a Carlos Pacheco decir que «los cómics de los ´70 eran Rock´n Roll mientras que los tebeos actuales eran Pop». Siguiendo esa afirmación concluiremos que “Siempre Vengadores” destila Rock´n Roll por sus cuatro costados. Con la sensualidad y actitud de un primer Elvis, o la carga de profundidad del Neil Young más carismático. Como Jack Kirby, del que nunca te cansas y que cada vez que vuelves a él descubres una cosa nueva.  Con ese carisma que hace que, vengan las generaciones que vengan, siempre encontraran algo que apreciar y valorar en “Siempre Vengadores”. Quizá estemos ante el último clásico. Por eso tanto Kurt Busiek como Carlos Pacheco, Jesús Merino y Roger Stern tienen siempre una habitación reservada en el 890 de la Quinta Avenida de New York City.

¡Siempre Vengadores!

¡Siempre Kurt Busiek, Carlos Pacheco, Jesús Merino y Roger Stern!

Pacheco forever!

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