El Capitán América ha conseguido al fin regresar de la dimensión Z, el misterioso lugar al que le condujo Arnim Zola en contra de su voluntad. Está exhausto y destrozado, mental y físicamente, pero todavía con vida. Junto a él, se encuentra Negra Azabache, la hija de Zola, que se convirtió en la inesperada aliada del Centinela de la Libertad. Tras todos esos años de guerra contra su némesis, Steve Rogers derrotó a Zola, pero a un alto precio: durante la batalla final, perdió a su hijo adoptivo Ian y a su pareja Sharon Carter. Ahora debe integrarse en un mundo en el que sólo ha permanecido ausente unos instantes, lo que lo convierte de nuevo en un hombre fuera de época. Mientras tanto, Frank Simpson, el hombre conocido como Nuke llega a escena. Un producto inestable y violento de un experimento para recrear el suero del supersoldado, que dotó de poderes al Capi, ha reaparecido en el escenario bélico de Nrosveskistán. Este país, del este de Europa, se encuentra inmerso en una guerra y es allí donde Nuke ha atacado a civiles inocentes, en nombre de los Estados Unidos. El psicópata cuenta con la ayuda de un aliado misterioso con poderes místicos, quien ha jurado aniquilar a Occidente, en represalia por todos aquellos que han sufrido bajo su influencia. Así comienza esta historia del Centinela de la Libertad de la mano de Rick Remender, Carlos Pacheco, Klaus Janson, Dean White y Nic Klein, que ha pasado a la historia como «El Clavo de Hierro».
La que probablemente sea la trama más definitoria de la etapa de Rick Remender en la serie del Capitán América, sucede gracias a su interacción con el artista Carlos Pacheco. Rick Remender utiliza a Nuke como villano de esta historia. El personaje creado por Frank Miller («300″, «Sin City» , «Ronin» o «El Regreso del Caballero Oscuro«) y David Mazzucchelli para el relato de Born Again, que apareció en la historia Marvel en el número 232 de Daredevil. Como una metáfora a la perversión del sueño americano: un soldado psicópata, de obediencia ciega hacia sus superiores, que su único objetivo sería la recreación del Proyecto Renacimiento. También tuvo apariciones en Wolverine: Origins o en la etapa de los Thundersbolts, como en el universo Ultimate. Remender quiso quedarse con el villano tal y como lo concibieron sus autores originales, y olvidarse de las apariciones posteriores. Recurriendo al manido pero efectivo método de la amnesia, algo bastante sencillo de aceptar en el caso que nos ocupa, ya que es un personaje que mentalmente es muy fácil manipularlo. El guionista quiere avanzar a partir del ese inicio que dio Miller al personaje, para ir añadiendo detalles para conformar su historia.

Remender también trata de recuperar la esencia del Capitán América, salvando el reciente bache de su vida. Volviendo a recodar como Steve Rogers y sus compañeros como Maria Hill y Sam Wilson, vuelven a levantarse y no estar tirados en una cuneta. Gracias a Nuke tenemos una historia del Centinela de la Libertad, con la mirada puesta en el área gris de la política de Estados Unidos.
En los lápices tenemos al dibujante Carlos Pacheco («Arrowsmith«, «Superman. La caida de Camelot«, o «Siempre Vengadores«) para iniciar este arco argumental del Capitán América. Al artista gaditano le marcaron muchos de los autores que trabajaron con al abanderado de la barras y estrellas. Desde los tiempos de Jack Kirby, pasando por Jim Steranko o la etapa de Steve Englehart y Sal Buscema. Fue cogiendo referencias de todos ellos para iniciar el trabajo que tenemos entre manos. Además de que Rick Remender le diera manga ancha para que llenara con lo que le pareciera oportuno para mejorar la narrativa. Así quedan reflejadas por el dibujante refleja las inquietudes de nuestro héroe a través de su estética y del nuevo uniforme que diseñara para ello Jerome Opeña.

Con un estilo más militar respecto al del traje más popular, acercándolo a un marine americano. De esa manera se acerca un poco más a su estilo de trabajo, ya que al final se trata de un militar más del ejército. Según Pacheco, los detalles aparecidos en las viñetas no son un museo de la Segunda Guerra Mundial, son las vivencias de Steve Rogers. Uno de los más llamativos del primer número, en una de las escenas, es el uso de un Zippo (el mechero por excelencia en la Segunda Guerra Mundial) para quemar los recuerdos del Capitán. Todo ideado por la mente del sin par gaditano. Incluso estando trabajando para Marvel, en esta saga podemos ver un pequeño homenaje que realiza Pacheco a la Distinguida Competencia. En el funeral de la madre de Steve Rogers, a su espalda dibuja las tumbas de Rex Tyler y Jay Garrick. Identidades civiles de Hourman y el primer Flash, miembros de la JSA, que en ese momento había desaparecido del panorama editorial.
El entintado corre a cargo del otro de los más célebres artistas, llamado Klaus Janson. Aunque este autor es una referencia en el mundo del tebeo, su interacción con Pacheco no termina de funcionar. Se nota en esta obra que Jesús Merino no trabaja con Pacheco, ya que las líneas y estilos se difuminan más con Janson que con Merino.

Al color tenemos a Dean White, con su mayoría de trabajos realizados para Marvel, con una paleta de colores que no desentona con el estilo militar de la obra. Otra de las cosas que tenemos que mencionar en esta saga es que además de realizarla el gaditano, otro autor trabaja en algunos números. Nic Klein se dio a conocer en la serie de Nuevos Guerreros y posteriormente en la cabecera de Thor.
La primera edición del primer arco argumental en el que trabaja Pacheco, se produce en septiembre de 2013 en Estados Unidos por parte de Marvel Comics. En diciembre de 2013 llega a las librerías españolas por parte de Panini Comics en formato grapa. Actualmente se encuentra recopilado en un tomo de Marvel Now Deluxe, llamado “El Clavo de Hierro”. Leyendo esta historia y con el paso del tiempo podemos afirmar que es un relato interesante, pero tiene sus altibajos. El enfrentamiento del abanderado americano contra Nuke es lo más llamativo. Ojalá hubiera estado dibujado casi todo el arco por Pacheco, para mantener una armonía gráfica que hubiera mejorado bastante el tebeo.
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