
La situación actual del ritmo de producción editorial en España provoca la paradoja de que muchos títulos que merecen atención pasen inadvertidos por su publico potencial. El incesante vaivén de novedades y devoluciones provoca que tebeos hagan la ruta de almacén a tienda y de tienda a almacén, marcados por la temida fecha de devolución. Es la saturación de los tiempos que corren. Un exceso de oferta que no parece viable a medio plazo, a no ser que crezca la masa lectora. Aún con eso, siempre hay quien apuesta valientemente desde la independencia para llevar a cabo su proyecto, sin más (ni menos) activo que el de preparar un buen tebeo que merezca la pena cada céntimo de los que cuesta adquirirlo. Puede que no cuente con una gran campaña promocional detrás, ni con una red de distribución sólida para llegar a cualquier punto de venta, pero tiene en su haber lo esencial en este negocio: un buen tebeo.
Ese es el caso que nos ocupa hoy: Dread Comics, un nuevo magazine de terror que ha nacido al calor del crowfunding y dispone de los elementos necesarios para que cualquier aficionado a los relatos de este género le haga un hueco en su estantería. Un proyecto que nace desde la más absoluta independencia de Cat Skull Project, donde el arte de Jesús C. Gan («1937: La Batalla del Frío«, «La Orden Oscura» o «Cuentos de El Bosque de los suicidas«) se acompaña de guiones de David Braña, Raule, Javier Mora, César Herce y JOS para armar un excelente primer número.

Antes de sacar conclusiones vayamos por parte, como hacía aquel fino cirujano de White Chapel: “Dread Comics” se entronca en la tradición de los magazines de terror que siempre han estado presentes en el noveno arte a ambas orillas del Atlántico. Desde siempre, la temática por lo misterioso ha sido inherente al ser humano, junto con el temor a la muerte. De ahí han germinado novelas, leyendas, cuentos, relatos pulps, tebeos, películas… El miedo ha sido siempre curiosamente una gran fuente de entretenimiento. En esa tradición se engloba esta cabecera y esta entrega, que puede estar dignamente al lado de ejemplares de “Creepy” o “Dossier Negro”, por citar dos referencias clásicas (una de cada lado del océano).
Pero no solo es tradición lo que nos encontramos aquí. Hay amor por un género y por el formato revista a borbotones, tanto como las masas de negro que usa Gan en sus páginas. Pero no es solo eso. Aquí hay algo más que le dota de singularidad, y ese algo es frescura. Frescura por como te abordan los guiones de Braña, Raule, Mora, Hercé y JOS, que sin renunciar a los cánones comunes del género muestran un oficio solvente para concentrar en relatos breves grandes destellos del género.

Así desfila “El guardian del camino”, donde David Braña (“Córtex”, «Lady Enigma» o «Dugan«) comienza poniendo alto el liston. Le sigue Raule (“Jazz Maynard”, “El arte de Morir”, “Crom”; que actualmente está preparando junto a R.M. Guera un álbum de Conan para Glénat) con “Ramanga”, que nos deja un gran sabor a Pulp. Javier Mora (“1936: EL Alzamiento”) nos hace cruzar el Atlántico para llevarnos con “Wendigo” a una historia que soprenderá a más de uno. César Herce (“María Pita” o “Invierno Índigo”) nos presenta a “El Conde de Cabreras” en “La historia del viejo capitán”, donde la cuidada elección del lenguaje de los diálogos que impregna la historia es tan esencial para resultar efectivo el relato como el vampiro que dibuja Gan aquí. Un personaje, el Conde de Cabreras, que merece continuidad. Al igual que “Expósito y asociados”, la pareja de investigadores que nos trae JOS (“Bárbara, la bárbara” o “1937: Obejtivo Madrid”) en “Ruby”, una historia que bebe del subgénero del terror teenager, deja alguna que otra referencia cultural bien introducida y lo ancla todo en la actualidad de forma orgánica.
Como nexo unificador, el arte de Jesús C. Gan que a través de encuadres, composición y trazo saca todo el partido posible a estos pequeños relatos que engrandece con su arte, dotándoles de la plasticidad enérgica que precisan los caminos por los que discurren cada uno. Además Gan se reserva una historia de dos páginas como autor completo, “El monstruo”, que es una delicia.

Todo ello nos espera en “Dread Comics #1”, que además cuenta con unos interesantes textos de Javier Alcázar, hablándonos de la historia los magazines de terror nacionales, y de Carlos Plaza, que ahonda en la figura del simpar Howard Phillips Lovecraft. Un par de pin ups a cargo de Gan, uno homenajeando el “American Gothic” de Grant Wood, que se reproduce junto a estas líneas, culminan lo que contiene este primer número en apenas 72 páginas que edita Cat Skull Projetc. Sin duda, uno de los hallazgos de este 2023 entre la ingente avalancha de títulos que copan las librerías. Si sus siguientes entregas son como esta, esta revista ha de perdurar.
