
«Cosmic Detective» ya nació con fuerza. Tan solo anunciarse su campaña de Kickstarter, el combo formado por Jeff Lemire, Matt Kindt y David Rubín ya generó la suficiente expectación para materializar en solo dos días los 35.000 dólares que precisaba el proyecto para llevarse a cabo. No solo alcanzaron la cifra necesaria, sino que casi la quintuplicaron. «Cosmic Detective» aun no había nacido y ya era una sensación. Sensación que no dejó de agrandarse cuando por fin el tebeo vio la luz en el mercado de habla inglesa y, casi en un suspiro, en la edición española a cargo de Astiberri.
En lo literario, la alianza entre Jeff Lemire (“Black Hammer”, “Sentient” o “Sweet Tooth”) y Matt Kindt (“Ether”, “Divinity” y “BRZRKR”) ya ofrecía notables garantías al lector potencial. Al igual que el arte un David Rubín (“El Héroe”, “El Fuego” o “Beowulf”) cada vez más en forma, como se puede corroborar en sus trabajos de estos últimos años. Todo eso se confirma con creces en una obra que creemos nacida para destacar entre la multitud de títulos que inundan las tiendas mes a mes en todo el globo. La razón reside lo que nos espera dentro de sus páginas. Intentaremos, con la prudencia necesaria de no incurrir en spoilers, razonar y argumentarlo a continuación.

“Cuando asesinan a un dios, ¿quién resuelve el crimen?”
Bajo esa premisa de partida comienza este “tour de force”. Un aparente “Whodunit” inicial, que utiliza elementos y recursos del noir para llevarnos por una senda que no esconde en ningún momento el amor hacia el gran Jack Kirby y el torrente de creativa ciencia ficción que supone su legado artístico. Ese es el manantial del que beben Lemire y Kindt para dar forma un robusto guion que derrocha oficio y donde se apuntan varias sublecturas que enriquecen el resultado final. Pues si bien el desarrollo es aparentemente sencillo y de fácil recorrido para cualquier lector, hay varias referencias que esperan en este camino que harán las delicias del lector experimentado.
Al fin y al cabo, todo comienza con una manzana. Así nos la enseñan en la splash page de la primera página. Tras eso, un crimen por resolver y una verdad por descubrir. Una verdad que, de conocerse, puede ser contraproducente. Dicho esto, el abajo firmante recuerda y asocia el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal que sirvió, en la mitología judeocristiana, para expulsar al ser humano del Edén. Este es un ejemplo, de los muchos que hay, de las pequeñas joyas que esperan entre las 192 páginas que componen este “Cosmic Detective”.

Además de ello, se advierte una excelente fortaleza en la composición de personajes. Tanto por definición como por interacción, funcionan de forma orgánica, destacando por méritos propios ese detective que además de protagonizar la historia, sirve de punto empático con el lector. Son el engranaje para que la propuesta argumental llegue a buen puerto y vaya creciendo en intensidad.
En todo lo expuesto previamente queda una pieza fundamental pendiente de señalar y esa es el superlativo trabajo de David Rubín en el tebeo. Lo realizado aquí por Rubín supone un peldaño más en la trayectoria ascendente del dibujante gallego. Un camino, en términos generales, que siempre ha sido hacia arriba, desde aquel ya lejano, pero notable, “La tetería del oso malayo”. En «Cosmic Detective» Rubín vuelve a marcar la diferencia con unas composiciones de página y encuadres que ya son “marca de la casa” pero que siguen manteniendo la frescura intacta. Un logro nada fácil el de conseguir una identidad gráfica propia y, a la vez, seguir alumbrando resultados frescos. Para muestras de ello basta ojear este tebeo. Incluso las evidentes referencias gráficas de Kirby que aparecen en sus páginas, Rubín las hace suyas y las vierte con un selló plástico propio, bien asimiladas y conjugadas, pero dándoles personalidad propia. Dotándolas de ese “plus” que distingue la mera recreación de lo que nos espera aquí: viñetas y diseños que son un paso más en lo plástico, por lo que aportan y narran gráficamente.

Eso es lo que nos espera en este torrente de ciencia ficción con gotas de noir que supone Cosmic Detective: 192 páginas en un gran formato más que justificado a la luz de lo que aguarda dentro. La expectación que generaron Lemire, Kindt y Rubín no solo estaba justificada, sino que se quedó corta a la vista del tebeo alumbrado. Sin duda, uno de los destacables del año 2022 que hoy acaba.

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