Todo el mundo sabe que lo sobrenatural no existe. La teoría de los vampiros que se dedican a la hostelería nocturna no es más que un cuento de niños, al igual que las fantasías de hombres lobo expertos en el noble arte del guiñote. Tampoco hay ninguna constatación oficial de que los “cambiaformas” pululen por el pirineo oscense. Y ni mucho menos existe la magia o los hechiceros. Todo el mundo lo sabe. Incluso en Aragón. Es más, en esta tierra de “polvo, niebla, viento y sol” lo tenemos claro. Para eso existe “La Subdirección”, organismo dependiente del Gobierno de Aragón, que se encarga de silenciar cualquier acto que cometan estos seres sobrenaturales.

Es ese, el Aragón oculto, o mejo dicho, el «Aragón Nocturno«, el objeto de atención de la SGAP, siglas de la Subdirección General de Asuntos Paranormales del Gobierno de Aragón. Nacida en 2008 en la época de la Expo de Zaragoza, mantiene su actividad en la más absoluta clandestinidad para garantizar que lo paranormal no es real. Aunque a alguien le dé por exportar carne humana enlatada con sello de denominación de origen aragonesa. ¡Ríete tu del ternasco! Los hombres lobo alemanes prefieren al humano aragonés enlatado al vacío.

Puede parecer un absurdo lo que acabamos de expresar. De hecho, lo es. También es el punto de partida del excelente tebeo con el que GP Ediciones ha despedido el 2022: “La Subdirección: El misterio de la carne enlatada”, obra de Julio Embid y Ertito Montana. Un “delirium tremens” hecho viñeta que se pasea entre lo fantástico y la comedia para garantizar un buen rato a todo aquel que se adentre en sus páginas.

Julio Embid, periodista y escritor, autor de “Tránsfuga‘, ‘Con capa y antifaz‘ e ‘Hijos del Hormigón‘, irrumpe en el mundo del tebeo con una historia tan original como bizarra. Donde nos presenta un equipo de elite para combatir lo sobrenatural, compuesto por una vampira, un mago zaragozano y una “cambiaformas” del valle de Chistau (Gistaín para los foranos). Todos son cargos “de libre designación” del Gobierno de Aragón. Cuentan además con la asistencia de Chloe, única funcionaria de carrera (con oposición aprobada y todo); y la coordinación de su superior, Lucas Larradial, político de carrera encargado de dejar claro por activa y por pasiva la que los seres sobrenaturales no existen.

Pero esto solo es la presentación de lo que nos espera dentro: un delirio hecho tebeo que gana a cada viñeta dibujada por Ertito Montana (“Abraxas”, “Tigre Callejero” o “Sicarios”), que ha sabido dar su sello al original planteamiento de Embid y trasplantarlo a unas páginas vivas que materializan todas las posibilidades de lo que creemos y esperamos sea la primera aventura de muchas. Porque esta “Subdirección” tiene madera para protagonizar más aventuras a lo largo y ancho de las tres provincias aragonesas. Personajes como Maria Pilar Ibáñez u Olivier Pradas merecen más aventuras. ¡Qué demonios! ¡Sescún Brotons directamente ha de protagonizar un spin-off!

GP ediciones lo tuvo claro y reservó el estreno de “La Subdirección. El misterio de la carne enlatada” para el último Salón del Cómic de Zaragoza. No era para menos. Las 64 páginas que lo componen, en una edición en rústica y formato de álbum europeo, garantizan una irreverente diversión, entre lo sobrenatural y lo cómico. Ya se sabe, lo paranormal no existe en Aragón. Pero tebeos originales con denominación de origen sí. ¡Y que bien sienta leerlos!