El comienzo del 2022 nos traía a las estanterías nacionales «Density«, de la mano de Nuevo Nueve. El primer volumen de una trilogía donde Lewis Trondheim, Stan & Vince y Walter planteaban un refrescante cómic de ciencia ficción. Partiendo de los lugares comunes del género y aderezado con dosis de humor se nos presentaba una cabecera que, en un saludable tono ligero, recorría los tópicos superheróicos (y de invasiones alienígenas) para devenir en una lectura de esas que se devoran solas, por lo bien construido que resultaba su desarrollo.

El pasado septiembre Nuevo Nueve editó el segundo capítulo de esta divertida historia en tres actos. Una continuación que, lejos de ser predecible, anida en sus páginas las dosis de diversión necesarias para una vez comenzada su lectura no dejar el volumen hasta recorrer todas y cada una de las 104 páginas que lo componen.

Hechas las presentaciones en el capítulo precedente, Lewis Trondheim (“Infinity 8”, La Mazmorra” o “Mis circunstancias”) deja discurrir el nudo del relato con oficio y manejo de recursos notable. Sembrando este “camino del héroe” de los suficientes gags humorísticos y giros para que el recorrido merezca ser transitado. De forma natural, el poder que ha asumido Chloé la va llevar junto a sus compañeros de viaje a situaciones que darán mucho juego. Algunas predecibles por la premisa de partida, otras totalmente inesperadas. Todas ellas, eso sí, resueltas con el oficio que otorga un guion bien construido.

Un guion, como digo, que parte de una premisa ya conocida, pero pone el acento precisamente en lo menos esperable. Al fin y al cabo, invasiones alienígenas hay por doquier en el mundo del cómic. Personas normales que adquieren habilidades extraordinarias, también. Incluso revisiones de estos conceptos en clave de humor. Quizá el desparpajo y absurdo que aporta Trondheim en esta historia es lo que hace de “Density” un tebeo con alta concentración en entretenimiento de «calité». Hecho que queda reforzado por el estilo grafico adoptado por Stan & Vince, que sin descuidar un ambiente “realista”, ocasionalmente exageran algún trazo o perspectiva para dotar de mayor énfasis el momento que dibujan, generalmente humorístico. El sencillo color aplicado por Walter se rebela funcional, reforzando el necesario tono ligero que ha de tener esta saga.

Tras su lectura puede parecer que este mismo cómic no se toma en serio a sí mismo. Pero su objetivo lo consigue con efectiva resolución: entretener y sorprender. Logrando quizá algo difícil de conseguir: divertir. Esta es la propuesta que nos espera en el tebeo editado por Nuevo Nueve. Una propuesta que si bien de partida no es novedosa, posee la suficiente entidad y recursos para hacer pasar un gran rato al lector que se acerque a ella, que tras leerlo a buen seguro cerrará el volumen con una sonrisa en los labios.