“Kabi Nagata del futuro, ¿te encuentras un poco mejor?”

Así se expresa la autora en el segundo volumen de “Diario de Intercambio (Conmigo misma)”, – “Hitori Kokan Nikki” – dirigiéndose a su propio yo “del futuro”, en las entradas que componen este manga que cierra, por el momento, el camino emprendido con “Mi experiencia Lesbiana con la Soledad”, la obra que situó a Nagata en el panorama internacional y que Fandogamia tuvo a bien editar en castellano el pasado 2018, al igual que la primera parte de este diario, convirtiéndose en uno de los manga revelación del año en España.

A modo de entradas de diario, Nagata sigue narrándonos sus días, emociones y traumas. De soslayo, siempre presente la depresión que irrumpe en su vida y en una narración intimista en que las carencias emocionales y algunas patologías autodestructivas aparecen para componer el paisaje de un relato tan valiente como descarnado, pero no exento de dulzura. Ingrediente indispensable para digerir este manga y que el lector empatice con la autora.

Si en “Mi Experiencia Lesbiana con la Soledad” asistíamos a la depresión que padeció Nagata en la veintena y el despertar de su orientación sexual –y primer contacto físico– a los 28 años, en el primer volumen del “diario” el lector es partícipe de la evolución de la salud emocional de una Kabi Nagata que ya se puede ganar la vida como mangaka y que lucha internamente por alcanzar la plenitud siendo independiente.  No será fácil ese camino hacia la independencia y la madurez, pues las carencias emocionales o patológicas le acompañan. Así las veremos manifestarse en los hechos que nos cuenta Nagata en este segundo volumen, quizá el más duro en lo que cuenta de la enfermedad de la autora y a la vez, el más valiente y donde quizá se atisba la posibilidad de salir del bucle que provoca una enfermedad como la depresión.

“Durante este tiempo en que he estado vendiendo mi intimidad y la de mi familia, se ha ido acumulando un desgaste que me llega ahora de golpe”

No encontraremos en estas obras las causas explicativas de esa patología, pero sí lograremos empatizar con una autora que tiene la valentía de mostrarnos de forma descarnada el duro proceso que ha ido viviendo mientras, por otro lado, su carrera profesional iba despegando. Todo gráficamente acompañado por un trazo tan sencillo como efectivo para lo que nos quiere contar. Así, de forma natural y orgánica, y en un tono marcadamente subjetivo, reflexiones cercanas al psicoanálisis confluirán con el dolor descarnado mientras la catarsis del camino literario emprendido por Nagata hace su cometido en este relato que discurre entre lo biográfico y el ensayo, y que culmina, en un imponente “tour de force”, con este segundo volumen.

Al igual que la edición japonesa de Shogakukan, el volumen de 176 páginas editado en castellano por Fandogamia, en formato rústica con sobrecubiertas, se incluye como extra “La Melancolía de Chika” un antiguo manga de Kabi Nagata, de corte más mainstream tanto por temática como por el arte que exhibe la mangaka en esta historia. No obstante, tiene su razón que figure en el volumen: cuando se serializaba esta serie en la revista “Hibana”, este relato se publicó también allí. Un complemento que además nos permite, por un lado, acercarnos a la experiencia lectora que tuvieron los lectores de Hibana cuando el “diario” se serializaba, y por otro, ver un trabajo más comercial de Kabi Nagata. Con un arte final más acabado pero que, en comparación, queda deslucido ante el dibujo aparentemente más sencillo de las entradas del diario, que con una gran economicidad de trazo transmite emocionalmente mucho más. No por nada ese es el estilo que ha colocado a Nagata en el panorama internacional como una de las mangakas a tener en cuenta a partir de ahora.