“Del tercero, pero no de los tres. Un loto, la muerte y la resurrección del amor.
Una copa, de una copa.
Un cáliz, de un cáliz”

Dentro del “Western” existe un curioso subgénero, el “Weird Western”, donde se introducen, en esos relatos de frontera, elementos fantásticos y sobrenaturales. Relatos que situaban entre los parajes desérticos y la lucha por la supervivencia, elementos más ficcionales o mitológicos, desde lo mágico a lo siniestro. Así se cultivó un subgénero del que, sin duda, hay elementos en la obra que hoy nos ocupa: “Este del Oeste. El Apocalipsis Año Uno”, («East of West: The Apocalypse Year One«), el primero de los volúmenes integrales con los que Norma Editorial compila la exitosa serie de Jonathan Hickman, Nick Dragotta y Frank Martin.

Complejidad. Esa esa es una de las palabras que mejor define a Hickman cuando hablamos de su trabajo. Además de haber proporcionado parte de los mejores momentos en Marvel comics en las últimas décadas (“S.H.I.E.L.D”, “Los Cuatro Fantásticos”, “Vengadores”, «Secret Wars» “Guerreros Secretos” y el “Amanecer de X” de la Patrulla-X; o su reciente “D.I.OS.E.S. (G.O.D.S.), Hickman tiene autenticas joyas en su trayectoria como creador de series y personajes propios. Sirvan de ejemplo “Pax Romana” (donde también asume el dibujo), el delicioso delirio absoluto que supone “Los Proyectos Manhattan” o “Los asesinatos del Lunes Negro”. Todas con una constante en mayor o menor medida: que en cada historia que acomete se ocupa, no solo de dar un trasfondo y contexto al relato que cuenta, sino que lo expande hacia auténticos universos distópicos de los que se sirve, además de introducir en ocasiones cuestiones sociopolíticas, para plasmar un torrente de conceptos e ideas que hacen de la amalgama propuesta un resultado de una potencia absoluta.

La otra palabra es genialidad. Para ensamblar todo ese torrente de fantasía, nociones e ideas, en ocasiones inconexas, y obtener un fruto de coherencia conceptual rotunda. Tan único y desconcertante como rotundo, que una vez se completa, se agradece el viaje propuesto en el relato.

Son constantes que podemos rastrear tanto en su trabajo mas mainstream como en los más personales. “Este del Oeste” (“East of West”) pertenece a este grupo. Publicada por Image comics entre enero de 2013 (fecha portada marzo) y octubre de 2019 (fecha portada diciembre), supone una de las cimas de Hickman. También de Nick Dragotta y Frank Martin, dibujante y colorista que dieron con la estética adecuada para este western delirante. Tan deudor de los mitos de frontera como de las leyendas sobre el fin del mundo que recorren el planeta. Y de la sci-fi más rompedora.

A través de esa narrativa aparentemente hermética, Hickman va componiendo en las primeras entregas de la serie un escenario tan distópico como siniestro y atractivo. Y decimos aparentemente, porque, como en los buenos westerns crepusculares, la narración es sobria: sin excesos narrativos; dosificando la información de forma pausada, pero constante. Alimentando de este modo el fresco que resultará al final del relato, que crece conforme se avanza en su recorrido. Hickman sabe proporcionar en sus relatos de esos elementos, aparentemente de “atrezo” que no solo complementan, sino que apuntalan lo contado para elevarlo. Detalles que se pueden comprobar cuando se tiene la oportunidad de abordar varias entregas seguidas de sus obras, como es el caso de este volumen.

Aquí nos encontraremos una Norteamérica fragmentada en siete territorios: La Unión de los Estados Unidos de América, Los Estados Confederados de América, La República de los Estados Unidos de Texas, La Eterna Nación de Americanos, El Reino de Nueva Orleans y La República Popular de América son las naciones que conforman el territorio real estadounidense. El séptimo territorio es “El Armisticio”, el lugar donde las seis naciones firmaron una paz sostenida en intereses.

“Lo que nos divide es más fuerte de lo que nos une”

Ese es el escenario donde comienza el relato en un futuro no muy lejano. Un futuro en el que el apocalipsis se está gestando. Tres de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis van a llevarlo a cabo, aunque uno, Muerte, no haya acudido a la cita. Pues tiene cuentas que saldar: Sobrevivió a una traición y está dispuesto a resarcirse de ello. Habiendo perdido lo que más quería, busca recuperarlo…

Mientras tanto, seremos testigos de las conspiraciones y maquinaciones de los líderes políticos en sus relaciones diplomáticas y la forma de liderazgo que exhiben. También de la búsqueda de Guerra, Victoria y Hambre, los tres jinetes dispuestos a hacer pagar a Muerte la afrenta de no presentarse a su obligado deber. Planeando en cada página, la mitología de frontera y las relaciones de poder estarán en todo momento presentes, tanto en forma como en fondo.

Todo eso destila “El Apocalipsis: Año Uno”, compuesto por las quince primeras entregas y el one-shot “East of West: The World”, que da contexto a este rico universo. Un universo que no se puede entender sin el magnífico arte de Nick Dragotta y color de Frank Martin, responsables de dar una plena y solvente identidad gráfica al relato. A través de ejercicios soberbios de secuenciación, Dragotta nos mete de lleno en este árido mundo, donde no hay más lealtad que la supervivencia y lo más sagrado se puede sacrificar, si con ello hay un beneficio.

“Cuando somos leales es porque nos conviene”

El color de Frank Martin, tan potente y a la vez sobrio, cubre de una textura ideal esta amalgama entre la ciencia ficción y lo ancestral, mientras Muerte inicia su venganza y sus hermanos comienzan a “cabalgar”. Como constantes, el poder y la ética en conflicto por poseerlo, el amor y la traición, las lealtades interesadas… En el corazón, lo realmente preciado y la lucha por recuperarlo, cueste lo que cueste. En el horizonte, el fin del mundo.

Eso espera en las 504 páginas que componen “Este del Oeste. El Apocalipsis: Año Uno”. En un cuidado formato cartoné, cuenta con traducción de Uriel López y rotulación de Albert Agut. Las quince primeras entregas de esta serie ya clásica y «East of West: The World», junto jugosos extras como bocetos, ilustraciones, extractos del guion, material promocional, estudios de color y diseños conceptuales y de cubiertas, En conjunto todo un asiento preferente para presenciar el apocalipisis de forma privilegiada.

«Querías el fin del mundo… pues aquí lo tienes”