“Es repulsivo, inmoral, irresponsable y definitivamente no se puede confiar en él.”
Jean- Luc Picard
Cuando en la Federación Unida de Planetas se especulaba con la idea de seres super poderosos, se presumía también un alto grado de sentido ético. Quizá por eso, cuando Q irrumpió en la pequeña pantalla, en la serie “Star Trek: La Nueva Generación”, ya conquistó un lugar destacado en las preferencias del público Trekkie. No era para menos: un ser que se puede entender como un Dios, con la posibilidad de cambiar la realidad a su antojo. Perteneciente a una raza de seres inmortal, más allá de la comprensión que puedan tener en la Federación, se divierte manipulando a seres. Mezquino y ruin son adjetivos habituales para referirse a él en las naves de la Federación. Baste citar la opinión que el Capitán Picard guarda sobre este ser.
Una aparición de Q siempre levanta las expectativas entre el fandom. En IDW Publishing lo sabían e idearon la serie limitada a priori irresistible para cualquier Trekkie que se precie. Nos referimos a “El Conflicto Q” (“The Q Conflict”), editada en Estados Unidos en 2019 y que Drakul tuvo a bien editar el año pasado por este rincón del espacio.
Una obra a cargo de Scott Tipton, David Tipton, David Messina, Elisabetta D’Amico, Alessandra Alexakis y Silvia Califano, que guarda una premisa de partida muy apetecible. El juego que va a llevar a cabo Q: sacar de tiempo y espacio a una serie de individuos para que se presten al juego que está llevando Q para no aburrirse del tedio de la eternidad. Y esos individuos son los miembros de las tripulaciones que protagonizaron cuatro de las series de la franquicia: “Star Trek” de 1966; “Star Trek. La Nueva Generación”, de 1987; “Star Trek Espacio Profundo 9”, de 1993 y “Star Trek Voyager”, de 1995.
Un juego que se convertirá en una suerte de pruebas intergaláctica e intertemporal. Que protagonizarán las tripulaciones a cargo de James Tiberius Kirk, Jean-Luc Picard, Benjamin Lafayette Sisko y Kathryn Janeway. Y como si estuvieran en un campamento, Q y sus semejantes diseñaran cuatro equipos combinando miembros de cada una de las tripulaciones.
Ni que decir tiene que el ingrediente “fan service” está servido. Y se produce con esmero por parte de los hermanos Tipton. Conocedores de la franquicia, suya es la maravillosa adaptación del celebrado guion de Harlan Ellison para uno de los mejores tebeos trekkies jamás producidos: “Star Trek. La ciudad al borde de la eternidad”. En “El Conflicto Q” vuelven a dar muestras de savoir faire desplegando una divertida historia plagada de guiños y referencias para los fans de la saga de Gene Roddenberry.
Todo sazonado de la épica y la sci-fi marca de la casa, este primer encuentro de cuatro pilares de la saga de Star Trek supone una fiesta para el fan. Todo un acontecimiento que David Messina retrata con su lápiz, con la colaboración de Silvia Califano en la cuarta entrega de la obra, mientras que las tintas son a cargo de Elisabetta D’Amico y el color recae en Alessandra Alexakis.
Un evento hecho papel que supera la frontera final del espacio. No es un tebeo para adentrarse en el mundo Trekkie, para esa finalidad hay otros que cumplen mejor esa función y que Drakul ya editó en castellano, como “Star Trek, Destino Manifiesto” o el ya citado “Star Trek. La ciudad al borde de la eternidad”. “El Conflicto Q” apela directamente al Trekkie con unas bazas más que ganadoras, pues en estas páginas el fan de la saga encontrará auténticos momentos cumbre en las interacciones de los diferentes personajes que participan en el tebeo. Worf, Data, Siete de Nueve, Odo, McCoy, Riker, Quark, Paris, Spock, el doctor, Sulu, Tuvok, Bashir, Chekov, B’Elanna Torres, Kira, Uhura, La Forge, el jefe O’Brien, Chakotay, Jadzia Dax… Todos ellos tienen, en mayor o menor medida, su momento. Y eso el fan lo sabrá apreciar.
Un tebeo que Drakul lo ha editado en España en un único volumen en rústica de 144 páginas, que comprenden las seis entregas de esta serie limitada. Como extras, nos encontramos todas las covers de la edición en grapa estadounidenses, a cargo del propio David Messina, las estupendas variant covers a cargo de George Caltsoudas y la reproducción conjunta de las cuatro “connecting covers” que realizó J.K. Woodward, en la que vemos las cuatro tripulaciones. Una macroilustración esta última que encantará a los más fans, y que Drakul también ha reproducido en un bonito punto de libro, donde el reverso (o anverso, pues todo es relativo si está Q por medio) tenemos una ilustración del cómic de Picard. Así que, si tienes querencias Trekkies, ya sabes donde te espera una buena ración de buena ciencia ficción en viñetas.
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