El año pasado Fandogamia se encargó de traer al mercado en castellano el fresco manga de Honda: “Gaikotsu shotenin Honda-san” (ガイコツ書店員本田さん), donde Honda contaba sus vivencias en su etapa como dependienta de una tienda de manga. Unas vivencias que gracias a la editorial valenciana podemos disfrutar en “La Librera Calavera Honda-san”, saga de cuatro volúmenes de la que hoy nos centramos en su segunda entrega.

Publicada originalmente en formato digital en Pixiv entre 2015 y 2019, las vivencias de Honda vieron la luz en papel de la mano de Kadokawa Coporation y desde entonces no han hecho más que extenderse por el mundo. Para ello cuenta como bazas con un estilo directo, basado en la realidad y con un fuerte apoyo cómico en gags que refuerzan lo que la cadavérica protagonista vive en su rutina como librera. Una rutina que ha llegado a tener su versión animada con “Skull-face Bookseller Honda-san”, un anime de 13 capítulos realizado en el 2018 por el estudio DLE.

La original forma de presentar gráficamente a los personajes, mediante máscaras, le da un punto absurdo que viene bien a estos bocados de realidad laboral del sector que nos presenta Honda. Un testimonio marcado por los diferentes géneros del manga, el imparable ritmo de publicación de novedades en Japón (en donde prácticamente todos los días se publica una nueva referencia), la lucha logística por conseguir más unidades de cada título candidato a ser best seller….

Si el primer volumen nos introducía en el mundo de una librería manga, con bastantes similitudes a las librerías europeas y alguna que otra diferencia, en este segundo tomo profundizamos en el segundo paso evolutivo de Honda y su entorno: presenciaremos como se organizan sesiones de firmas y se coordinan eventos promocionales. Además de ello, a Honda le tocará lidiar con diferentes tipos de clientes, tan diversos como las peticiones de mangas que le hacen. En medio de todo ello, la constante “batalla” con la distribución y los comerciales estará presente. Hasta una suerte de delirante “encuentro sectorial” que no tiene desperdicio.

Todo ello se trata de forma directa y sencilla, en un todo de comedia agradable mezclado con una comedida crítica, que aparece velada en algún momento, consiguiendo quizá de esa forma un mayor efecto que si estuviera situada en primer plano. De propina, un par de capítulos extras donde Honda desarrolla un estilo mucho más “naif” que en los capítulos “oficiales”.

“Lo que yo dibujo es un manga de ensayo”

Así el absurdo va nutriéndose de lo que ocurre en la librería, un lugar que da para mucho que contar: como demuestran las páginas del segundo volumen. Una entrega en la que hechas las presentaciones de esta pseudo sit-com del mundillo, Honda tiene campo libre para ir más lejos, cambiar de nivel y aprovechar para explorar y profundizar lo que da de si el concepto de partida.  Tono, ritmo y tratamiento de lo contado son los tres puntos fuertes de estas vivencias, absurdas en ocasiones, pero en todo momento con un sentido de realidad pegado a cada viñeta. Así es la vida de esta librera y en las 138 páginas que componen el segundo volumen  editado por Fandogamia nos esperan una buena dosis de ingenio y humor absurdo para pasar un buen rato.