El legado que dejó el escritor Howard Phillips Lovecraft en el mundo literario y cultural es incalculable. Obras que han fascinado durante décadas a público, críticos y a posteriores creadores de historias. El terror más puro, el horror cósmico, las situaciones de pesadilla, grandes y monstruosas deidades provenientes del más allá terrenal y espiritual… Junto a otros escritores crearon el mítico Círculo Lovecraft, una especie de proto-chat de la época. Esos elementos que surgieron de aquellas colaboraciones han permanecido hasta el día de hoy y han influenciado a la cultura popular. No se entenderían el cine, el mundo televisivo y la literatura de mitad del siglo XX hasta la actualidad sin la figura del genio de Providence y sus compañeros de escritura. Los libros de Stephen King o de Clive Barker, películas como «Alien«, «La Cosa» o series muy actuales como «Stranger Things» o la reciente producción patria «30 Monedas» son claros ejemplos de ello. Por no hablar del universo de los juegos de rol con, por ejemplo, el juego «La llamada de Cthulhu». El mundo del cómic tampoco ha sido ajeno a esas influencias. Por supuesto el primer nombre que nos viene a la cabeza es el del cimmerio Conan. No en vano el creador del personaje fue uno de los miembros de aquel círculo, Robert E. Howard. Sería el guionista Roy Thomas el que apostaría por él en los años ’70 y el resto, como se suele decir, ya es historia. Otro nombre que resuena con fuerza en estos temas es el del guionista inglés Alan Moore. Se ha metido de lleno en la cosmología lovecraftiana en varias ocasiones, siendo una de las más recordadas su reciente obra Providence, donde ahonda en la figura del propio Lovecraft. Después tenemos homenajes a detalles de sus obras como ese asilo Arkham en la ciudad de Gotham o a la ciudad Lovecraft en la serie de Joe Hill y Gabriel Rodríguez: «Locke & Key». Mucho más reciente y de producción nacional es la obra que hoy traemos a la web. Una historia que contiene muchos de los elementos del universo lovecraftiano. Hablamos de «Tajubo«.
Tajubo fue publicado a finales del año pasado por parte de la zaragozana Editorial Cornoque a un precio de 12 euros. El guion corre a cargo de Santi Blasco y el dibujo es de Chema Cebolla. Tanto la editorial como los autores suelen producir cómics de género más humorístico así que Tajubo es una rara avis dentro de su producción. Santi Blasco es uno de los creadores del fanzine «Estafermo» y Chema Cebolla es uno de los habituales en la escena del cómic aragonés con obras como «Harry Clever» o «Veo por ti». La obra fue nominada en los últimos Premios del Cómic Aragonés al mejor guion, al mejor dibujo y a la mejor obra.
Tajubo nos cuenta la historia de tres amigos que deciden pasar un fin de semana pescando en los meandros del río Ebro. Los protagonistas, Fabián, Ángel y Fago (acompañado de su fiel perro Tino) se adentran en un territorio donde corre la leyenda del Tajubo, una criatura que emerge cada ciertos años de las profundidades del Ebro y que, si respondes a su llamada, se apodera de tu alma mientras corres, nadas y buceas junto a él. En su expedición sentirán que “el viento en el río suena diferente, algo hace agitar los troncos mientras un olor a pescado podrido impregna el ambiente y una sensación de soledad absoluta se apodera de ellos…” Dará comienzo entonces un carrusel de situaciones pesadillescas donde sobrevivir y salir de aquellos territorios bellos, hostiles y solitarios se convertirá en su principal objetivo…
Podríamos hablar de un relato ilustrado por la cantidad de texto presente. La prosa de Blasco es sorprendente, descriptiva, «malrollera» en ocasiones y con un irónico, surrealista y afilado sentido del humor, marca de la casa, que le viene muy bien a la obra. El dibujo de Cebolla, aunque pueda parecer algo estático, le viene de fábula a la historia. La figura del Tajubo y de los extraños “compañeros de viaje” que irán encontrando en su camino dan verdadero pavor y cumplen estupendamente su función. El uso del color, brillante y de gran viveza, contrasta a la perfección con una historia negra, muy oscura.
Tajubo resulta una lectura sorpresiva y que no dejará indiferente a los amantes del género y a todo el que se atreva a acercarse a ella. Es uno de esos cómics que suelen pasar desapercibidos en las múltiples publicaciones que inundan el mercado y que, a pesar de ser conocido en el mercado local aragonés, merece traspasar fronteras y aterrizar en las librerías de todo el terreno nacional. La obra bien lo merece.