España 1951. Las conversaciones entre la dictadura española y Estados Unidos van fructificando hacia ese acuerdo que sentará las bases militares del país norteamericano en nuestro país. Estamos en plena guerra fría a nivel mundial y en España continua la represión propia de una nación sin libertades. En Sevilla se celebrará una cumbre entre ambas naciones para intentar sellar el pacto….  A la cual asistirá el jefe del Estado, acompañado de la reliquia de la mano incorrupta de Santa Teresa. Como muestra de buena fe, la delegación americana contará con la presencia de una bailaora nacionalizada estadounidense de origen sevillano, Pura Hamilton, para agradar al dictador y poder llevar a buen puerto las negociaciones.

Pero Pura, otrora exiliada española siendo niña, tiene más intenciones que simplemente derrochar su arte ante el caudillo. Forma parte de un plan secreto de una organización de exiliados para acabar con el dictador. Esto es lo que nos vamos a encontrar en “Pura Hamilton. Objetivo: matar al traidor”. Una novela gráfica de Aurora Delgado y Nathalie Bellón editada desde la autogestión y la independencia por Hamilton & Asociadas, asociación sevillana que tiene por objetivos promover y dar visibilidad a proyectos culturales de mujeres sevillanas desde la absoluta libertad creativa.

Una aventura poblada de referencias al cine clásico y envuelta del glamour del mejor celuloide en blanco y negro. Aurora Delgado (“El corazón de Livingstone” o “Curva”, con la que fue finalista del premio Nadal)  nos propone un relato en el que mezcla esos dos mundos que existieron a uno y otro lado del Oceano Atlántico: por un lado los Estados Unidos del dorado “American Way of Life” donde lo artístico revestía glamour; por otro aquella España autárquica donde los vencedores hicieron valer el resultado de la guerra. En ese contexto, Delgado nos ofrece una original historia en el que el género de espias se entremezcla con las comedias clásicas de Hollywood, con abundantes dosis de humor y sarcasmo “made in Spain” y momentos que rozan lo histriónico: como el militar nazi oculto en Sevilla o la curiosa relación que mantiene el jefe del estado español con la reliquia que lleva siempre a cuestas

Las páginas que nos encontramos en un elegante blanco y negro, a cargo de la pluma de Nathalie Bellón (“Exploradoras” o, entre otros trabajos, su serie “Andailusas” junto a Penélope en el periódico “El Topo”), capturan ese guion donde confluye con naturalidad melodías de Frank Sinatra, El Lebrijano, Dean Martin y la Niña de los Peines. Bellón captura ambos mundos, de Nueva York a Sevilla, pasando por el Atántico, con un excelente gusto estético en cuanto a encuadres, un sintético dibujo y una sobria disposición de viñetas, que en la mayoría de las ocasiones nos remite a las daily strips clásicas. Todo ello dando de por si un resultado gráfico fresco, el que se obtiene cuando las referencias se asimilan para llevarlas a tu propio lenguaje.

EL volumen que, consta de 215 páginas en formato rustica y una excelente reproducción en papel hace que esta obra que ha editado Hamilton & Asociadas sea un objeto de deseo pop ya de por sí, comenzando la atracción ya desde la portada. Una excelente composición de Bellón donde el rojo del vestido de Pura Hamilton hace que no podamos resistirnos a la fuerza de que desprende la cubierta y que sintetiza a la perfección lo que nos espera dentro.

Tras su lectura, el poso es el mismo que nos despierta la anécdota (real) de cuando Frank Sinatra acabó, en su viaje relámpago a España en busca de Ava Gardner, en un cutre calabozo almeriense en aquella década (Hecho que hizo que Sinatra no volviera a pisar España hasta bien entrada la democracia).Así es ese paisaje que exhibe el contraste del glamour de la libertad frente a lo grotesco que despertaba aquella nación atrasada y rancia. En primer plano, una divertida aventura cargada de humor, que pone de relieve a esta Mata Hari flamenca que resulta ser Pura Hamilton. Un tebeo cargado de glamour universal. Destilando la misma magia de cuando se crea en libertad, la que evoca tanto al cine clásico, los viejos vinilos de los crooners míticos, las grabaciones que capturan la esencia de un tablao o la magia del noveno arte de las tiras diarias que aparecían en los periódicos. Todo nos lleva al glamour bien entendido, al savoir faire que destila Pura Hamilton. Puro glamour.