Los mundos del cine y la televisión y el del cómic siempre han estado muy ligados. Desde hace mucho tiempo se hacen versiones de películas o series de televisión al cómic y, sobre todo, del cómic a la pequeña y a la gran pantalla. Llevamos una larga temporada en la que parece que a los guionistas de Hollywood se les han secado las ideas y recurren al socorrido mundo de las viñetas para dar salida a sus productos. También ha habido mucho cambio de banquillo desde un mundo al otro. Tenemos los ejemplos de Josh Weedon que pasó de crear series míticas de televisión como fueron Firefly (que terminaría finalizándola en cómic) o Buffy, cazavampiros, que, por supuesto también tuvo su buena ración de tebeos y que ahí siguen, para después aterrizar en Marvel y crear junto a John Cassaday una de las etapas más recordadas de la franquicia mutante, Astonishing X-Men. Otro buen ejemplo es el de Brian K. Vaughan, que pasó de crear series de éxito para Image Comics y otras editoriales, con títulos como ExMachina o Y: el último hombre para entrar en el mundo de la televisión escribiendo capítulos de las series Bajo la cúpula o Lost, y después volver al mundo del cómic con más series exitosas. Ahí están las fantásticas Saga y Paper Girls para atestiguarlo. Frank Miller, Warren Ellis, Damon Lindelof, Jeph Loeb… La lista de autores es muy larga, como uno de los grandes protagonistas del que hoy vamos a hablar: Joseph Michael Straczynski.
Straczynski dio el salto de la pequeña pantalla, donde había creado la serie de culto Babylon 5, al mundo del cómic a través de la anteriormente citada Image Comics. Bajo el sub-sello Top Cow, y dentro de su propio sello llamado Joe’s Comics, junto al dibujante Gary Frank, las tintas de Jason Gorder y el color de Dan Kemp publicaron a principios de este siglo, en el año 2000, la maxi-serie de 12 números que hoy traemos a la web: Midnight Nation. En España fue publicada en formato grapa por parte de Planeta De Agostini Cómics en el año 2002. Años después Norma Editorial sería la encargada de volver a publicarlo en un tomo recopilatorio de tapa dura.
En Midnight Nation conoceremos la historia de un policía, David Grey, que investigando una serie de asesinatos de traficantes de drogas acabará encontrándose con unos seres de leyenda llamados Los Hombres o Los Caminantes (nada que ver con los muertos vivientes de “The Walking Dead”). Estos robaran su alma y vivirá en un estado de entre mundos, su cuerpo será intangible, cual Patrick Swayze en la película Ghost, y conocerá otro nuevo mundo en el que hay muchos como él. Comenzará entonces un viaje de un año con destino a Nueva York, para intentar recuperar su alma y no acabar como estos Caminantes. El problema es que en su meta final deberá encontrarse con el mismísimo Satán e intentar convencerle para que le devuelva su más preciada posesión. En su camino le acompañará una misteriosa mujer llamada Laurel que hará las veces de guía en este nuevo mundo y de la que no conocemos absolutamente nada. A través de flashbacks iremos sabiendo más sobre el pasado de David y Laurel. ¿Ésta última es aliada o enemiga? ¿Por qué le ayuda? ¿Cuál es su cometido en el viaje? ¿Conseguirá David recobrar su alma? ¿Qué precio tendrá que pagar para ello? Todas estas preguntas serán respondidas a lo largo de los doce números que componen la maxi-serie.
El guion y los diálogos son muy cinematográficos y se nota que Straczynski venía de ese mundo. La trama transcurre de forma muy orgánica y amparada bajo el recurso de los cliffhangers hace que te enganches y que no puedas parar de pasar una página tras otra hasta conocer el desenlace final de nuestros protagonistas.
El apartado gráfico de Gary Frank es sobresaliente. Sin duda es uno de los maestros, junto al dibujante Kevin Maguire, en las expresiones faciales, un arte que ha ido mejorando obra tras obra hasta la más reciente «El Reloj del Juicio Final”. Su dibujo entra por los ojos, no desentona con la historia, al revés, la enriquece, y hace mucho más atractiva la serie. Siempre es un placer disfrutar de sus lápices. El único pero que le pondríamos sería el color, un color un tanto plano, muy de la época, que no hace justicia a los dibujos de Frank. No se puede tener todo en la vida…
Midnight Nation es, en resumidas cuentas, una serie muy entretenida, una especie de road movie con final redentor que no decepciona pero que tampoco refulge como una de esas colecciones que se debe tener en cualquier cómicteca que se precie. Aún así os la recomendamos si decidís echarle un vistazo.