Madrid, 1929. La noche del foro guarda en sus entrañas lugares apasionantes. Locales como “El Cabaret de la Nada”, donde lo prohibido y lo deseado confluyen en sus espectáculos diarios. En el show destaca el número de una bailarina, que cuando comienza su danza, cual Salomé, obtiene la atención máxima del respetable. Ella es Satanela, ese misterioso objeto de deseo hecho carne.
El nuevo trompetista de la banda del local, Diego, sentirá la atracción nada más verla… y también las consecuencias que se deriven de ello. Pues la exótica y explosiva bailarina esconde mucho más de lo que a priori aparenta. Algo oculto que cambiará la vida del músico. Para siempre. Todo ello lo podemos encontrar en “Satanela”, el cómic de Alfonso Bueno López y Diego Simone, recientemente editado por Grafito Editorial.
Bajo una estética claramente inspirada en Louise Brooks, la actriz que sintetizó en los años veinte del pasado siglo el ideal de belleza de la época, nos encontramos con un personaje misterioso. Con tantos elementos atractivos en su composición como incógnitas despierta en los incautos hombres que se cruzan con ella. Satanela desprende ese magnetismo capaz de condenar a un hombre. De forma literal.
¿Qué hay detrás del placer? Tras la atracción y la tentación, qué se esconde? El folclore popular, de corte patriarcal, ha establecido esos lugares comunes a lo largo de los siglos para demonizar la sexualidad femenina que se haya fuera de la finalidad reproductora. Desde la edad media, la tradición cristiana ha asociado el placer sexual a lo demoniaco. Fruto de ello, queda para la imaginería popular seres fantásticos como las brujas o los súcubos. Seres, especialmente estos últimos, que pueden traer la condenación si un incauto cede a la tentación de sus favores.
Todo ello entronca de algún modo con el concepto de “mujer fatal” popularizado en el siglo XX en películas, cómics y novelas. Pues en esencia apela al mismo mensaje: La perdición que esconde una mujer atractiva e independiente. Alfonso Bueno con su guion, recoge ambas tradiciones y las hace una en Satanela: reflejando en su composición el mito medieval y entroncándolo con el concepto de “femme fatale” del cine mudo. Para ello nada mejor que visualmente optar por referencias deudoras de una de las primeras estrellas de cine de la época, Louise Brooks, que sintetiza a la perfección el ideal máximo de belleza de aquellos años.
Todo lo expuesto se observa en el trabajo realizado por Alfonso Bueno, que edifica un guion donde lo siniestro hace su aparición de forma tan natural como efectiva. De forma orgánica, sin estridencias, asistimos a un relato que funciona a la perfección en los parámetros que el género exige. Con suficientes elementos para mantener la atención del lector y con un hábil ejercicio de documentación y ambientación, que aporta más atractivo a la trama que se desarrolla.
Otro detalle a resaltar es el Madrid de época que nos muestra, reconocible en las primeras páginas del relato que sirven para presentar la obra y siniestro conforme cae la noche y se avanza en la lectura. Para ello, el arte del argentino Diego Simone (“Guro”) se revela fundamental. Dando el punto exacto que necesita cada página conforme la historia avanza y mostrando una capacidad onírica en sus pinceles que revelarán a la perfección lo que esconde la misteriosa y enigmática Satanela. En definitiva, el arte de Simone nos propone un universo gráfico tan potente como propio que singulariza lo plasmado en este tebeo y le da identidad propia.
Por todo ello, y para un mejor disfrute de esta obra, conviene no saber más sobre lo que encierra este tebeo. Como los buenos relatos de género de terror, la sorpresa será el mejor de los aliados. En estas viñetas alguna que otra hay. Lo mejor será descubrirlas a lo largo de las 104 páginas que componen esta obra editada por Grafito Editorial en formato rústica y dejarse caer en la tentación que supone el magnetismo de Satanela.