
“Dame las historias de referencia para la misión.”
Cuando uno empieza en un negocio como el de las viñetas es consciente que su trabajo, si nace fruto de la independencia más absoluta, puede encontrar un camino más difícil que el que recorrería si fuese acompañado por una editorial. Sin disponer de un aliado que produzca y distribuya tu obra, la barrera a la entrada económica puede echar atrás muchos proyectos antes incluso de materializarse. Tampoco puede ayudar no contar con las herramientas promocionales que disponen grandes medios editoriales. No obstante, si cuentas con lo más esencial y la confianza de que lo que tienes entre manos es lo suficientemente sólido para que alguien dedique su tiempo y esfuerzo a leerlo ya tienes mucho ganado. El elemento más esencial: Algo que merezca ser contado, dibujado, leído y disfrutado. Y mucho de ello hay en “Esferas”, la creación de César Saga y Paco Limón, junto al arte de Carina Altonaga, Ermitis Blanco, Pedro Villarejo, Claudio Sánchez Viveros y María Ayuso Esteban.

Hablar de “Esferas” es hablar de César Saga, creador del concepto y motor creativo y económico del proyecto. Un licenciado en Biología que encontró su lugar bajo el sol trabajando en una tienda de cómics del norte de la capital y allí se ha empapado de la mejor ciencia ficción a lo largo de los años. Forjado en el oficio junto a una de las leyendas de las tiendas de cómics del norte de Madrid, el añorado Javier Gómez que cuidó de cuatro generaciones de lectores del Barrio del Pilar, César ha aprovechado el tiempo durante todos estos años para, cual Quentin Tarantino en su época laboral en un videoclub, ir adquiriendo el bagaje que un día decidió materializarlo en estas «Esferas». Para ello contó con un socio en lo argumental: Paco Limón y una alineación de dibujantes para que pusieran viñetas a su proyecto.
Así en enero de 2020 ve la luz desde la más absoluta independencia “Esferas”: Un compendio de relatos de ciencia ficción que beben de la mejor tradición del género. Esa que consigue plantear premisas brillantes y sorprendentes, que te lleven por desarrollos argumentales que en ningún momento bajan el interés y que conforman un mosaico global que es mucho más de cada parte por separado. Donde más allá de las referencias de género o la trama evidente, está el poso de la metáfora que subyace en muchos de los planteamientos que te exponen estas páginas y la sensación de presenciar el inicio de un título muy prometedor.

A ello ayuda sabiamente la elección de los artistas que ilustran cada historia que conforma esta primera entrega. Desde la maravillosa portada a cargo de María Ayuso Esteban, que recoge la esencia de lo que nos vamos a encontrar dentro con la habilidad de no mostrar más que lo necesario, hasta la participación de cada uno de los artistas en cada relato propuesto. Carina Altonaga nos llevará con sus lápices y su hábil uso de los sombreados y luz a una situación de encrucijada de una civilización. Mientras que Ermitis Blanco, con un trazo que se nos antoja bebedor de la maestría de maestros como Sean Gordon Murphy a la hora de manejar el blanco y negro, nos lleva a explorar el espacio profundo. A continuación la síntesis del arte de Pedro Villarejo da con la tecla gráfica ideal para el pasaje quizá más efectivo del relato. Y para finalizar, Claudio Sánchez Viveros nos brinda las páginas que esconden más homenaje a la ciencia ficción de mediados del siglo XX.
Sin duda hay un homenaje implícito en esta publicación a los magazines de ciencia ficción que poblaron los quioscos tiempo atrás – de hecho tenemos hasta una suerte de “huéspedes espaciales” que ejercen como tales a modo de introducción – , pero no estamos ante un ejercicio de revival u homenaje, sino ante una propuesta novedosa tanto en forma y fondo. Las cuarenta páginas de esta entrega así lo corroboran. Una entrega que su principal motor califica de fanzine, aunque las características de esta edición de 40 páginas en glorioso blanco y negro en formato magazine hacen palidecer a muchas de las ediciones en grapa de grandes editoriales. Tanto por calidad de reproducción como por el gramaje de las páginas, resultando un producto de lujo.

A falta de concretar una distribución mayor, que sin duda por calidad la obra lo merece, “Esferas” se puede adquirir a través de la página oficial de Facebook del título. Un tebeo que quizá no cuente con el respaldo de una gran editorial detrás, pero posee lo más importante, el material con el que se construyen los sueños: las buenas historias. Misión Cumplida.