Time is on my side… Suena el clásico de The Rolling Stones al comienzo de escribir estas líneas. El tiempo, canta Mick Jagger, está de su parte, a su lado, en el mismo lugar… Aunque transcurra y llegue el inevitable envejecimiento. Ahora bien, imagínense que por un momento se pudieran alterar las leyes de la física y la dimensión que nos llevara a la madurez no fuera la temporal, sino la espacial… Se podría dar la paradoja que pudiéramos rejuvenecer yendo hacia un determinado lugar, o bien darnos un paseo por nuestra vejez tomando la dirección opuesta para luego retornar mediante nuestros pasos a la edad que más nos apeteciera. La mortalidad no vendría determinada por la duración, sino por el espacio que podemos recorrer, consiguiendo de este modo vencer a la nada, a la inexistencia, a la muerte… pues la eternidad vendría determinada por la dimensión de espacio donde podemos vivir para siempre. Esta es la premisa de la que parte “Cieloalto”, la obra de Diego Agrimbau y Pietro editada por Grafito Editorial.
“El Tiempo era mi única riqueza, lo único que poseía en grandes cantidades.”
Así conoceremos la ciudad de Cieloalto, una urbe construida en lo alto de un puente y que se extiende a lo largo de la estructura. La población está dividida entre “los permanentes”, los seres humanos que envejecen o rejuvenecen en función del lugar de la población donde se encuentren; y “los viajantes”, personas que sí están sujetas al paso del tiempo y a la muerte, pero que en cambio pueden moverse por cualquier lugar sin ver alterado su estado físico. Dos clases sociales que conviven en aparente armonía en una determinada estructura social, si bien las diferencias entre ambas son evidentes: unos pueden ser inmortales siempre y cuando se mantengan en su “espacio vital”; mientras que los que gozan de libertad total de movimientos saben de los límites temporales de su existencia.
Esta es la premisa de la que parte Diego Agrimbau (“Desierto de Metal”, “La Burbuja de Bertold” o “Edén Hotel”), un tipo más que solvente en el arte de guionizar cómics. Con trabajos publicados tanto en su Argentina natal como en el mercado franco belga, el estadounidense y el español, ha cosechado varios premios nacionales e internacionales a lo largo de su trayectoria. En “Cieloalto” Agrimbau vuelve a hacer gala de un despliegue de recursos para atrapar al lector desde la primera página, con las maneras sutiles de las buenas historias. Esas que viñeta a viñeta van seduciendo al lector mientras la trama va creciendo de forma orgánica. Así el racismo y la lucha de clases se dan la mano con un poso existencialista en un relato que desde un primer momento se postula para hacerse un hueco dentro de la mejor ciencia ficción.
En cuanto al apartado artístico, el trazo de Prieto brilla a varios niveles. Se aprecia un acertado trabajo de ambientación en esta ficticia ciudad, con elementos fácilmente identificables a los de mediados del siglo XX, así como el notable trabajo de caracterización gráfica de los personajes en sus diferentes edades, plenamente identificables en todo momento.
Publicada originalmente de forma serializada en la revista Fierro entre 2011 y 2012, tuvo su posterior versión compilada para el mercado argentino bajo la edición de Aguanegra. Cieloalto ha desembarcado en España de la mano de Grafito Editorial, en una edición de 88 páginas en rústica con solapas que cuenta con los diseños previos de Pietro y un texto de Agrimbau como extras, los cuales sirven como excelente punto final a esta obra. Un tebeo que invita tanto a disfrutar de planteamientos de ficción frescos como a reflexionar sobre aspectos metafísicos y sociales. Como, por otra parte, suele ocurrir con la mejor literatura de ciencia ficción. Con elementos así, quizá este tebeo esté hecho para perdurar. Para tener el tiempo de su parte. O el espacio.