Criminal vuelve. Una de las series favoritas de los aficionados a Ed Brubaker y Sean Phillips retorna a las estanterías de las comic-shops estadounidenses. Con una gran trayectoria editorial ya a sus espaldas, la nueva etapa se inicia de la mano de Image Comics y por el momento mantiene la cota de calidad a la que nos tienen acostumbrados sus autores.
Octubre de 2006 fue la fecha de edición de la primera entrega de la serie de la mano de Icon, el sello que tiene Marvel Comics para los títulos cuya propiedad intelectual se reserva al creador, diseñado para mantener seleccionados a los creadores de «A-list» que producen para la «Casa de las Ideas» para que encuentren un espacio donde producir sus obras de creación propia. En aquel entonces, Ed Brubaker seguía guionizando la mejor etapa editorial del Capitán América hasta la fecha (y posiblemente de la historia del personaje) y compaginó, entre otros trabajos, la creación de esta serie.
Si hay un genero que puede asociarse indisolublemente a la figura de Ed Brubaker sin duda es el noir. Conocido por el gran público por su trabajo tanto en el Centinela de la Libertad para Marvel o en Gotham Central para DC comics, Brubaker posee un estilo en el que, aunque trabaje con superhéroes, introduce siempre en sus historias elementos y recursos de la novela negra. Se podría decir que es su “marca de estilo”. Como exponente más claro, Criminal: historias autoconclusivas, normalmente en arcos argumentales de seis entregas que se pueden leer independientemente y quedarse con una buena sensación. Es una cabecera, por tanto, que por concepto puede ofrecer muchas posibilidades: todo lo relacionado con el crimen, cualquier historia de delincuencia, o cualquier acción al margen de la ley tiene cabida en estas páginas. Los aficionados recordarán relatos como el de un ladrón de carteras que se ve envuelto en un asalto a una furgoneta blindada que no sale como estaba planeado, los múltiples atracos a bancos… hasta la fecha la serie ha dado de sí siete volúmenes y un accésit, entendiéndose como tal “My Heroes have always been junkies”, que aunque no pertenezca oficialmente a la serie, por ritmo, temática y tono merece considerarse un volumen más. Y es que todos los arcos tienen un nexo en común hasta la fecha: Brubaker centra la atención en los personajes de la serie y las consecuencias que producen sus actos, más que en los delitos propiamente dichos. Como resultado, quedan personajes sólidamente caracterizados, como por ejemplo Tracy Lawless, uno de los personajes favoritos de los fans de la serie Criminal.
Con la llegada del año 2019, Brubaker y Philips desembarcan en Image Comics para dar continuidad al proyecto iniciando un nuevo volumen en formato grapa y reeditando todas las obras previas para asegurar la disponibilidad en el mercado de todos los volúmenes que la componen. Aunque todos se pueden leer por separado, sí que es cierto que se disfruta más de la serie en su totalidad. Ya que otros de los puntos fuertes que guarda en su manga “Criminal” es que ciertos personajes y ciertas líneas argumentales son como un río que va apareciendo en determinados puntos de esas historias autoconclusivas que escribe Brubaker.
La primera entrega de la etapa Image consta de 40 páginas, incluyendo un relato de Kim Morgan con una ilustración de Sean Phillps. Parte de estos materiales adicionales serán exclusivos de la edición en grapa y posiblemente las recopilaciones en formato TPB posteriores no contendrán esta información, según ha notificado la editorial.
Nada más abrir la primera grapa, nos situamos en 1988. Ricky Lawless —¿a alguien le suena el apellido?— roba un collar de diamantes de una leyenda local, Mack “el Monstruo”, para obtener liquidez para el pago de la fianza de su padre, Teeg, que está en la cárcel. Nada más quedar en libertad, Teeg es consciente de que tendrá problemas con Sebastian Hyde, un jefe del crimen local. Hyde y “el Monstruo” son viejos amigos de «la familia». Cuando Ricky golpea y deja malherido a la vieja leyenda, se inicia una cadena de acontecimientos que cambiarán su vida y la de su progenitor para siempre.
Como es habitual en “Criminal”, el arte corresponde a Sean Phillips, (‘Hellblazer’, “Batman” o “Sleeper”), cuya labor artística actual se centra al cien por cien en esta serie. Phillips es otro elemento indisoluble a Criminal, pues engrandece con su estilo de dibujo esta obra. Su forma de secuenciar logra maximizar tanto el dibujo como el guion. Phillips evita las splash page gratuitas y se centra en la narración, jugando siempre con la iluminación para darle ese tono todavía más marcado de género negro. Así, visual y narrativamente, Phillips dota de fluidez a la lectura y consigue enganchar más al lector. Cabe destacar que en este volumen de las tintas se encarga el hijo de Sean, Jacob Phillips, a quien los aficionados de la serie pueden recordar por hacer algunas ilustraciones de artículos de libros en el pasado.
El equipo artístico muestra tal compenetración que ya no se entiende «Criminal» sin ninguno de ellos. Se necesita algo realmente especial para que el mismo equipo creativo produzca un trabajo tan impresionante en el mismo título durante casi 13 años, pero eso es exactamente lo que Brubaker y Phillips han hecho y no muestran absolutamente ninguna señal de agotamiento. Ahí está la nueva etapa de Criminal para comprobarlo.