El subgénero de los «animales mortíferos» ha vivido en los últimos años una explosión cinematográfica importante en cuanto a cantidad, aunque generalmente se ha visto relegada a producciones de poco presupuesto y mediocre acabado en las que se mezcla el terror con un elevado componente cómico. Cocodrilos, anacondas, osos pardos, lobos y hasta pájaros (con la inenarrable bilogía Birdemic) han intentado asustar a los espectadores en los últimos años, con desigual resultado. Pero si hay un animal que ha revolucionado el animal horror ese es, sin duda, el tiburón. Buena parte de culpa de este revival la tiene la infame saga Sharknado, pero la lista de títulos en los que diferentes escualos ponen en peligro a los bañistas es larga: Open Water, El arrecife, Infierno azul, Megalodón…
Lo que no es tan habitual es ver este tipo de productos trasladados al cómic, y es que el subgénero no tiene demasiada representación en el mundo de la viñeta, aunque puede servir como ejemplo White de Dan Schaffer, obra de la que ya hablamos en este podcast. La recomendación directa de Rafa J. Osuna me puso sobre la pista de la obra que trato hoy, y que no es otra que GrizzlyShark.
Creado en 2010 pero publicado en 2016 bajo la gran editorial independiente Image Comics, podríamos afirmar que «GrizzlyShark» es la respuesta del mundo del cómic al ese aluvión de estrambóticas producciones protagonizadas por escualos que han llegado en los últimos años de mano de canales como Syfy. Todo este tipo de productos, con la mencionada saga Sharknado como exitosa punta de lanza, me genera sarpullidos. Bajo mi humilde punto de vista, son «películas» concebidas para un público al que no le gustan realmente las monster movies, desvirtuando las auténticas virtudes del subgénero al abrazar la cutrez de manera autoconsciente. En cambio, todo lo que me molesta en este tipo de cintas, funciona mucho mejor en su traslación al cómic, al menos en el caso que nos ocupa.
Ryan Ottley, famoso por ser el dibujante de la longeva serie Invencible de Robert Kirkman, es el gran impulsor de esta loca miniserie que basa su idea principal en la existencia de tiburones que actúan como depredadores en los bosques en lugar de su entorno natural, el agua. La trama, si así puede considerarse, gira alrededor de un puñado de personajes que deambulan por el bosque siendo acechados por peligrosos escualos que aparecen en cuanto alguien se provoca la más mínima herida y comienza a sangrar. Y la sangre es la segunda gran protagonista del cómic, ya que su presencia es abundante, inundando la mayoría de páginas de un intenso color rojo. Evidentemente, con tal premisa no podemos esperar tomarnos en serio una historia de este tipo. La evidente intención de Ottley es satirizar la moda de tiburones en cine y televisión y darle una loquísima vuelta de tuerca en clave de humor negro, a veces MUY negro. Muchas de las secuencias son puros chistes visuales, lo cual nos lleva a una escalada de espectaculares y salvajes ataques de los escualos forestales ante las que no podremos evitar esbozar una sonrisa como mínimo. El propio artista reconoce en unas anotaciones al final del cómic que es un gran fan de los chistes malos, y lo demuestra con creces con una interminable lista de chuflas que marcan el tono de «GrizzlyShark». Si te gusta este tipo de humor, lo disfrutarás mucho. Si no es así, será mejor que pases de largo.
Como no podía ser de otra manera, el estilo de dibujo es caricaturesco en cuanto a sus personajes, pero Ottley se esmera en trazar a los tiburones con gran detalle. La narrativa gráfica ayuda a que la lectura del cómic sea tremendamente rápida, resultando «GrizzlyShark» una obra ideal para pequeños ratos en los que no queramos pensar demasiado y nos apetezca desconectar y disfrutar de su salvaje humor. El artista «explota» en las viñetas más violentas, no escatimando en absoluto en gore y explicitud ayudándose de unos llamativos colores que resultan en unas cuantas ilustraciones realmente espectaculares.
Que nadie espere una historia sesuda ni complicada, aquí hemos venido a pasar un rato divertido a base de chistes salvajes y violencia descerebrada. Los amantes del salpicón y los chistes malos y bestias están de enhorabuena con estos 3 números recopilados en un tomo y que, en este momento, permanecen inéditos en nuestro país. Por cierto, con «GrizzlyShark» vamos a tener un 2 x 1 en cuanto a animales mortíferos, ya que el tiburón no es el único bichejo que aparecerá en las páginas. Si estáis avispados, el título del cómic nos da una pista sobre ello. Cuánto daño hizo usted, señor Spielberg.