1937: La Toma de Málaga, la dimensión exacta de un relato certero


El grado de madurez que alcanzan las sociedades actuales viene determinado en parte por el conocimiento y aceptación de los hechos que afectaron en su pasado reciente. Que ese pasado reciente se pueda utilizar como caldo de cultivo de ficción es síntoma también de la aceptación y asimilación de los hechos, sin entrar en juicios de valor ideológicos ni sesgos por muy tormentoso que sea ese pasado, como es el caso de la Guerra Civil Española. Y en esa labor pedagógica sigue la Asociación Carmona en Viñetas con su Universo 36, como ya explicamos en el último programa de la primera temporada del podcast de Heraldos de Galacus y en la reseña del tomo “1937: Objetivo Madrid”, donde se combina una voluntad para acercar los hechos históricos a los neófitos, junto a la introducción de “metahumanos” en ambos bandos de la guerra civil dando lugar a un landscape emocionante para quien conozca la historia del siglo XX español.

Agrandando el espectro de este universo que mezcla lo superheróico con los hechos históricos, Carmona en Viñetas editó el pasado noviembre en formato grapa “1937: La Toma de Málaga”, con guion de Roberto Corroto (“Sicarios” o “Mascarada”), dibujo de Román López-Cabrera (“Miguel Hernández, La Fontana Eterna” o “Secret Family”) y color de Marina Armengol. Los hechos históricos que sirven de escenario al argumento son los siguientes: en los primeros días de febrero de 1937, en plena guerra civil española, una de las ofensivas más letales que perpetró el bando sublevado, con ayuda de tropas italianas, fue la ofensiva sobre Málaga. En menos de una semana Málaga capituló, originando un éxodo de refugiados hacia Almería, que desembocó en “La Desbandá”, con un recuento de bajas, dependiendo de las fuentes, de entre 3.000 y 5.000 ciudadanos, en su mayoría civiles, provocado por las tropas sublevadas al atacar la carretera que unía Málaga con Almería durante la huida de los republicanos. Es en este contexto histórico donde se sitúa la historia, centrada exclusivamente en la batalla por la toma del control de Málaga. Aquí descubrimos al personaje principal: Najar, un superhumano con habilidades de teletransporte que forma parte, junto a Colmena, Jineta o Culebra, del batallón de “Especiales” que dispone el ejercito republicano para defender la posición de Málaga ante las tropas sublevadas y el Corpo Truppe Volontaire italiano.

Si bien el rumbo y desenlace de la batalla es conocido desde un primer momento, ya que el cómic se basa en hechos históricos, los puntos fuertes de interés para el lector se van a focalizar en el destino de estos personajes y cómo se van a desenvolver dentro de los hechos. Gracias a una sólida caracterización de personajes por parte de Roberto Corroto el lector podrá apreciar cómo sufren y viven un conflicto de tal envergadura. Cabe destacar el soberbio ejercicio de elipsis literaria que comporta este cómic: en las 32 páginas que lo componen se sintetiza fielmente tanto la trama como contexto histórico, revelando una gran labor de documentación previa. La extensión de la historia es la idónea para que el relato sea certero. Sin lastres ideológicos ni “enseñanzas”, la historia fluye de forma natural y va implicando al lector conforme las páginas avanzan. Los diálogos, totalmente efectivos y funcionales, muestran la capacidad de darnos certeras caracterizaciones, sobre todo del personaje principal Najar. Una creación que guarda similitudes con el miembro de la patrulla-X Rondador Nocturno, pero que gracias a la solidez del guion queda dotado de voz propia.

A todo ello ayuda el dibujo aportado por Román López-Cabrera, apostando por un cierto clasicismo tanto en el trazo como en las composiciones de página, que resulta muy efectivo para el tipo de historia que se trata, y dota con el ritmo necesario a lo que la historia demanda. Además de la fidelidad a la realidad histórica en cuanto a uniformes de los personajes no “especiales” y escenarios dibujados, otro punto a destacar es la gran expresividad facial que imprime López-Cabrera a los personajes, reforzando la intensidad argumental. La paleta de colores aplicada por Marina Armengol enfatiza el resultado global. A todo ello súmese una de las portadas más impactantes que se han editado en España durante el 2017, de las que hace destacar el cómic en una estantería y sintetiza a la perfección lo que el lector se encontrará en el interior del tebeo.

Estamos, pues, ante un relato breve pero imponente, de los que dejan poso y ganas de conocer tanto los hechos históricos como más peripecias de los personajes de ficción de ambos bandos. Esa sensación se acentúa en el caso de Najar, que sin duda lleva el peso narrativo y emotivo del relato. Es la importancia de tener como catalizador un buen personaje principal, destinado a brillar en el Universo 1936 de Carmona en Viñetas y que esperamos ver en futuros tebeos. “1937: La toma de Málaga” y el resto de cómics que engloban el universo 36 los podéis encontrar en la web de la asociación Carmona en Viñetas.

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