Cry Havoc, el monstruo interior

Bueno, pues vamos con un cómic complicado. No os asustéis, no es esta una historia que sea difícil de seguir ni tiene una narración excesivamente compleja, pero si os digo que trata sobre una mujer-lobo-lesbiana que ejerce de soldado en una misión en Afghanistan, tal vez más de uno huya espantado (o no). Y es que a priori parece difícil hacer que una premisa tan chocante funcione de cara al lector, y más si se intenta abordar desde un punto de vista serio. Pues bien, en mi opinión Simon Spurrier Ryan Kelly logran darle coherencia al invento, aunque con matices.

En Cry Havoc seremos testigos de tres líneas temporales diferentes en la vida de Lou. La veremos afrontar una época complicada en la relación de pareja con su novia en Londres, la acompañaremos en una incursión militar en Afghanistan y sufriremos con ella las consecuencias de dicha incursión. A lo largo del cómic, iremos saltando continuamente entre estos tres momentos particulares, por lo que tenemos una lectura no lineal pero perfectamente comprensible. Simon Spurrier traza desde el inicio un interesante juego de dualidades en la protagonista aprovechando su condición de mujer-lobo (o algo parecido, ya que no estamos ante el típico caso de licantropía al que la cultura popular nos ha acostumbrado). Lou no será el único personaje que tiene la capacidad de transformarse, aunque lógicamente esta trama gira alrededor de ella.

Cryhavoc4Hay que decir que el primer número de los seis que se han publicado no resulta especialmente llamativo, y da la sensación de no saber demasiado bien hacia dónde tirar. Tal vez sea porque la mezcla del elemento fantástico y el género bélico resulta un tanto extraña. Afortunadamente, en los siguientes números vamos acostumbrando y esta sensación queda mitigada al lograr el guionista una gran fluidez narrando intercaladamente las tres líneas temporales. El problema es que toda la trama converge hacia un desenlace un tanto enmarañado, que resulta confuso y que se vende al cliffhanger de una manera injustificada.

Spurrier utiliza la trama para teorizar levemente sobre los mitos y su significado, siempre alrededor de esa línea que separa el bien y el mal. Tampoco es nada especialmente sesudo, pero su discurso resulta lo suficientemente interesante para que no chirríe ni entorpezca el ritmo del cómic. También tenemos algún momento de humor negro y un moderado comentario social, sobre todo en los tramos de acción bélica.

Cryhavoc3Pese a lo poco convencional que pueda resultar el guión, el dibujo de Ryan Kelly es todo lo contrario, mostrando un estilo bastante tradicional y poco espectacular pero plenamente funcional. Hay que decir que, aunque el cómic no es especialmente generoso en escenas de acción, Kelly no tiene grandes cortapisas a la hora de mostrar escenas de violencia truculentas, por lo que encontraremos unas cuantas viñetas donde la sangre luce en todo su esplendor. Curiosamente, lo que sí ayuda como recurso narrativo es el uso del color. Para dar diferentes tonos a cada una de las líneas temporales se han elegido tres coloristas distintos. Nick FilardiLee Loughridge y Matt Wilson son los encargados de dotar a cada tramo de una tonalidad característica.

Estamos por tanto ante un cómic que logra introducir en la trama ideas y conceptos bastante interesantes y que cuenta con momentos originales que se alejan de lo que estamos acostumbrados a ver en las típicas historias de licántropos. Pero, ya sea por el contraste que presentan sus diferentes partes o temáticas, o por lo ilógicas que parecen algunas resoluciones, el conjunto no termina de cautivar. No obstante, considero que puede ser una lectura recomendable.

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