La Torre del Elefante de Claudio Álvarez y Enrique Alcatena: a la altura de los clásicos

“Mencionaste la Torre del Elefante. He oído muchas cosas sobre ella.
Dime, ¿cuál es su secreto?”

Desde su publicación en 1933 en las páginas de “Weird Tales”, La Torre del Elefante” (“The Tower of the Elephant”) ha sido uno de los relatos más célebres de Conan. En texto, Robert E. Howard supo combinar la fiereza su Era Hybórea con elementos del Terror Cósmico de su colega Howard Phillips Lovecraft, consiguiendo una historia de una pieza, donde el tiempo no ha hecho mella en su emocionante desarrollo. Uno que ha conocido múltiples adaptaciones y homenajes en el noveno arte, como las dos que realizaron en Marvel comics en los años setenta cuando comenzó la andadura del bárbaro en “La Casa de las Ideas”. Barry Smith (antes de ser conocido como Barry Windsor-Smith) la plasmó en 1974 en Conan The Barbarian #4, junto al color de Mimi Gold y el guion de Roy Thomas. Mientras que John “Big” Buscema se encargó, junto a Alfredo Alcalá, de llevarla a “The Savage Sword of Conan #24”, con fecha de portada noviembre de 1977, también con guion de Thomas.

Junto a esas dos interpretaciones icónicas, ambas soberbias, está la revisión del 2025, realizada a lomos de Dark Horse en “Conan The Legend” entre el #20 y el #22, a cargo de Kurt Busiek, Cary Nord, Dave Stewart y Mike W. Kaluta. Una adaptación fresca que preparó al cimmerio para el siglo XXI. Saliendo de Estados Unidos podemos encontrarnos material curioso, como el realizado desde Zaragoza en Braink Comics #5, donde José Luis Aladren, Ricardo Orellana, Jesús Taobada, Jorge Rodríguez, Marta Gracia, Javier Ortiz, José Antonio Ávila y Guillermo Montañés adaptaban a modo de homenaje el clásico de Howard. No ha sido sólo este el único homenaje que ha tenido, ahí está el fresco “Barbarian King”, obra de, entre otros, Massimo Rosi, Alessio Landi, Luca Panciroli, Federico de Luca, Alesandro Bragalini y Marco Antonio Imbrauglio. Una serie de Leviathan Labs que nace como consecuencia de los hechos ocurridos cuando Conan asaltó la fortaleza de Yara en Zamora, incluso habiendo habiendo protagonizado el mítico villano un solvente spin off (“Yara”) a cargo de José Luis Vidal al guion, dibujo de Manuel Espinosa y color de Alicia Soria.

En la lista también cabe mencionar la revisitación realizada por Javier Marquina y Arnau López en “El Bárbaro”, el volumen donde el guionista oscense escribió sus relatos bárbaros junto al arte de Daniel Tomás, Rafael Pérez, Carlo Romero, Xavi Juan y el anteriormente citado Arnau López; así como “El reino de los huesos”, a cargo de César Hercé y Jesús C. Gan, incluido en “Hyborean Tales”.

A todas estas referencias hay que sumarle la que hoy nos ocupa: la adaptación de “La Torre del Elefante” a cargo de Claudio Álvarez y el gran Enrique Alcatena. Publicado por Chile en Acción Cómics, la editorial de Claudio Álvarez a finales del pasado año, esta primavera ha visto la luz en España de la mano de Aleta.

Sin duda, este tebeo merecía cruzar el charco. Las razones son obvias una vez se abre el volumen: en estas viñetas está conjugada una fidelidad al texto originalidad notable y un magistral trazo que dota de nueva vida la clásica aventura del Cimmerio en la noche de Zamora. De la fidelidad se encarga Claudio Álvarez con una adaptación modélica, por los tiempos narrativos que maneja y la forma literaria de cada parte del texto que acompaña a estas páginas.


El magisterio viene pues dado por el trazo de Alcatena, en un derroche de virtuosismo y vitalidad que hace que estas páginas fluyan. Apoyado en unas composiciones de página que hacen de la lectura algo orgánicamente natural, su Conan cobra vida estas viñetas. Un Conan con personalidad propia, la que le da el lápiz de Alcatena y que justifica por si solo la existencia de este tebeo. La que implica el placer de sumergirse entre sus páginas.

Si se trata de hacer un tebeo sobre algo ya contado que es canónico, se ha de estar muy seguro de ofrecer algo que esté, cuanto menos, al nivel. Eso es lo que han hecho Álvarez y Alcatena en las 72 páginas de su “Torre del Elefante”: un tebeo que mira a la cara, sin pestañear, a las clásicas interpretaciones de Buscema y Windsor-Smith. Conseguir estar a esa altura, ciertamente, es lograr mucho.

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