
“Errar es humano.
Perdonar, divino.
Y la venganza…
La venganza es cosa de pájaros.”
Mucho ha evolucionado desde que apareciera en las páginas de Detective Comics #58, allá por diciembre de 1941 (fecha de cubierta), de la mano de Bill Finger y Bob Kane. Ya desde un primer momento el amor que sentía Oswald Cobblepot, El Pingüino, por las aves estaba presente, junto a una colección de paraguas tan mortíferos como estrafalarios, fue su primera seña de identidad. Y aunque no se podía englobar como un loco más de los que pueblan Gotham, pasó a ser un villano destacado en la galería icónica de enemigos de Batman.

Pasaron las décadas, y quedó atrás el aspecto mas kitsch del personaje, junto a los paraguas. Oswald “creció” con una caracterización mucho más pegada a lo peligrosamente real y lo siniestro, consiguiendo en las últimas décadas revestirse de esa imagen, quizá definitiva de capo de los bajos fondos de Gotham. Un status que le ha permitido controlar las oscuras calles de la ciudad y, en ocasiones, ser confidente de Batman. Todo en una escala de grises que han dado mayor profundidad su caracterización, más poliédrica y rica, con mayores matices dentro del peligro evidente que supone hacer tratos con un “hombre de negocios” como Oswald.
En esa dirección, como decimos acertada, se engloba la serie que DC comics ha decidido darle a este villano dentro de “El amanecer de DC”. Para ello, “El Pingüino” (“The Penguin”) ha quedado en manos de uno de los mejores escritores con los que ha contado Batman estos últimos años: Tom King (“Batman”, “Strange Adventures”, “La Visión”, “Mister Miracle” o “El Sheriff de Babilonia”). Un escritor que supo dar un acertado enfoque psicológico, más vulnerable en ocasiones, al señor de la noche y que brindó relatos que ya quedan entre lo mejor que se ha hecho con El Caballero Oscuro, como, por ejemlo, sus “Días Fríos” junto a Lee Weeks.

Para la ocasión, Tom King se ha acompañado del dibujo de Rafael de Latorre, Stevan Subic (para la sexta grapa) y el color de Marcelo Maiolo, para trazar, en el primer arco argumental de la serie que este verano ha estrenado en castellano ECC, un autentico ejercicio de estilo de género negro que discurre con naturalidad en el contexto superheroico en el que se desarrolla. Recuperando secundarios olvidados del Universo DC, como, entre otros, la “Fuerza de Julio” (“Force of July”) que apareció en el ya lejano primer annual de Batman y los Outsiders de hace ya cuatro décadas, o “Araña Negra” («Black Spider”). Personajes en origen muy lineales con los que King ha compuesto caracterizaciones más pegadas a lo real, quizá más oscuras y letales. En todo caso, mucho más interesantes.
En el mismo sentido, con Oswald ocurre algo similar. King lo baña de una capa de peligro y realidad que engrandece cada una de las grapas de esta serie. Junto a él, ese diamante en bruto que es “El Servicio”, que ya cautivó a muchos aficionados en “Batman: Tiempo Muerto”. Esas son las piezas para una venganza, la de El Pingüino, que desarrolla King con oficio, a través de certeros retratos sicológicos de los personajes que intervienen en la trama. De fondo, Batman, como el enemigo a batir, fuera de plano en la mayoría de ocasiones, pero siendo motor de muchas de las motivaciones que anidan en el guion.

Si dejamos lo superheroico al margen, podríamos estar hablando de un gran tebeo de género negro en el que se manejan con precisión muchos de los elementos del género. Escritos de forma precisa por King. Elementos que, en el dibujo de Rafael de Latorre, se tornan tan urbanos como oscuros, dando con la atmósfera necesaria para que este primer arco funcione de la primera a la última viñeta. Lo mismo se puede decir de Stevan Subic, que asume el dibujo de la sexta grapa, quizá más siniestro en su trazo, pero igualmente eficiente y al servicio de la historia. Marcelo Maiolo se ocupa de subrayar el tono negro y criminal de la serie con una acertada gama de colores.

“Creo que estamos listos para Gotham City.”
Así comienza a andar este pingüino, que ECC ha editado en castellano en formato tomo con las seis primeras grapas de la serie. Esta excelente ración de género negro superheroico, traducida por Francisco San Rafael Simó, se acompaña de las portadas principales de la edición en grapa estadounidense, a cargo de Scorpio Steele junto a Stefano Gaudiano, David Márquez con Brad Anderson, Stephen Segovia con Elmer Santos y Carmine Di Giandomenico, a página completa, mientras que las numerosas variants de la cabecera, realizadas por Brian Bolland, Kael Ngu, Nathan Szerdy, David Márquez, Otto Schmidt, Darick Robertson con Diego Rodríguez, Tony Shasteen, Gabrielle Dell’Otto, Dustin Nguyen, Arist Deyn, Christian Ward, Ben Oliver, y los propios Stevan Subic y Rafael de Latorre, cierran este volumen de lo que es «El Pingüino #1. La venganza es cosa de pájaros«: un certero retrato de un criminal.
