Princesa de Bélgica, archiduquesa de Austria, princesa de Hungría y Bohemia, virreina de Lombardía-Véneto y la segunda y última emperatriz consorte de México. Ella fue Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg-Gotha (Bruselas, 7 de junio de 1840-Meise, 19 de enero de 1927), más conocida como Carlota de México, la primera mujer que gobernó en México. Ella es la protagonista de “Carlota Emperatriz. Integral 1”, (“Charlotte impératrice”), de Fabien Nury y Matthieu Bonhomme, recién estrenado en castellano por Norma Editorial.

Fueron apenas tres años, de 1864-1867, lo que duró el Segundo Imperio Mexicano mientras el conflicto entre la guerrilla republicana de Benito Juárez y los ejércitos imperiales franceses siguió avanzando. Durante ese tiempo Carlota fue algo más que una mera emperatriz consorte de Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena. Así lo constataba el artículo 2 del Estatuto provisional del Imperio, que la reconocía como regente y cabeza del gobierno ante cualquier ausencia de su marido. Y así lo hizo valer ella.

¿Cómo llegó la aparentemente inocente princesa de Bélgica a ser la primera mujer que ostentó con mano de hierro el mando en el débil imperio mexicano? ¿Qué sendas y hechos forjaron su carácter? Nury (“Érase una vez en Francia”, “Yo soy Legión” o “W.E.S.T.”) tiene la respuesta en su guion. Con su gran habilidad para tejer relatos históricos, el reconocido guionista nos plantea esta ficción basada en hechos reales, que nos lleva desde la infancia de Carlota hasta los años imperiales. Combinando la fabulación e inventiva sobre los hechos históricos ciertos, Nury hilvana un relato solvente y aditivo, pegado a lo real por lo plausible de lo planteado.

Así nos esperan en estas páginas la dicotomía entre el viejo mundo del antiguo régimen monárquico, con sus usos, abusos y costumbres, y la lucha de la independencia de los pueblos que se liberan. Todo como telón de fondo para centrar la narración en la biografía de Carlota. Una vida en la que se aprecia una toma de conciencia de la protagonista, a medida que descubre que no todo brilla en los palacios que habita, que más allá de las apariencias formales están los vicios y debilidades de su marido. Un aprendizaje del que, sin duda, la aparentemente frágil princesa forjo un decidido y fuerte carácter que le valió para ejercer, de facto, el poder sobre el débil imperio que calló en sus manos.

Todo ello espera aquí, con el arte de Matthieu Bonhomme (“Esteban, El espíritu perdido, Texas Cowboys, Omni-visibilis”) que nos mete de lleno tanto en el relato como en la época. A través de certeros encuadres y una secuenciación de viñetas adictiva, los dos primeros álbumes que componen este primer integral son una delicia de narrativa gráfica por los recursos desplegados, haciendo de su lectura un gozoso viaje para los aficionados al noveno arte. Por la solvencia gráfica narrativa y el elegante trazo, junto a los acertados colores de Isabelle Merlet en el primer capítulo y Delphine Chedru en el segundo.

Publicado originalmente en francés por Dargaud, Norma nos presenta esta obra en formato integral de dos volúmenes. El primero ya disponible, incluye los dos primeros albumnes: “La Princesa y el Archiduque” (“Charlotte impératrice. Tome 1 – La Princesse et l’Archiduc”) y “El Imperio” (“Charlotte impératrice. Tome 2 – L’Empire”), en formato cartoné de 152 páginas traducidas por Eva Reyes de Uña. Solvente, sobrio y magistralmente contado, este primer integral de “Carlota Emperatriz” deja un gran sabor de boca y el anhelo de que sea pronta la edición del segundo integral con los álbumes tercer y cuarto, pendiente este último de editarse en Francia. Señal de se han hecho bien las cosas en “Carlota Emperatriz. Integral 1”. En definitiva, un hallazgo.