Wonder Woman: Tierra Muerta. La apocalíptica odisea de la amazona

Pocos personajes tienen la repercusión de Wonder Woman. Su historia y su mitología están ya profundamente arraigadas en el imaginario colectivo, y su papel como defensora de la justicia y la paz es incuestionable. Un referente que se usa actualmente en muchas campañas publicitarias o similares. Sin embargo, el mundo de los cómics a menudo se caracteriza por su capacidad para desafiar las expectativas y explorar nuevos horizontes, y eso es precisamente lo que Daniel Warren Johnson y Mike Spicer lograron con su obra, “Wonder Woman: Tierra Muerta” («Wonder Woman: Dead Earth«).

La historia de la mujer maravilla nos lleva tiempo después de un cataclismo nuclear que ha devastado la Tierra. La civilización tal como la conocemos ha desaparecido, y lo que queda es un mundo desolado y contaminado. Diana ha estado en un estado de sueño profundo desde que ocurrió este apocalipsis. Tras un incidente, por su afán de salvar al hombre de si mismo, la recluyeron en una cámara de hibernación. Sin embargo, despierta en medio de la destrucción, y se encuentra con un mundo completamente diferente al que recordaba. Salva a un pequeño grupo de personas del ataque de un monstruo que no reconoce. Con la ayuda de un grupo de sobrevivientes humanos, Diana se embarca en una misión para liberar a la humanidad de una amenaza que ha sometido a los pocos seres humanos que quedan. En su viaje, se enfrenta a sucesos traumáticos, revelaciones impactantes y dilemas morales que cuestionan su propia identidad y su papel en un mundo destrozado. Además de ir encontrándose con algunos villanos bastante conocidos pero muy cambiados físicamente.

El guionista y artista Daniel Warren Johnson logra un equilibrio perfecto entre la acción trepidante y las emociones más puras. La narrativa es intensamente seductora, el lector se siente inmediatamente absorbido por el mundo postapocalíptico que presenta. A través de un diálogo inteligente y una caracterización convincente, Johnson explora la lucha de Diana por mantener sus valores y la esperanza en un mundo tan desolado. Diana de Themyscira es retratada de manera original como una heroína que afronta una crisis de identidad. Su conflicto interno y su determinación inquebrantable se desarrollan de manera fascinante a lo largo de la historia. Johnson nos muestra la psicología del personaje, lo que cala en su desarrollo y la convierte en una figura aún más inspiradora. Un detalle a destacar es como este autor juega con el apocalipsis y además consigue meter en la historia lo que podríamos considerar como una especie de “Kaijū”. Esa mezcla entre superhéroes y grandes bestias hace que este tebeo pase a un nivel que hace tiempo que no se veía en DC comics.

El arte de Daniel Warren Johnson es una verdadera maravilla. Ya conocimos a este dibujante en obras como «Extremity», «Murder Falcon», Bill Rayos Beta: Estrella Argentea o la más reciente Do a Powerbomb!, ganadora de un Eisner en la última San Diego Comic Con. Su estilo borroso, pero claro y muy detallado, es perfecto para dar vida a un mundo postapocalíptico lleno de monstruos mutantes, paisajes desolados y emocionantes batallas. Johnson es un maestro en la narración gráfica, lo que se refleja en la secuencia de viñetas y las composiciones dinámicas que mantienen al lector completamente inmerso en la historia. Mike Spicer, el colorista colaborador habitual de Warren Johnson, desempeña un papel esencial en la creación de la atmósfera única de la serie. Su paleta de colores oscuros y sombríos enfatiza la desolación del mundo postapocalíptico, pero también utiliza destellos de colores brillantes en momentos clave para resaltar la esperanza y la determinación de Diana.

«Wonder Woman: Tierra Muerta» no es simplemente una historia de acción de superheroínas; es una exploración profunda de temas universales como la identidad, la redención y la lucha por la esperanza en los momentos más oscuros. La narrativa cuestiona las decisiones tomadas por ciertos individuos que llevaron al apocalipsis y plantea preguntas sobre la capacidad de la humanidad para aprender de sus errores y poder sobrevivir a los problemas surgidos. La transformación de la dueña del lazo de la verdad, a lo largo de la historia, representa una búsqueda universal de identidad y propósito. En un mundo quebrado, Diana se convierte en un símbolo de esperanza y un recordatorio de la capacidad de las personas para enfrentar la adversidad y luchar por un mundo mejor.

Esta obra inició su edición en 2020 bajo la editorial DC Comics, en su sello de Black Label en una serie de cuatro álbumes de 48 páginas cada uno. En formato grande casi cercano a un tamaño europeo. A España llegó de la mano de ECC, primero serializado en dos volúmenes de 96 páginas cada uno en cartoné, para posteriormente recopilarse en un integral, donde además se incluyen ilustraciones inéditas.  Cualquiera de las dos opciones para sumergirse en esta historia donde la dueña de los brazaletes de sumisión se destaca como un faro de esperanza. Es una obra que invita a la reflexión sobre la responsabilidad, la redención y la esperanza en medio de la adversidad. En su cierre, nos deja con la sensación de que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la amazona seguirá brillando. Una lectura que no deja indiferente.

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