Tras siglos encerrado ha despertado. Surgido de las entrañas de Palombia, un monstruo demoniaco ha vuelto a la vida. A su paso el entorno se corroe. Su objetivo, acabar con la especie que lo destruyó tiempo atrás: los marsupilamis. El es “Quilzemhoal”, la aventura de Marsupilami, obra de Batem, Colman y Cerise, y editada por Editorial Base en castellano y catalán que hoy centra nuestro análisis.
Una obra que no va a defraudar a los fans de la creación de André Franquin, pues aquí nos encontramos con todos los elementos que característicos de la serie canónica del personaje. Unos elementos que Batem maneja con soltura. En esta aventura, situada principalmente en la embriagadora Palombia, Batem nos envolverá en el influjo de la jungla y ese pasado indígena que alberga en la selva.
Así discurre una aventura en los cánones clásicos, repleta de numerosos gags marca de la casa y con el elenco de secundarios habitual de la serie. Elementos que hacen muy disfrutable el cómic. Por encima de todo, las páginas que más brillan son las que protagonizan Marsu y sus semejantes: tanto por el carisma que desprenden estas creaciones como por lo orgánicas que funcionan sus interacciones.
Quizá estemos ante una trama que bien pudiera haber dado más de si en caso de haber contado con más páginas para desarrollarse, dejando en este caso con ganas de más. No obstante el guion está bien trazado y los personajes bien caracterizados, pero en algunos pasajes el relato se podría haber dado más de sí, así como en algunas resoluciones. Si bien el tono general es satisfactorio y esta es una buena historia, la sensación de que pudiera haber sido más grande también queda ahí. Puede ser que la limitación del formato álbum haya jugado en contra en este caso. No es que sea un lastre esta cuestión. En definitiva, el resultado final podría haber sido mayor, pero el obtenido es el de una aventura de buena factura del Marsupilami.
En cuanto al arte vertido en estas páginas, Colman está en un momento dulce, sumergiéndonos de lleno en la selva y sacando todo el provecho al gran carisma gráfico que tiene “Marsu” y compañía. Por sus viñetas nos lleva con una atractiva solvencia por esta aventura para todos los públicos. Unas viñetas que el color de Cerise dan el toque preciso para que una vez leído el tomo, vuelvas a reparar en alguna que otra viñeta. Y es que la efectividad del trazo de Colmam es otro de las razones que el tebeo deja con ganas de más. En este caso por el encanto de sus viñetas, la expresividad de los rostros de los personajes y la narrativa desplegada. De un dibujante así siempre se quiere más, por todo lo que da en cada una de las viñetas que dibuja. En Quilzemhoal demuestra una vez más su idoneidad para Marsupilami.
Así que prepárense para el enfrentamiento definitivo entre el monstruo legendario de Palombia y el entrañable Marsupilami. 48 páginas editadas en castellano y catalán por Editorial Base, que continua con la labor de traer a nuestros lares la colección completa de las aventuras de la creación de Franquin. Una tarea que los aficionados a Marsu debemos poner en valor como merece. Y que vengan muchas más.
«Huba… ¡ Hop !!!»