Uno de los capítulos más dramáticos durante la Segunda Guerra Mundial en Asia fue la explotación de “mujeres de consuelo” (“慰安婦, ianfu) por parte del ejército imperial de Japón. Aún sigue siendo objeto de debate el número de mujeres (algunas adolescentes o niñas) esclavizadas y forzadas sexualmente por los japoneses durante ese periodo. La horquilla que se maneja oscila entre 20.000 y 410.000 víctimas, obligadas a colmar las necesidades sexuales de los militares japoneses en las “estaciones de consuelo”.  Miles de coreanas, chinas, filipinas, tailandesas, vietnamitas, taiwanesas…. La lista comprende todas las regiones ocupadas por el Japón Imperial de la época. Secuestradas de sus casas o engañadas, acababan prisioneras en esos burdeles, para uso sexual del ejército invasor.

Hoy nos centramos en la historia de una superviviente de ese horror: Lee Ok-Sun, la protagonista de “Hierba” («Mauvaises herbes: D’après le témoignage d’une esclave sexuelle de l’armée japonaise» o “Grass”), el cómic de Keum Suk Gendry-Kim editado en castellano por Reservoir Books. Un cómic que nace de las entrevistas que mantuvo la autora con Lee Ok-Sun, y que se sirve de su memoria para presentar en viñetas un testimonio tan desgarrador como importante. De esos que, por horribles que sean, conviene mantenerlos en la memoria para que atrocidades como las que vivieron estas “mujeres de consuelo” no vuelvan a repetirse.

A modo de entrevista discurre este relato, entre autora y protagonista, dando pie a un dialogo que sirve para recorrer la vida de Ok-sun desde sus humildes orígenes hasta la actualidad. Una vida determinada en un primer momento por la pobreza, para ser después marcada por todos los abusos sufridos como “mujer de consuelo”. Abusos que dejan marca y secuelas, tanto físicas o psicológicas.

Un trazado duro es el que espera en estas páginas sobrias en blanco y negro, cargadas de masas de negro donde la tinta de Keum Suk Gendry-Kim es un elemento emocional más en el discurrir del relato. Así, junto con el tempo y secuenciación que emplea la autora coreana, este dialogo y testimonio vital discurre de forma orgánica y plagado de oficio narrativo. Oficio demostrado tanto en el lenguaje empleado como en el sobrio desarrollo gráfico, efectivo a todas luces para transmitir todo lo que la memoria de Lee Ok-Sun cuenta a la autora. Tanto por lo que se cuenta por lo que se obvia, el relato en esos términos es letal.

El lector que se sumerja en las páginas de esta magna obra advertirá que, más allá del horror, hay una lección de vida. La que testimonialmente da la protagonista del libro, que a pesar de las vejaciones, violaciones y dolor siguió para adelante. A pesar de las duras secuelas. A pesar de la incomprensión que se encontraron estas mujeres cuando llegó la paz. A pesar de todo ello, sobrevivieron y vivieron. Esa es la lección de memoria que otorga este volumen. Después de un “invierno de horror” llega la primavera y hay que caminar, aunque duela…. Pero el horror conviene no olvidarlo, para no repetirlo. Porque este horror es el que realmente da miedo: el real, el que nos provocamos los seres humanos en conflictos bélicos y situaciones límite. Y es conveniente recoger esos testimonios para que no se pierdan.

Publicado en Francia por Delocurt. En España vió la luz en febrero de este año de la mano de Reservoir Books en un volumen de 488 páginas en tapa blanda que ya va por su sexta edición. Señal de la aceptación que está cosechando este tebeo en nuestro país. Otra es la colección de premios internacionales que cuenta en su haber: Harvey Award, Krause Essay Prize, Cartoonist Studio Prize, Big Other Book Award, YALSA Book Award, y Prix Bulles d’Humanité, a los que hay que añadir el Premio del cómic aragonés a la mejor obra internacional, obtenido el pasado fin de semana en el los XII Premios del Cómic Aragonés en el Salón del Cómic de Zaragoza. Señales todas ellas de la impronta que está dejando esta obra. Una obra dura y desgarradora, pero necesaria a todas luces.