Al igual que hace 110 años, cuando se publicó el primer relato de este personaje en «All Star Magacine» en octubre 1912, el Señor de los Monos sigue manteniendo su carisma intacto. Puede pasar el tiempo y envejecer las páginas de aquellos pulps donde cobró vida, pero la criatura creada por Edgar Rice Burroughs siempre tiene un lugar reservado en la cultura popular, con esa textura de frontera que deviene la combinación entre el buen salvaje y el mundo civilizado.

Quizá por ello estamos ante un personaje que saltó de aquellas baratas páginas de pulpa a protagonizar 23 novelas, siendo llevado al cine en numerosas ocasiones. La primera en 1918, “Tarzán de los Monos” (“Tarzan of the Apes”), dirigida por Scott Sidney y protagonizada por Elmo Lincoln, llevaba a la gran pantalla en la época del cine mudo la primera parte de la novela con que comenzó todo. Noventa adaptaciones cinematográficas después (incluidas las encarnaciones del gran Johnny Weissmüller o Christopher Lambert), en 2016 se estrenó “La Leyenda de Tarzán” (“The Legend of Tarzan”), la última puesta al día de la creación de Burroughs para el séptimo arte, dirigida por David Yates y protagonizada por Alexander Skarsgård.

La radio y la televisión también han sido espacios donde Lord Greystoke ha dejado su impronta. Y por supuesto en nuestro querido noveno arte. Los tebeos de Tarzán han sido casi una constante recurrente en estos 110 años y, comenzando, por cierto, a lo grande: bajo el lápiz del gran Harold Foster desde 1929 en las tiras de prensa de varias cabeceras estadounidense. Pero eso solo fue el principio: Burne Hogarth, Russ Manning o Joe Kubert, entre otros, han dejado su impronta en viñetas tan imperecederas como la propia creación de Burrroughs. Incluso, y siguiendo la tradición de la industria del tebeo estadounidense, ha protagonizado varios crossovers tan delirantes como entrañables, cruzando su camino con Superman, Batman, Red Sonja o Groo, por citar solo algunos. Aunque el más especial fue el cruce con “El Planeta de los Simios” en “Tarzan on the Planet of the Apes”, con guion de Tim Seeley, y David Walker y el arte de un Fernando Dagnino en estado de gracia.

Con todo ese bagaje cabe preguntarse si el mundo necesitaba una nueva versión en tebeo de Tarzán. La respuesta la encontramos en “Tarzán. El Señor de la Jungla” (“Tarzan Tome 1: Seigneur de la Jungle”), de Christophe Bec, Stevan Subic y Hugo Facio, editado en castellano el año pasado por Yermo Ediciones.

A la hora de volver a trasladar a viñetas al centenario icono, Cristophe Bec, célebre por obras como “Olimpus Mons”, «Tinieblas» o “Prometeo”, no toma más punto de partida que la primera novela de Burroughs para devolvernos en esta nueva encarnación la esencia del personaje. Con una respetuosa fidelidad al original, sobre todo en la primera parte de la obra, maximiza la sensación de peligro que planean por los primeros escritos de Burroughs.

Esa sensación de maravilla nos lleva a aquellas baratas páginas de pulpa centenarias, pero Bec no se queda ahí. Pues en su trabajo diseña un ritmo que capta, aun con elipsis en lo plasmado , el tono y concepto primigenio de Tarzán. Ayudándose del arte Stevan Subic, que traslada con su lápiz esta nueva y vigorosa vida de Tarzán, apoyándose en unas tintas y trazo que se convierten en un elemento narrativo más, con un acertado uso de sombras, claroscuros y luz. Así, y con el majestuoso color de Hugo Facio, en estas páginas alberga la esencia del personaje.

Unas páginas que dan la justa medida de esa selva africana donde Tarzán creció entre monos, donde tuvo contacto por primera vez con humanos y donde comenzó la leyenda. Para eso el ambiente que dotan los claroscuros de Subic y la paleta de colores de Facio se nos antojan capitales. Pues dan el tono gráfico que nos sumerge de lleno en esta historia, que quizá ya conocemos, pero que queremos volver a ella dada la fuerza gráfica con la que nos la presentan. En definitiva: frescura.

Dicho lo cual, la respuesta a la pregunta sobre la necesidad de este nuevo Tarzán en viñetas es más que obvia. Tebeos así continúan dando energía al centenario héroe de Burroughs. Por la frescura que atesora esta nueva encarnación y, por lo que es más importante, porque guarda la esencia conceptual del personaje, manteniendo toda su fiereza, exotismo y carisma que posee desde origen la creación de Burroughs. Quien quiera comprobarlo, ahí tiene la edición de Yermo Ediciones, que ha trasladado la edición original en Frances de Soleil al castellano en un cuidado y esplendido tomo de 84 páginas que hará disfrutar tanto los neófitos de la creación de Edgar Rice Burroughs como los aficionados al icónico personaje que es John Clayton III, Lord Greystoke, también conocido como Tarzán.