“La paz siempre es temporal. Sobre todo, para los que vivimos eras.”
(Odín)
Ni Heimdall, que todo lo ve y lo oye lo vio venir. Ni Hugin ni Munnin, los cuervos de Odín, descubrieron las maquinaciones de lo que se avecinaba. La batalla del fin del mundo ya es un hecho inminente y el padre de todos se prepara para lo inevitable. Es momento de “El Rugir del Acero”, el segundo volumen del Ragnarök de Mariano Saura. Un tebeo actualmente en fase de campaña de crowfunding y al que nos hemos podido acercar en primicia para descubrir que nos depara el segundo capítulo de estas crónicas del apocalipsis nórdico.
Unas crónicas que se están realizando bajo la premisa de fidelidad máxima al mito nórdico tradicional, ese que ha llegado a nuestros días desde que aquellos pueblos creyeran que Thor era el Dios del Trueno. Tarea titánica la de Saura en esta trilogía, de la que, por los resultados obtenidos hasta la fecha, sale airoso de esta gesta propia de los cronistas de los Dioses.
Si bien en «Señales«, el primer volumen, Saura nos contextualizaba con excelente ritmo y tempo el comienzo del apocalipsis, en “El Rugir del Acero” aumenta la intensidad para llevarnos a la batalla en la que todo cuanto se conoce acaba. Sin perder pulso en ningún momento, la trama va ganando en intensidad y tensión hasta desembocar en el choque de seres mitológicos que supone este fin del mundo.
Épica y poética se dan la mano en unas viñetas precisas, que nos llevan a la batalla, preparándonos previamente para ello, a través de un guion preciso, en el que Saura, como un orfebre, sitúa elementos y conceptos de la mitología para deleite del aficionado. Elementos todos ellos que enriquecen el relato, pero no desdibujan el pulso trazado en un guion sin fisuras.
De fondo, la civilización humana en paralelo vive sus propios conflictos, tan universales como eternos. Unos conflictos que el autor lleva a esta magistral obra, consiguiendo, por un lado, demostrar la universalidad del mito del Ragnarök y por otro, dejar patente lo intrínseco de esta historia al ser humano. Estos elementos dotan de mayor personalidad a esta singular obra, pues sin dejar de tener una voluntad de fidelidad máxima al mito, abren una puerta antropológica a asociarlo a la condición humana a lo largo de las eras.
El fragor de la última batalla está ya aquí, en un volumen que verá la luz tanto en formato digital como en un excelente formato de álbum europeo, disponible tanto en castellano como en inglés. Quien quiera experimentar “El Rugir del Acero” puede dirigirse a la campaña de crowfunding llevada a cabo por el autor. Campañas así son las que permiten poder crear desde la independencia absoluta y materializar proyectos como este “Ragnarök Libro II: El Rugir del Acero”. Un proyecto ambicioso por su voluntad de fidelidad al mito. Un resultado digno de atesorar en bibliotecas que gusten recordar las gestas de los seres de los nueve mundos.
Seguro que Hugin y Munnin ya han encargado varios ejemplares para surtir a Asgard y al Valhalla de una de las crónicas que recuerdan de forma fiel sus hechos e historia.