Hablar de Joan Boix en pleno 2021 es hablar de una leyenda viva del tebeo nacional. A lo largo de seis décadas su arte nos ha ido dejando perlas en páginas que deslumbran por su fuerza. Una fuerza inmutable al paso del tiempo, imperecedera. Muestra de ello es la obra que nos ocupamos hoy: “Grandes de lo Macabro”, reeditada recientemente por Aleta.
Ya en la misma portada, con una tipografía acorde a lo que nos espera, nos avisan que H.P. Lovecraft, Frank Kafka, Gustavo Adolfo Bécquer, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, entre otros, aguardan en estas páginas. Pero el anfitrión y maestro de ceremonias es, sin duda, Joan Boix. Pues es él el que derrocha la maestría que se aprecian en las historias de esta antología. Historias publicadas en cabeceras como “Dossier Negro«, “S.O.S”, “Creepy” o “Terror Gráfico”, entre otras. Magazines que poblaron en las décadas de los 70 y ’80 los quioscos españoles, como respuesta a la ola de terror gráfico impulsada desde Estados Unidos. Un terror más maduro, y que gráficamente envolvía con propuestas rompedoras. De hecho, con los años, lejos de perder vigencia, han aumentado su base de fans. En esta corriente, que bien se podría llamar “Terror de Autor”, se encuadra el trabajo de Boix que nos espera en este volumen.
Cierto es que Boix cuenta con una trayectoria con varios trabajos remarcables desde su debut en Bruguera con dieciséis años en 1961 con “Un muchacho tímido”. Como muestras: “Jonathan Struppy. El condenado del Faro” (del que Aleta se encargó de recuperar en un fabuloso integral hace unos años), “La Tierra del Futuro”, “El Último Combate” de El Capitán Trueno o su trabajo con “El Hombre Enmascarado” (“The Phantom”). Y digo muestras porque a lo largo de seis décadas hay mucho y bueno de lo que ha creado este hombre.
Ejemplo de ello es “Grandes de lo Macabro” donde Boix nos demuestra que hizo algo más que adaptar clásicos de terror al noveno arte. En todo lo propuesto en las 154 páginas del volumen hay muestras de una excelente capacidad de síntesis para meter de lleno al lector en historias oscuras, tanto en lo literario como en lo gráfico. Pues cabe destacar que aquí encontramos páginas magistrales, de esas que no te cansas de contemplar. Un uso de la tinta para reforzar los claroscuros y el ambiente que precisa cada argumento. La sabia combinación de erotismo y terror que alberga algún relato… Lo inquietante que se sugiere y la lucidez para condensar ambientes que refuerzan en todo momento la pretensión de cada historia.
También aquí hay muestras de un guionista lúcido, valiente. De los que deja relatos con poso. Sirva de ejemplo “El Mal”, donde en tan solo cinco páginas son suficientes para que Joan Boix nos plantee una cuestión filosófica de forma rotunda. O “La Cautiva de Cork”, sin duda uno de los puntos álgidos del libro para el arriba firmante por ritmo, composición de página, técnica y narrativa gráfica.
Así podríamos ir, relato por relato, ahondando en este volumen imperecedero. De fuerza arrolladora y que posee lecciones magistrales tanto de guion como de resoluciones gráficas. La última muestra de talento es sin duda la portada creada por el maestro para la reedición de este volumen (que ya fue editado previamente en el 2009 por Ediciones B). Un soberbio dibujo del que también podemos disfrutarlo a tinta en el interior del tomo.
Esto es lo que nos espera en esta edición, que entendemos definitiva por formato y factura, de Aleta: 154 páginas en formato cartoné, que cuenta con la introducción y unas notas bibliográficas a cargo de Antoni Ariguita. Una obra que sin duda será valorada por los viejos aficionados al género de terror y al superlativo arte de Joan Boix. Y también el mejor billete para que nuevas generaciones conozcan el arte de este autor, ya leyenda del tebeo español.