Época de instituto. Pubertad. La necesidad lógica de encontrar un lugar en el mundo mientras el cuerpo acaba de desarrollarse. Tiempo de cambios, de formación, de entablar relaciones sociales, de los primeros intereses sentimentales. Es el tiempo donde todo lo vivido es más intenso, donde todo es nuevo e importa. El paso a la madurez física, no siempre acompasado con la madurez psicológica. Quien pasó por ello lo sabe. Y quien lo está experimentando también, como Garfield Logan, alumno del instituto Bull Greek de Eden, Georgia, y protagonista de “Teen Titans: Chico Bestia” (“Teen Titans: Beast Boy”), de Kami Garcia y Gabriel Picolo, el volumen editado por la editorial Hidra dentro de su línea de “Joven Adulto” encargada de materializar en castellano las obras del sello “DC Young Adults» de DC comics.
Garfield no vive solo los cambios propios o esperables de su edad, 17 años. También experimenta otros que lo hacen singular. A esa búsqueda de reconocimiento popular en su ambiente estudiantil, donde se confunde la fama mal entendida con el deseo de confraternizar, se le suma el despertar de las habilidades especiales que posee Gar. Habilidades que nadie le ha explicado que las posee y florecen en su camino a la madurez.
Esta es la premisa de la que parten Kami Garcia y Gabriel Picolo, que tras el éxito obtenido con “Teen Titans: Raven”, revisan bajo los mismos parámetros otra de las icónicas figuras del equipo de sidesicks del universo DC. En este caso es la figura de “Chico Bestia”, el superhéroe con la habilidad de transformarse en cualquier animal, siempre bajo su característico y definitorio color verde.
Kami Gracia nos propone una premisa que bebe de los mismos estímulos que Raven: un relato donde el camino de la auto aceptación está siempre en primer plano mientras despiertan los poderes del protagonista. Donde lo real gana la partida a lo fantástico y es el motor real para que los jóvenes lectores a los que va dirigido este cómic se enganchen a él. Eso y la caracterización de los protagonistas del tebeo, muy cuidada, hace el resto para desarrollar los suficientes elementos empáticos para que el interés por lo que cuenta esta historia se despliegue. Y todo ello manteniendo la esencia latente característica del Beast Boy icónico del universo DC.
En lo artístico, Gabriel Picolo mantiene su trazo limpio y efectivo que captura a la perfección el espíritu del relato. Picolo, que en este caso cuenta con la colaboración de Rob Haynes, nos brinda páginas funcionales y ágiles composiciones de página, que se maximizan el tempo que precisa este guion. En cuanto al color, David Calderon mantiene su efectividad como en Raven, sustituyendo en este caso a primacía del violeta por un verde que o impregna todo, como distintivo cromático el persone que protagoniza esta obra.
Así se erigen las 184 páginas que conforman “Teen Titans: Chico bestia” editado por Hidra. Un tebeo que cumple con la función de ofrecer un relato fresco destinado a una nueva generación lectora mientras sintetiza en esencia a uno de los personajes icónicos de los ya clásicos jóvenes Titanes. Solvente y efectivo en cuanto a guion, con un efectivo y sintético atractivo apartado gráfico, este es un buen ejemplo de cómo llevar superhéroes clásicos a una nueva generación lectora.