Tras los traumáticos hechos vividos en Tossa de Mar, Sonia intenta continuar su vida en Barcelona. Necesitada de ayuda médica, las consultas a su psiquiatra se han convertido en parte de su rutina. Aquel episodio traumático en Tossa solo puede hacerle frente con terapia médica. Un episodio que reflejó los primeros síntomas de una novedosa enfermedad mental, de la cual uno de los mejores especialistas se encuentra en Vigo. Así surge la oportunidad de poder dar con un tratamiento efectivo para lo que padece Sonia: yendo a Vigo para ser objeto de análisis, diagnóstico y terapia en la ciudad gallega. Así comienza la posibilidad de encontrar una cura en “Dos. Buscando respuestas en Vigo”, de David Braña, Anel Montoro y Álex Segura, la continuación del thriller psicológico que inauguró Braña con Hernán Fino en “Dos. Primeros Síntomas” y que la editorial Drakul editó su continuación en el año 2015.
Pero no todo va a ser bueno en esta escapada a Vigo. Las visiones que perturban a Sonia vuelven, así como una serie de perturbados mentales que quieren borrarla del mapa. De esta manera la esperanza de una posible terapia efectiva se dará de bruces con el terror que le persigue desde que aparecieron los primeros síntomas de su “enfermedad”. Vuelve la inquietud y el peligro, la ansiedad de saber que algo malo va a ocurrir…
Para la secuela de Dos, Braña (“Lady Enigma”, “Vivar”. “Monte Arruit” o “Mil Lobos”) buscó el justo equilibrio entre mantener el concepto y esencia de Dos sin repetir de forma excesiva esquemas previos. Así nos propuso un relato en el que la historia de Sonia y su patología avanza y evoluciona, con dosis y sustos bien condimentados con representaciones tridimensionales de personajes: tan bien caracterizados que resultan reales frente a lo irreal de su situación. Hecho que refuerza en todo momento la potencia de un tebeo de estas características.
En lo gráfico, el testigo pasa a Anel Montoro en el dibujo y el color de Álex Segura. Siendo Montoro el responsable de recoger el testigo de Hernán Fino, sale airoso del desafío ofreciendo ese justo (y difícil de alcanzar) punto medio que recuerde al estilo previo que tenían esos personajes en la obra original y la vitalidad e impulso que aporta con su trazo. El color, una novedad en la saga, puesto que su primer volumen fue en blanco y negro, le da un baño cromático que reviste de solidez la obra.
Una obra, que como buen thriller psicológico, se lee de tirón. Tal es el enganche que ofrece al lector desde sus primeras páginas. Los acertados trucos de artesano del oficio e contar historias es algo que Braña sabe dosificar en sus trabajos. Muestra de ello son las 88 páginas de “Dos. Buscando respuestas en Vigo” que editó Drakul en formato rústica y que conforman un relato sólido y atemporal, que no ha perdido ni un ápice de su fuerza original desde su nacimiento.