Código Oráculo: Acceso permitido

 

A lo largo de su vida editorial, el personaje de Barbara Gordon ha experimentado mutaciones notables desde su creación en 1967, cuando a instancia de William Dozer, productor de la serie televisiva de  “Batman”, Julius Schwartz, Gardner Fox y Carmine Infantino crearon a la hija del comisario Gordon como contrapartida femenina del Caballero Oscuro, que por aquel entonces andaba totalmente iluminado por el influjo pop. Atrás quedaba Betty Kane, la primera “Bat-Girl” de 1961, creada por Bill Finger y Sheldon Moldoff, para dejar paso a Barbara Gordon como la chica murciélago más icónica, irrumpiendo en las viñetas el Detective Comics #357, y con posterioridad en el inicio de la tercera temporada de la serie protagonizada por Adam West y Burt Ward : En “Enter Batgirl, Exit Penguim” Batgirl era una realidad de la mano de la interpretación de Yvonne Craig.

Como un referente menor de la edad de plata de los cómics comenzó la andadura de la contrapartida juvenil y femenina del Señor de la Noche. No dejaba ser un elemento más que complementaba el universo de Batman, que dejó de tener sentido tras las “Crisis en Tierras Infinitas”, donde la editorial reestructuró y simplificó su multiverso de ficción de la mano de uno de los mejores crossovers de la historia del cómic de superhéroes. Después de aquello y tras cruzarse en su camino Alan Moore y Brian Bolland en la magistral “Broma Asesina”, Barbara dejó de ser la misma. Atrás quedó el traje, llegaba la invalidez que la condenaba a una silla de ruedas; pero la maestría y dotes de detective se mantenían intactas: así nació “Oráculo”, quizá el papel donde mejor ha brillado Barbara Gordon, mucho más que con las mallas enfundadas siendo una versión femenina del vigilante de Gotham.

Cómo “Oráculo”, Barbará Gordon se presentó en Suicide Squad #23, haciendo las labores que indica su alias: dando soporte de inteligencia e información a los héroes, a la vez pone sus dotes de hacker al servicio de las misiones y misterios que se han resolver. Es entonces cuando Barbara gana peso y tridimensionalidad, cuando adquiere una entidad que le da su razón de ser. Una razón que quedó diluida por las decisiones editoriales y mercantiles, sirviéndose DC Comics del reset «Flashpoint«, para volver a vestirla con el manto del murciélago en la etapa “New 52”. Y así hasta ahora.

No obstante, el concepto de “Oráculo” era lo suficiente potente como para no dejarlo aparcado en los archivos de la editorial, y en la línea “Young Adults” que tiene la “Distinguida Competencia” lo han presentado en el tebeo que comentamos hoy: “Código Oráculo” («The Oracle Code«), de Marieke Nijkamp, Manuel Preitano y Jordie Bellaire,  la última referencia de la línea “Joven Adulto” que regularmente publica en castellano Editorial Hidra.

Marieke Nijkamp (“Balas en la pizarra”) mantiene la  esencia de Oráculo en esta encarnación de una Barbara Gordon adolescente, en el momento que tiene que aprender a convivir con su recién estrenada invalidez. Justo cuando la joven necesita explicarse a sí misma, un misterio envuelve al «Centro Arkham de Rehabilitación». Como el reto que supone un puzle,  Barbara resolverá el acertijo que planea en el ambiente, mientras que a la vez recorre un camino de aceptación de sí misma y su nueva situación, sin olvidarse de las amistades, las nuevas y las viejas. Un relato totalmente despojado en lo formal de elementos superhéroicos, pero que subyacen en la  esencia en relato. Pues la  grandeza de un héroe no está en su aspecto sino en su actitud vital. Todo ello combinado con elementos que despertarán el interés del público al que se dirige a obra .

Dicho o cual, que no es precisamente poco , es en lo gráfico cuando el cómic traspasa la línea de su target para ser una obra destacable para cualquier aficionado. Pues estamos ante un trabajo por parte de Manuel Preitano y Jordie Bellaire para quitarse el sombrero. Preitano nos va a ir cautivando con unas páginas y composiciones más que efectivas, mientras que adopta un estilo que a más de un lector veterano le evocará al maestro David  Mazzucchelli. En cuanto al color, Preitano y la inigualable Jordie Bellaire (“El Regreso del Caballero Oscuro: El Chico Dorado”, «Catwoman» “The Banks” o “Bella Muerte” nos regalan algún que otro festín para los ojos. Sirva de ejemplo ese paseo nocturno por Arkham , donde el violeta predomina e intensifica la composición de página de Preitano.

Por todo ello estamos ante un tebeo que no solo es un relato ideal para el joven púbico al que se dirige, sino que se revela como uno de esos comics perfectamente disfrutable por cualquier lector. Independientemente del rango de edad y bagaje previo de quien se sumerja en su lectura , las 200 páginas que componen “Código Oráculo” son un camino merecedor de ser recorrido.

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