Una de las cosas que trajo consigo la trilogía de las precuelas de Star Wars fue el concepto de “Universo expandido”, ampliando en todas las direcciones temporales las posibilidades de la Saga de Lucas. Un concepto que sobre todo se aprovechó en novelas y cómics, apostando Dark Horse, la editorial licenciataria por aquel entonces, por ahondar en esa galaxia muy muy lejana que ofrecía múltiples posibilidades creativas. Así llegaron tebeos muy celebrados de la franquicia de George Lucas, como “Caballeros de la Antigua República” o “Legado”, por citar solo dos ejemplos.

El tiempo pasó y Lucasfilm pasó a ser propiedad de Disney. Hecho que motivó el siguiente destino editorial de los cómics de Star Wars, volviendo la franquicia a Marvel comics tras años de fertilidad creativa en Dark Horse. Así, justo antes del estreno del criticado episodio VII (“El Despertar de la Fuerza”) se anunció que todo el material ajeno a las películas y series oficiales dejaba de ser considerado “canon oficial”. En realidad, y más allá del revuelo que generó esta decisión entre el fandom, no era más que hacer “limpieza” para que las nuevas películas, libros y cómics tuvieran el camino despejado para volver a trazar el futuro y pasado de la saga. Así comenzó la tercera trilogía de la saga más famosa de la galaxia, esta vez ya sin George Lucas en el timón y con desiguales resultados tanto en cine, como en las series de televisión y en los cómics. Una nueva época que también ha tenido algún que otro hallazgo: Doctora Aphra, BT-1 o Triple Cero en los cómics, o los célebres Din Djarin o Grogu en la pequeña pantalla han sido personajes que han conquistado su hueco por derecho propio.

Así ha transcurrido una época, más de un lustro, de “contención” en los cómics de Star Wars: una época en la que la atención se ha centrado en las aventuras de los personajes clásicos, y alguna que otra serie y one-shots dedicadas a personajes de la nueva trilogía. Después de eso, en Lucasfilm han tomado la decisión de volver a expandir el universo…

“Antes de la Saga de los Skywalker….”

Viajamos atrás en el tiempo, mucho antes de la época canónica de la trilogía original. A los tiempos de mayor apogeo y expansión de la República Intergaláctica y de la orden Jedi. A los tiempos de la “Alta República”: Esa es la premisa de la que parte la novela de Charles Soule (“Daredevil”) que ha encontrado su lugar bajo el sol en “Star Wars”. Una época que nos retrotrae a los días gloriosos del pasado. Donde los Jedi son los guardianes de la paz de la galaxia y la luz prevalece sobre el lado oscuro. Una edad dorada que se ve reflejada en la novela de Soule “The High Republic. Luz de los Jedi” y que se complementa y amplía con la última serie de la franquicia de Marvel, a cargo de Cavan Scott, Ario Anidito, Mark Morales y Annalisa Leoni como equipo creativo, siendo Phil Noto el encargado de las portadas principales. Una serie, “The High Republic” que ha supuesto un best seller para la casa de las ideas, llevando varias reimpresiones sus primeras entregas en grapa.  

Un tebeo que realmente nace con vocación de complementar la novela de Soule, si bien en las primeras entregas las aportaciones son tímidas y se abren paso poco a poco. Se intuyen elementos de interés que si se desarrollan, la cabecera ganará enteros. Pero aún es pronto para las afirmaciones categóricas. Potencial sin duda tiene, como su personaje principal: Keeve Trennis, una padawan que va a convertirse de forma inminente en Caballero Jedi y que tiene el suficiente potencial para desarrollarse con carisma.

En lo gráfico, Anidinto y Morales se revelan como un tándem funcional que resuelven con eficacia este viaje a la edad dorada de la galaxia, aderezado con el color de Annalisa Leoni, ideal para lo que se espera en estas páginas. El resultado visual sin duda es más que satisfactorio, y ya desde la primera entrega hay páginas que gustarán a más de un fan de la saga galáctica.

Con todo y con eso, en esta época de descomprensión textual, las primeras grapas apuntan a una buena dirección, si bien tampoco sorprenderán a nadie. Se intuye que estamos ante un camino ya recorrido, pero grato de transitar. Aún es pronto para valorar en su justa medida todo lo que implica “The High Republic”, tanto en lo literario como al nivel de noveno arte, en el conjunto de la saga. Muchos optarán por las comparaciones odiosas (pues no por nada la sombra del ya clásico “Caballeros de la Antigua República” se antoja alargada y potente). Aún así, y sabiendo que no hay nada nuevo bajo el sol, la propuesta se antoja un buen producto de entretenimiento para seguir recreándose en todo lo que fue aquella Republica Intergaláctica en aquella galaxia muy muy lejana, y lo que suponía ser un Jedi en aquel entonces. Bienvenida sea esta nueva era de expansión…. por la luz y la vida.