Una de las constantes subjetivas en los años de carrera universitaria es el piso que se comparte con otros estudiantes. Todo puede variar en cuestión de semanas, menos el domicilio compartido donde se han forjado complicidades domésticas y amistades. Pero nada es para siempre y puede que aquel primer paso hacia la madurez, que supuso que Esther, Daisy y Susan comenzaran el segundo curso universitario viviendo juntas, llegue a su fin cuando acabe el año lectivo. ¿Puede llegar a pasar esto? En “Giant Days volumen ocho” asistiremos al comienzo de este nuevo paso en la vida de las tres universitarias más divertidas de las viñetas de la última década, de la mano de John Allison, Max Sarin, Liz Fleming y Whitney Cogar.
Lejos de quedar en una sitcom donde nada avanza, la propuesta de John Allison sigue fluyendo como la vida haciendo evolucionar cada mes la vida a sus criaturas. Una vez pasado el ecuador del segundo curso, Daisy va consolidando su relación con la peculiar Ingrid, para desespero de Esther y Susan, víctimas de la convivencia doméstica. Mientras tanto, le quedará tiempo a la encantadora Daisy para intentar salvar la economía grupal del piso jugando al billar o buscándole una pareja que encaje con Ed Gemell. ¿Lo conseguirá? Quién sabe. La vida te lleva por caminos raros. Como los que cruza Esther, que acabará haciendo amistad con Emilia, la novia de McGraw, mientras la relación de pareja va condenada al desastre. Pero no solo lo emocional y social es el centro de la vida de nuestras protagonistas. La vida doméstica tiene su parte importante en sus preocupaciones: termitas y facturas de suministros de alto importe serán objeto de sus preocupaciones.
“Ella infló la factura de la luz que nos destruirá a todas. ¡Esta mañana recibimos esta versión exclusiva en rojo! ¡Muy rara! ¡Edición coleccionista!”
Todo evoluciona y Allison lo lleva a cabo de forma orgánica y divertida, introduciendo cambios y giros inesperados de forma tan inesperada como natural, como la vida. Así funciona esta sitcom en viñetas, en constante cambio, que fluye como discurre las vidas de sus protagonistas y allegados. Hechos que sin duda sabe aprovechar el guionista para alumbrar diálogos y momentos hilarantes, que seguro disfrutarán los fans de la serie.
En lo gráfico, un Max Sarin cada vez más suelto dota de vida a los personajes en unas viñetas que rezuman vida y expresividad, haciendo suyas en todo momento las creaciones de Allison. Como de costumbre, las tintas de Liz Fleming y el color de Whitney Cogar hacen el resto para que estas páginas resulten redondas en su cometido de comedia costumbrista.
Una vez pasado el ecuador de la serie del subsello Boom Box de Boom! Studios, se puede afirmar que el nivel de diversión no decae en ningún momento, no atisbándose signos de agotamiento en una propuesta que va discurriendo a la par de la vida de sus protagonistas. Así se puede corroborar en las entregas 29 a la 32 que conforman el octavo volumen de estos «días gigantes», editado por Fandogamia: 112 páginas en formato rústica que se complementan con las reproducciones a página completa de las portadas de la edición en grapa, a cargo de Max Sarin, y una selección de bocetos de John Allison y el propio Sarin. Complementos todos que acompañan a una de las sitcom en viñetas más frescas de los últimos tiempos, en un volumen que sigue consolidando la trayectoria ascendente de la serie.