La crisis en occidente sigue su camino. A costa de recibir un trozo más pequeño del pastel la ciudanía va aceptando el nuevo status quo, recorte tras recorte. Tanto en materia de libertades como de recursos materiales. Mientras tanto el espectáculo debe continuar. Espectáculos culturales como conciertos se siguen ofertando, contra el viento represor y la marea burocrática, en esta tierra cada vez más árida, en esta “Tierra Muerta”. Así nos introducimos en el último cómic obra de Don Rogelio J., que Autsaider Cómics ha tenido a bien hacer llegar a las librerías españolas.
Fiel al carácter “outlaw” de la editorial, ese que nos propone obras irreverentemente frescas, “Tierra Muerta” nos cuenta un relato que nos lleva a un futuro distópico que guarda semejanzas con lo que podemos encontrar en la vida cultural actual. Don Rogelio J. (“Desde Abajo”) lo sabe bien como integrante de bandas independientes españolas como “Tumba Swing” y “Aullido Atómico”. Este polifacético artista (pintor, tatuador, músico y autor de cómics) sabe de primera mano lo que implica subir a la furgoneta, cargar con el equipo, montarlo para finalmente dar el concierto, y tras ello recoger y ponerse rumbo hacia otra sala donde el ritual se repetirá.
Todo ello queda implícito en las conversaciones de furgoneta que nos encontramos en estas páginas, donde una banda de apoyo acompaña a una cantante en la gira del que se supone es su mejor trabajo hasta la fecha. Un trabajo nacido en la independencia y con destino a esas salas de concierto donde hay más verdad musical que espectáculo multimedia. Esas salas que por desgracia ya empiezan a escasear en nuestra realidad actual.
En estas páginas acompañaremos a la banda por los áridos caminos que separan la civilización en el universo que nos muestra Don Rogelio J. Pues en “Tierra Muerta” más allá de las ciudades (o entre ellas) no hay nada recomendable bajo el punto de vista estatal y las ciudades son objeto del más absoluto control por parte de las autoridades, sean del color político que sean. Así discurre este relato de esencia punk, que por mucho que se revista de ciencia ficción tiene pegada a su tinta y color la verdad del que ha girado por una “tierra muerta”, por las sensaciones que desprende. Que a través de una banda de músicos retrata de forma metafórica una sociedad y una escena cultural, con la lucidez del descreimiento. Todo ello nos lo encontramos en páginas que suenan a punk, en el sentido que el nihilismo planea en cada color y trazo… con la misma intensidad y fuerza que vamos conociendo, concierto a concierto, esa sociedad distópica. Con esa fuerza que destila el trazo, estilo y color que envuelven el tebeo, donde lo gráfico y lo literario van de la mano de forma indisoluble.
Tras ese mensaje, que puede servir para reflexionar tras la lectura de la obra, queda decir que “Tierra muerta” supone un abono de creatividad y lucidez, complementado por páginas brillantes en lo plástico y certeras en su intencionalidad. Una carretera hecha desolación que se antoja única y reveladora. De las que piden banda sonora mientras se recorren y se leen. Así se conduce por las 160 páginas que ha editado Autsaider Cómics en formato rústica. Un camino árido que nos recuerda que la vida en el filo merece ser vivida y contada. Que merece ser dibujada y expuesta para que además del entretenimiento que proporcione, nos lleve a conocer tebeos, que más allá de servir para pasar el rato, hagan sentir y reflexionar. Como esta “tierra muerta”, que es abono creativo.