“Podíamos resistir y resistimos.”
Saturnino Martín Cerezo
Héroe del sitio de Baler y último jefe de su defensa
El 15 de febrero de 1898, con el hundimiento del USS Maine, comienza el fin del imperio español. Estados Unidos declara la guerra a España por el control de Cuba y Filipinas. Una contienda que sin duda aprovechó la insurgencia filipina para poner fin a 355 años de presencia española en el archipiélago del sur de Asia. Una guerra rápida en varios frentes que desemboca en el Tratado de París de 1898, donde España cede a Estados Unidos Filipinas, Guam y Puerto Rico, mientras Cuba es declarada estado independiente. La Guerra había acabado, pero en Baler no.
En la pequeña población filipina de apenas 1.700 habitantes el conflicto se extendió, tanto como duró la resistencia de un pequeño destacamento español al asedio filipino. Refugiados en la Iglesia de Baler permanecieron 337 días los 53 soldados y 3 franciscanos, haciendo frente tanto al incesante acoso enemigo como a condiciones insalubres y la desconfianza que provocaban las noticias del exterior. Son conocidos en el imaginario popular como “Los últimos de Filipinas” y hoy analizaremos el cómic centrado en los hechos históricos que protagonizaron. Un tebeo con guion de Fernando Llor, dibujo de José Raúl Orte y color de Jorge Martínez, también conocido como Jorge Hov, que se engloba dentro de la colección “Historia de España en Viñetas” que edita Cascaborra Ediciones.
Fernando Llor nos ofrece un guion donde retrata lo que supuso ese ejercicio de resistencia para los hombres que vivieron el asedio de Baler, defendiendo la posición de forma ejemplar. Con un ritmo ágil, las páginas del cómic enseguida nos sumergen en esos días que el destacamento comandado por Saturnino Martín Cerezo, incomunicado y asediado, resistió en las peores condiciones posibles. Detalles que no escatima el guion de Llor, sabiamente sazonado de puntuales flashbacks que cumplen su cometido para poner en situación al lector. El lápiz de Orte, totalmente al servicio de la historia, contribuye al excelente ritmo del relato, al igual que los colores sobrios elegidos por Jorge Hov.
Un relato de ritmo ágil y tono sobrio, duro como los hechos bélicos que contiene y que permite acercarse a lo que supuso vivir (y resistir) un asedio como el que fue el de Baler. Queda reflejado de forma certera todo lo que implicó no claudicar durante casi un año, la capacidad de sufrimiento de esos soldados en un contexto de asedio constante, escasez de alimentos en buenas condiciones, enfermedades y falta de noticias de su ejército.
Tras el relato, el volumen se cierra con un excelente texto de Miguel Ángel López de la Asunción, autor de “Los últimos de Filipinas: mito y realidad del Sitio de Baler”, que sirve para aportar un contexto histórico profundo a lo contado en el tebeo. Así resulta este volumen redondo de 64 páginas en formato de álbum europeo. Uno más fruto de la colección “Historia de España en Viñetas” de Cascaborra Ediciones, que mes tras mes recupera pedazos de historia de nuestro país en formato cómic.