Las aventuras de Mayor Montenegro: movimiento sin palabras [Reseña]

Da la sensación de que, en pleno siglo XXI, cierta rama de la animación clásica se ha perdido para siempre. Me refiero a aquellos maravillosos cartoons en glorioso blanco y negro que carecían de sonido más allá de la acelerada y extravagante banda sonora. Era la época del cine mudo, y este tipo de historias animadas se ofrecían en un formato breve, pequeñas piezas en las que el humor cobraba un gran protagonismo, casi siempre apoyado en secuencias muy físicas en las que predominaban las persecuciones, los encontronazos entre personajes y cierta moraleja en el desenlace. Aunque hubo muchos pioneros que crearon auténticas obras de arte, no fue otro que Walt Disney el que popularizó estos sketches animados que, a la postre, ayudaron a fundar un enorme imperio. Todo esto me sirve para introducir el cómic del que voy a hablar: Las aventuras de Mayor Montenegro, un homenaje a aquella época tanto en cuerpo como en espíritu.

Las aventuras de Mayor Montenegro es una compilación de historietas que basan su premisa en algo tan sencillo como, a priori, inocente. Tenemos a un personaje heroico, el Mayor Montenegro —una especie de caballero con rasgos robóticos y cabeza con forma de televisión—, que recorre infinidad de lugares cabalgando con su corcel Bucéfalo Quinto, y topándose por el camino con mil y una aventuras. Todo ello sin una sola palabra.
El esquema del autor mexicano Guido Rosas —que firma como Guido-Visión— no puede ser más simple a nivel guionístico, demostrando que la fuerza de su creación radica en otra parte. Eso sí, esta economización de guion no significa que las historias no funcionen. Más bien al contrario, cada una de las piezas que componen este volumen adoptan la precisión de los clásicos que comentaba más arriba, apoyándose en un componente humorístico bastante marcado en muchas de las historias. Es este cómic el mejor ejemplo de que, a veces, menos es más, siempre que vaya en aras del entretenimiento lector.

MMPero vamos a los puntos fuertes. Es lógico pensar que, tratándose de un cómic mudo, Las aventuras del Mayor Montenegro se apoye en un plano narrativo firme. Y así es. El autor consigue trasladar al papel una intensa sensación de movimiento continuo, dotando a toda la obra de una secuenciación muy basada en la fisicidad, al punto que muchas de las escenas remiten directamente al slapstick. La impresión al leer este cómic es la de estar ante algo parecido a un trabajado storyboard en el que las imágenes cobran vida y desplazamiento propio. Con ello se logra hacer llegar al lector la sensación de velocidad, siendo una lectura vibrante y sin frenos desde la primera viñeta hasta la última.

El dibujo es sencillo en apariencia, especialmente en lo tocante al diseño del personaje principal y su fiel corcel —que recuerda poderosamente al estilo de Hora de aventuras—. Sin embargo, el resto de personajes y decorados tienen más atención al detalle. Especialmente trabajada está la primera y más extensa historia incluida en el cómic, titulada En las entrañas de Titanaktum. En ella es apreciable la influencia de numerosos elementos del folclore y la mitología precolombinas, que le dan a la obra un aire exótico y muy llamativo. Muchas líneas y sombreados incrementan la profundidad de las viñetas, viñetas que por otra parte se reparten en gran número en cada página para que la acción no se detenga en ningún momento.

MM2

El resto de historias son piezas algo más breves que en muchos momentos repiten estructura pero sin perder efectividad. Muchas de estas historias ya se publicaron en formato webcómic, y hay que decir que la edición que nos llega carece de aquellas con mayor contenido explícito a nivel erótico, aunque en algún momento vemos cierta insinuación en este sentido.

En conclusión, el segundo cómic publicado por El Refugio de Ryhope no puede situarse en un espectro más diferente a V2LUPI, cosa que nos hace albergar esperanzas respecto a la heterodoxia y amplitud de miras de esta editorial. Publicado en un coqueto formato apaisado, Las aventuras de Mayor Montenegro es una divertida y satisfactoria revisitación a las clásicas historias de caballería que recupera el sabor de aquellas piezas animadas de principios del siglo XX. En el propio volumen se confiesan las influencias de algunos autores y obras de la tradición franco-belga, sumada a reminiscencias de tiras de prensa y del indie norteamericano. En este sentido, podemos emparentarlo con el fenomenal The Secret Voice de Zack Soto, por sus secuencias de acción. Fantasía y humor en una exhibición de vertiginosa y magnífica narrativa gráfica. ¿Qué más se puede pedir?

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