A menudo en este país, en el cual se habla más de lo que se piensa, reflexiona y lee, contamos con lagunas importantes en materia histórica. A veces suplidas por la deformada visión aportada por las visiones cinematográficas y siempre vistas desde una perspectiva simplista. De este modo, a veces el ciudadano medio asume como verdades lugares comunes deformados, como pudiera ser la leyenda negra que envuelve a todo que data de la época en la que España mantuvo sus colonias de ultramar. Cierto es que se cometieron salvajadas y atrocidades, pero igualmente hubo hechos que, a la luz de la perspectiva actual se podrían catalogar como positivos en términos de derechos humanos. Y es que en la historia de la humanidad los periodos no se pueden juzgar de forma maniquea, a blanco o negro. La Historia suele transitar en una abultada escala de grises y ahí quedan los hechos para que cada cual los juzgue como estime oportuno. Para ello solo es esencial un elemento: tener acceso y conocimiento de lo ocurrido.
Toda esta reflexión previa viene a colación del cómic que trataremos hoy: “1740: San Agustín”, obra de Daniel Torrado editada por Cascaborra Ediciones en su colección Historia de España en Viñetas. Un tebeo que se encarga de poner a la luz varios aspectos que entendemos clave para contrarrestar la leyenda negra de la España colonial pues nos cuenta una historia envuelta en un hecho histórico notable y digno de ser rescatado para un conocimiento mayor de la sociedad.
En el siglo XVIII la zona que hoy conocemos como el sureste de Norteamérica era un territorio disputado entre las potencias europeas. San Agustín de la Florida (la primera ciudad como tal en el territorio de lo que hoy conocemos como Estados Unidos, fundada el 8 de septiembre de 1565 por Pedro Menéndez de Avilés (1519-1574), adelantado de la Florida con autorización real para fundar ciudades en la colonia) era una pieza cotizada por la milicia inglesa. No solo por una importancia relativa a nivel estratégico sino porque, desde que se promulgó el edicto del gobernador de la Florida española, Manuel de Montiano, la presencia española suponía trastorno en si para la zona ocupada inglesa. El edicto en sí venía a decir que otorgaba la libertad a cualquier esclavo que viniera de las colonias inglesas. Obviamente, la estrategia española no estaba basada en un sentido elevado de altruismo sino en debilitar al rival con una constante huida de esclavos, que una vez adquirida su condición de libertos en territorio español pasaban a aumentar la población de la colonia española, dedicándose fundamentalmente a defender la frontera.
Cabe destacar que, en la época, la esclavitud existía en el Reino de España, si bien las condiciones materiales de los esclavos estaban a años luz de las que se soportaban en esclavitud bajo la legislación inglesa. En España, por ejemplo, los esclavos podían disfrutar de propiedades, se les respetaba el arraigo familiar e incluso podían comprar su libertad. En el caso de la Florida Española era diferente, los esclavos que se liberaron del yugo inglés pasaban a aumentar tanto el censo como la milicia española, debilitando con ello al rival. De este modo, el Fuerte de Santa Teresa de Mosé, en la frontera entre Florida y Georgia, pasó a ser el primer asentamiento legal de negros libres de América del Norte.
Así llegamos a enero de 1740, cuando el gobernador de Georgia James Edward Oglethorpe ordena la invasión de Florida, llegando a tomar el fuerte Mosé y sitiando San Agustín. Ese es el punto de arranque del tebeo de Daniel Torrado. Mosé ha caído y San Agustín corre riesgo de caer en manos inglesas. Todos los soldados de Mosé que han logrado sobrevivir han llegado al fuerte de San Marcos y hay que idear una estrategia para contrarrestar la avanzada inglesa.
“Con su permiso, Señor Gobernador. Si recuperamos el fuerte Mosé, bloquearemos su suministro y dificultaremos el asedio”.
Seremos testigos en “1740: San Agustín” de porqué para la milicia inglesa el Fuerte Mosé pasó a la historia como “Bloody Mose”. Pero Torrado (“1805: Trafalgar”, “1539 Castelnuovo” o “Bernardo de Gávez. Pensacola 1781”) no solo va a centrarse en la batalla en sí. También quedarán reflejados los anhelos de libertad de aquellos hombres que huían desesperados hacia suelo español para escapar de la esclavitud más vejatoria, pues eran tratados por los ingleses como verdadero ganado. De este modo, el hecho bélico irá desarrollándose mientras está siempre presente la búsqueda de la legítima libertad, la lucha contra los prejuicios raciales, la lealtad entre miembros de un batallón o la redención de los actos heroicos. Todo situado en un guion que funciona al milímetro, que entretiene e ilustra sobre un aspecto de nuestra historia que merecería ser más conocido.
Como acostumbra a hacer Cascaborra Ediciones en la colección Historia de España en Viñetas “1740: San Agustín está editado en formato álbum europeo de 56 páginas y cuenta con un texto del historiador Francisco García Campa , creador del blog «Bellumartis historia militar», que nos sitúa en el contexto histórico para disfrutar mejor del tebeo. Un tebeo que pone su grano de arena para devolver a la Historia conocida los matices que huyen de los simplismos coyunturales.
Muy interesantes trabajos. Bueno, comentar alguna que otra precisión -científica- en la historia de Las Provincias, España ( El Imperio Español ) nunca llegó a aceptar la esclavitud ni traficar con esclavos, ya en época tardía del principal defensor de los » derechos de los indios » el padre Las Casas ( de apellidos adoptados ) paralizó durante más de cinco años la expansión occidental de los españoles, su férrea defensa ( tenía que amortiguar las » malas lenguas » que le acusaban de violar y asesinar a cientos de indios en un periplo muy anterior de explorador ) a los nativos amerindios dejó asombrados al mundo, el fanatismo de Las Casas ( desde hace décadas, para el s. XX principal figura de ref. de los grupos marxistas indigenistas en » Colombia » -América Española- ) llegó a cotas insuperables. Propuso que los indios no debían de : TRABAJAR, si acaso en menesteres propios y menores. Por ello, Las Casas elaboró un plan al rey, este consistía en importar : negros ( en estado salvaje ). El monarca aceptó el experimento de Las Casas, pero pronto comprendió que este hombre solo buscaba el afán de protagonismo aprovechándose de una causa noble que la propia España ya defendía en todo el mundo. Llegaron noticias del proyecto de Las Casas en Las Indias ( América, antes llamada también Colombia ) y retiraron todo el poder concentrado en este particularísmo » pater » de origen judío y afincado en varias zonas de Castilla antes de llegar a Sevilla ( la familia de él adoptaron unos apellidos de la época, por entonces la hispalense estaba repleta de navegantes galos y holandes, principios del s. XV, tan es así con el famoso Betancourt que ya había llegado hasta las islas afortunadas ) y la demanda requería un cierto toque de refinamiento. Pero no nos vayamos por la tangente, vamos al experimento de Las Casas. El imperator de España leía asombrado como Las Casas había fracasado rotundamente, puso dinero de su bolsillo ( de el de Las Casas ) para la compra en África de esclavos, en una larga travesía sin apenas recursos y maltratados por el rigor de las condiciones del viaje desembarcaron en una determinada zona de gran actividad comercial, los negros se subían por las casas como si estuvieran en los árboles de sus tierras de origen, el propio Las Casas indicaba que se usare el látigo para concentrarlos y reconducirlos a las zonas de trabajo ( famosa palabra de las » encomiendas » ), allí cuando fueron retiradas sus cadenas unos cientos de negros esclavos lo primero que hicieron al aprender las tareas de carga y descarga de bultos fue : ¡ comerse a los indios !, es decir, todavía estaba muy presente la lucha contra los adoratorios y la antropofagia de los indios pero estos -tal cadena alimenticia de los animales- pasaron a ser la presa de los negros importados. Al poco estos negros fueron aniquilados allí mismo y los supervivientes llevados de vuelta a : África, con sus tribus salvajes.
España desde época de Ysabel La Católica tenía prohibida la esclavitud, los ciudadanos de tierras conquistadas pasaron a ser súbditos del Imperio Español con plenos derechos y quien atacare a estos serían pasados a cuchillo ( o por la espada toledada ). Esta prohibición estuvo presente desde que a mediados del s. XV ( Sevilla era un puerto de subastas de negros y de moros con destino a reyezuelos norteafricanos y persas ) se supiere que un luso ( de los de las » Sites Partidas » un programa de aventureros, térm. que adoptó el monarca luso aprovechando las poesías de Alfonso X el Sabio para transplantar a miles de negros africanos a zonas como Lisboa y que con el tiempo quedarían mezclados con los lusos ) mulato de una familia acomodada en Lisboa terminó en estas subastas y que finalmente aclarado el asunto fue liberado. No obstante los capturados en guerras se consideraban esclavos o botín de guerra principalmente los musulmanes, claro, pues ellos hacían lo mismo con los occidentales y esto servía para intercambios de prisioneros. ) Efectivamente, en tiempos de las Floridas ( había más de una ) españolas los esclavos negros huidos y que habían sido importados por los traficantes de esclavos ( judíos acomodados en Inglaterra entonces y que luegon derivaron en » Las Compañías de Aventureros » ) a las colonias de Su Graciosa Majestad Imperial de Inglaterra en América escapaban muchos cuando eran sometidos a violaciones, humillaciones y todo tipo de abusos. Al escapar estos sabían en todo momento que a cientos de kilómetros de estas colonias anglojudías estaban los : galos y españoles ( habían varios fuertes o fortines de estos reinos ) y estos galos y españoles eran sinónimo de respeto a los seres humanos, los españoles construyeron ciudades temporales a las afueras del fortín que convirtieron en ayuntamiento y que los galos adoptaron en pocos meses. Estos esclavos negros al llegar a zonas francesas y españolas en América gritaban : ¡ España !, que era como decir : libertad. Fue uno de los secretos para defender con uñas y dientes las posesiones de españoles y galos contra los anglófilos. En época más tardía, España aceptó parcialmente la esclavitud, s. XVII, por unos tratados de comercio entre Francia e Inglaterra, es decir este aspecto se basaba en que seguía prohibida la esclavitud, en las posesiones españolas, PERO se permitía el paso o navegación de los barcos que transportaban esclavos negros bajo pabellón inglés, sin que pudieran permanecer más de unos determinados días.
El mundillo de La Enciclopedia* ha intentado aumentar, sobremanera, de forma ávida, los hechos del Imperio Español con ayuda de La Leyenda Negra ; hoy La Famosa Propaganda ( de guerra, que tanto han sufrido los alemanes en el s. XX y siguen sufriendo de forma general ) máxime cuando España luchó contra viento y marea contra todas estas políticas que los actuales herederos de los defensores de los » derechos humanos » en la ONU y otros más han maquillado a su antojo. Tan es así, que copiaron las normativas en DERECHO INTERNACIONAL ( s. XV, época de los Mundi Imperator y tramos de Carlos V ; Sacro Imperio Romano Germánico ) y otras normas y protocolos así como referencias de protección laboral y garantías civiles, además de mercantiles. Una nación que permitía a jefes indígenas amerindios poseer el título de virrey ( hasta época tan tardía como el primer tercio del s. XVIII ) y mantener las leyes acordadas en costumbres para sus tribus no puede entenderse que ficieren : esclavos.
He visto el artículo y me he animado a comentar. Muchas gracias, una gran labor.
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Gracias a ti por tu aportación.
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Hay algunos errores ortográficos ( p. ej. donde dice toledadas quiere decir : toledanas ), pero más o menos se sobreentiende el desarrollo. Disculpas.
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