Se entiende por “epílogo” a la conclusión breve de un discurso o a la parte final de una obra literaria donde se narra de forma opcional un suceso que guarda relación con la acción principal de la obra. Guardando el término desde tiempos aristotélicos relación con la parte final o la conclusión, no deja de ser curioso que sea el título de la primera referencia de una nueva editorial. Así es, “Epílogo”, de Pablo Velarde, es la primera novela gráfica de Nuevo Nueve Editores, nueva editorial especializada en cómics, tanto para adultos como para público infantil y juvenil. El responsable de la nueva aventura empresarial no es otro que Ricardo Esteban, alma máter de Dibbuks, donde demostró un gran olfato como editor produciendo obra propia y adquiriendo licencias para el mercado español. Olfato que no ha perdido, a la vista de lo que nos hemos encontrado en “Epílogo”.
“El régimen fascista se cimentó sobre un laberinto burocrático en el que millones de personas consumimos nuestras vidas.”
Así se expresa uno de los personajes principales de la obra, refiriéndose en 1984 a los años de una dictadura que asoló España desde el fin de la Guerra Civil hasta la Transición. Ninguna actividad escapó del férreo control de un Estado totalitario. Cualquier expresión cultural tenía que pasar por el filtro de la censura. De ello se cree conocedor Rodrigo, hijo de uno de los censores más poderosos del régimen: José Mendoza. Su descendiente, periodista cultural, no mantiene ningún lazo con su familia desde los últimos años de la Dictadura, habiendo renegado abiertamente de la figura paterna. Años después de muerto el progenitor, el hijo tiene una revelación que tambalea la percepción que tenía de su padre. A partir de ahí Rodrigo emprende un camino de búsqueda y descubrimiento de facetas de su padre que él desconocía. Siempre con la duda, sin la certeza de que eso pudiera ser posible. Mientras los recuerdos de niño, que él creía ciertos, se despojan de certidumbre.
Pablo Velarde, conocido por el gran público por sus series humorísticas en la revista “El Jueves”: como “Porca Miseria”, “Amigas las Tres” o “Custodia Compartida”, concibe con “Epílogo” su primera novela gráfica como autor completo. Para ello nos presenta un guion que apunta a varios frentes mientras se resuelve un misterio que el lector recorrerá de la mano del protagonista, en una trama totalmente adictiva que se eleva conforme se avanza en su lectura. Todo sazonado, sin descuidar ni ritmo ni tono, con varios elementos la que enriquecen: Conflictos paterno-filiales, la censura en la época franquista, la “resistencia interior” al régimen, la maleabilidad de la memoria y la fragilidad humana.
En cuanto a la parte gráfica, Velarde hace gala de encuadres frescos y dominio del ritmo para ir cautivando al lector viñeta a viñeta. Cabe destacar que, aunque el autor marque gráficamente los momentos en los que se puede interrumpir la lectura, pocos serán capaces de no leer la obra de un tirón. En cuanto a la ambientación, el sintético trazo de Velarde capta a la perfección el Madrid de los´70 y´80, épocas en las que transcurre el grueso de la trama, dándole un plus de veracidad a lo contado que engrandece el resultado final.
Poco más se ha de saber de esta obra: Que nadie busque indagar más en la trama antes de poder abordarla en su sillón favorito. La mejor opción es llegar “lo más virgen posible” a la primera página y disfrutar de un relato que conforme se desarrolla, la tensión e intriga aumentan mientras lo emocional nunca deja de acompañar de soslayo a la trama. Un tebeo que te atrapa y no te suelta en sus 240 páginas, hasta llegar a un “epílogo” magistral. Sin ningún atisbo de duda, “Epílogo” de Pablo Velarde es una buena manera de empezar por la puerta grande un catálogo editorial, el de Nuevo Nueve Editores. Que sirva de prólogo a excelentes obras que le sucedan, tanto de la editorial como del autor.