“Cada vez que muero la tierra me resucita….
Encuentro a mi Geomante y, poco después…
A veces voluntariamente, a veces no…
me veo arrastrado a alguna clase de Cruzada.”
(Gilad Anni-Padda, Eternal Warrior)
Gilad Anni-Padda es uno de los inmortales que pueblan la Tierra. Al igual que sus hermanos Ivar “Timewalker” y Aram, más conocido como Armstrong, Gilad es el Guerrero Eterno. Entre el sentido aventurero de Ivar y el propósito hedonista de Armstrong, la ilimitada existencia de Gilad tiene un propósito más definido: proteger al Geomante, el ser humano que se conecta directamente con la Tierra cada generación, que se puede comunicar y es el avatar del planeta además de su agente protector.
Paradójicamente, el Geomante puede ser el punto más vulnerable en esa línea de defensa. Destruyendo esa figura la Tierra queda vulnerable a cualquier amenaza. El punto de defensa y conexión del planeta con la civilización humana puede ser también el propio talón de Aquiles de la supervivencia del planeta. La Emperatriz Virago, una criatura extraterrestre habituada a destruir mundos enteros en pos de su propia supervivencia, es consciente de ello y sabe que si ataca y destruye a la Geomante actual, la niña Tama, la Tierra caerá y podrá ser destruida. Así comienza “Incursión”, la serie limitada de Valiant Entertaiment obra de Alex Paknadel, Andy Diggle, Doug Braithwaite y Diego Rodriguez, editada este verano en formato TPB por Medusa Cómics.
Lo que pudiera ser la premisa de partida en otras editoriales de superhéroes para un macro evento donde se cruzaran todos los personajes y series, afectando a todas las líneas argumentales en desarrollo, en Valiant acertadamente queda suscrito a una concisa y precisa serie limitada de cuatro entregas. Ello permite que el relato tenga más consistencia en lugar de perder fuerza e identidad en un vaivén de crossovers absurdos. Sí que veremos en estas páginas en algún momento al resto de héroes que conforman el Universo Valiant, pero solo para mostrar al lector la dimensión de la amenaza que supone la Emperatriz Virago y su séquito. El protagonismo va a recaer de forma precisa en la Doctora Mirage y Eternal Warrior, el verdadero protagonista de esta historia junto con la actual Geomante Tama.
La idea inicial de este blockbuster comprimido parte de Andy Diggle («Green Arrow Año Uno», «Shadowman» o «Thunderbolts») y Alex Paknadel («Assassin’s Creed: Uprising», «Arcadia» o «Kino»), siendo este último el encargado de desarrollar el guion en las cuatro entregas que comprende la serie. Paknadel nos brinda un guion preciso y conciso, milimétrico para la extensión de la cabecera. Un ejercicio de síntesis que demuestra que no se necesitan una decena de grapas para condensar un buen relato. Solo ideas claras y precisas, que refuercen la épica de lo que se quiere contar y diálogos que destilen la identidad de las caracterizaciones de los personajes.
Así, ante esta suerte de amenaza existencial que asola a la Tierra y a su Geomante, Eternal Warrior, con la asistencia de la Doctora Mirage, se erigirá en la principal línea de defensa del planeta: Desde la Zona Muerta hasta California, Gilad protegerá a Tama y por extensión a la Tierra de una amenza letal en términos cósmicos: a la altura de un Galactus, un Thanos o un Darkseid. Un villano destinado a tener más recorrido en Valiant, por lo bien planteada que ha sido su caracterización y concepto. De igual modo se percibe en otro personaje que hace su primera aparición en esta aventura: Syntilla, un personaje con una definición compleja que atesora un potencial por desarrollar, a la vista de lo narrado en estas páginas.
En cuanto al apartado gráfico, Doug Braithwaite («X-0 Manowar», «Universo X» o «Justicia») con su estilo detallista y composiciones de página tan resolutivas como espectaculares refuerza la épica de un relato que va creciendo conforme avanzas páginas. Puro crescendo emocionante y aventurero mientras el dibujo de Braithwaite nos muestra mundos exóticos y otros fantasmales. Todos perfectamente en sincronía con el preciso ritmo que atesora el relato. A ello ayuda la excepcional elección de colores de Diego Rodriguez, con la participación en la primera entrega de José Villarrubia y de Leonardo Paciarotti en la última.
El volumen editado en castellano por Medusa Cómics en formato rustica comprende los cuatro números de la serie limitada más un abundante apartado de extras en los que podremos disfrutar del proceso de creación de algunas páginas del relato, lápices y diseños de personajes (Virago y Syntilla) y las portadas principales de Braithwaite, así como de las variant covers que acompañaron a la edición norteamericana en grapa, a cargo de Roberto de la Torre, Ryan Bodenheim con Andrew Dalhouse, Renato Guedes y Tonci Zonjic. Un excelente acompañamiento para una historia muy disfrutable para cualquiera que se acerque a ella, con independencia del grado de conocimiento que se posea del Universo Valiant. Un blockbuster preciso y conciso que nos retrotrae a la mejor épica del género de superhéroes.