They only wanted black and white! Do you see?
Cada vez resulta más complicado mantenerse al día en el aluvión de novedades que nos asalta cada semana en el mundo del cómic. Si nos ceñimos al mercado independiente y de small press, la dificultad aumenta, ya que uno se ve obligado a escarbar bajo la sombra de las majors y el resto de editoriales que se reparten el pastel comiquero. Por suerte, las nuevas tecnologías nos facilitan en cierta medida la labor de encontrar obras remarcables que a menudo carecen de cualquier tipo de publicidad. Siempre que uno sepa dónde buscar, claro. Este es el caso de The Needleman, cómic del ilustrador británico Martin Simpson que ha sido publicado por la editorial Soaring Penguin Press y que es una de esas joyas escondidas a la que voy a intentar arrojar algo de luz.
«The Needleman» nos sitúa en un mundo distópico. Una gran urbe de edificios se alza ocultando el horizonte y aprisionando a los seres humanos, que viven sometidos en una sociedad que les esclaviza. La razón de ser de todo individuo es servir a la Gran Ciudad, convirtiéndose en meras piezas de un mecanismo perfecto. La voluntad queda anulada, así como cualquier atisbo de creatividad o pensamiento lateral es considerado un acto de rebelión. Los encargados de mantener el orden son los Needlemen, grupo que actúa como el brazo ejecutor del poder para que nada ni nadie se salga de las líneas maestras que marca el Gran Controlador. Bajo este panorama, uno de esos Needlemen se ve obligado a seguir la pista de una trabajadora que ha abandonado su puesto. Lo que descubrirá en su persecución será algo que no podía imaginar.
Lo que nos plantea Martin Simpson, por tanto, es una distopía en toda regla, con influencias de numerosas obras de la ciencia ficción clásica tanto a nivel de mensaje como en su parte estética. Se pueden apreciar rastros literarios (Fahrenheit 451 de Ray Bradbury o 1984 de Orwell) en cuanto a la idea principal que permea el cómic, así como retazos de películas como THX-1138 de George Lucas o la Blade Runner de Ridley Scott. Aunque es algo que ya hemos visto anteriormente, la historia de «The Needleman» es muy potente, y Simpson sabe regatear la falta de originalidad ofreciendo un punto de vista diferente. Aquí no vemos la odisea del oprimido, sino que seguimos a un personaje situado en el lado oscuro. La narración me parece brillante en su sencillez, llevándonos a conocer la historia a través del informe que el Needleman presenta al Gran Controlador. Esto le aporta un toque de novela negra a la obra que, mezclado con el trasfondo de ciencia-ficción, la convierte en algo irresistible.
A pesar de estas bondades, probablemente lo más diferenciador de este cómic se nos brinda en su apartado artístico. Martin Simpson pone ante nuestros ojos verdaderas obras de arte en cada viñeta, dotando a su obra de una identidad especial. Con un estilo bastante original, aflora aquí el gran referente visual de «The Needleman», que no es otro que la fantástica película muda de 1927 Metropolis. El clásico film de Fritz Lang, sin duda uno de los más influyentes de la historia del séptimo arte, se deja entrever en cada rincón del cómic, tanto en la industrializada ciudad en la que transcurre la trama como en el diseño art decó de edificios, personajes y vehículos. Todo ello queda envuelto en un tono gris, oscuro, que refuerza esa sensación de historia clásica. Además, Simpson realiza un magnífico tratamiento de la iluminación y el color que, además de abundar en la impresión de una sociedad ficticia distópica y retrofuturista, va a tener una importancia insospechada en la propia trama.
Al final, «The Needleman» se alza como una fábula que, al igual que sus muchos referentes, funciona a dos niveles diferentes. El primero, el más literal, es en el que seguimos una trama casi detectivesca que de por sí supone una formidable crítica a los totalitarismos. El segundo, de contenido más metafórico, insta al lector a no dejarse arrastrar por las miserias mundanas y a adoptar el color como forma de vida, en contraposición al continuo gris con que la sociedad moderna inunda el mundo.
No es de extrañar que «The Needleman» esté apareciendo en varios listados de lo mejor del año, al menos en el mercado independiente. Su brevedad, su mensaje de distintas capas y su increíble arte convierten a esta obra en una de esas joyas que merecen ser leídas.
Podéis encontrar más información sobre «The Needleman» en la tienda de Martin Simpson.