Slam!: Enfrentamientos al choque con la vida… creciendo entre jams

El roller derby puede ser un deporte femenino poco conocido en este país en términos generales, a pesar de que ya se practica en varios puntos de nuestra geografía. Consiste en una realizar una carrera en sentido contrario a las agujas del reloj sobre patines en una pista ovalada entre dos equipos de cinco jugadoras que competirán para que la anotadora de cada equipo, conocida como «jammer», consiga puntos atravesando a las cuatro bloqueadoras del equipo contrario, las cuales pueden impedirle el paso mediante contacto físico reglamentado. La misión de la jammer es conseguir el máximo de puntos en cada carrera – “Jam” – para su equipo. Es un deporte en el que la estrategia, el trabajo en equipo, velocidad y contacto físico están presentes. Donde los golpes duelen, pero la adrenalina estimula a la jugadora… Como en algunas fases en la evolución de una persona.

La guionista Pamela Ribon sabe algo de esto: ha militado en las filas del equipo de Los Angeles Derby Doll. Esta escritora todo terreno – suyos son los guiones del film de Disney “Vaiana” o del best seller de Barbie book “I can be a computer Engineer”, por citar dos ejemplos – sabe dotar de credibilidad los vericuetos de este deporte y lo utiliza perfectamente como contexto para el relato propuesto en Slam!. Una competición deportiva es un escenario ideal para desarrollar historias iniciáticas. En este caso, Ribon lleva su propuesta hacia un relato de crecimiento personal y de amistad de las dos protagonistas, Jennifer Chu y Massie Huff, dos veinteañeras que cultivan su amistad mientras forman parte del equipo de las East Side Roller Girls, y que se mantiene cuando cada una es fichada por otros dos equipos. Así, Jennifer estará en las Pushy Riots y Massie en las Meteor Fights. Y la vida irá pasando entre partidos, moratones y vivencias.

“Una cucharadita de fútbol americano. Una pizca de hockey, añade un buen puñado de golpes y podrás probar el roller derby.”

Las personalidades de Jeniffer y Massie, hábilmente definidas y caracterizadas por Ribon, son totalmente complementarias, estableciéndose una relación orgánica y natural entre ellas. La cual deberá adaptarse a los nuevos cambios que se producirán a lo largo de la trama, ya que, poco a poco, aparecen nuevos elementos y escenarios para cada una de las protagonistas, quienes pese a ser rivales de equipo conservarán la amistad.

El toque naif del arte que aporta Veronica Fish (“Archie”) y su sentido de la narración gráfica nos lleva a una lectura tan ágil en forma como sólida en fondo. Fish demuestra su maestría con un dibujo que precisa de pocos trazos para definir rostros o situaciones, donde menos es más. Composiciones de página que acentúan el ritmo narrativo de la historia, intensificando los momentos de drama y consiguiendo imprimir urgencia en los momentos de partido. Uno de los aciertos de este cómic es la sinergia positiva entre los miembros de este equipo artístico. Puede que esta historia funcionase con otro dibujante. Puede que fuera mejor o peor. Pero le quitaría la seña de identidad gráfica que le ha dado Fish, que define la propuesta tanto como el guion de Ribon. En el mismo sentido se podrían analizar los colores marcadamente pop utilizados por Brittanny Peer, sustituida por Laura Langston en la tercera grapa del arco argumental. No solo el color cumple su función, sino que le da una seña de identidad a la serie.

Estamos, pues, ante una serie que, aunque tenga un público objetivo muy definido por la propuesta que plantea, es perfectamente disfrutable por lectores de cualquier edad por el oficio que exhiben tanto guionista como dibujante. Además, cuenta con rasgos, tanto literarios como gráficos, que la identifican y la distinguen. Y conseguir distinguirse en un mercado tan saturado como es el de los cómics en Estados Unidos ya es un logro.

Los cuatro números de la serie de Boom! Studios se recopilaron en formato TPB para el mercado estadounidense, incluyendo como extras tanto las portadas principales de Veronica Fish como las variantes de Lissa Treiman, Jen Bartel, Vaughn Pinpin y Natacha Bustos. Esta es la edición que ha traído Fandogamia al mercado español en un volumen unitario.

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