“El Joker… Mi peor enemigo… mi adversario… La mayoría piensa que incluso el diablo lo echaría del infierno… Algunos piensan lo mismo de mí…”
No es la primera vez que se dan sinergias creativas entre ambos lados del Atlántico. Ya habido casos previos donde el patrón se repite: un artista consagrado en el mercado de la Bande Dessinée franco-belga desembarca en un proyecto de carácter mainstream para una major estadounidense. Sirva de ejemplo la célebre “Parábola” de Moebius y Stan Lee para Marvel Comics en los años ochenta. Proyectos que, en su mayoría, son puntuales y no ofrecen continuidad pero que brindan auténticas joyas del noveno arte, destinadas a transcender como clásicos. Trabajos “cocinados a fuego lento”, lejos de los plazos tradicionales de la industria americana, que suelen otorgar resultados con altas cumbres creativas.
Enrico Marini es un nombre que no necesita presentación para los aficionados del cómic en general y a la Bande Dessinée franco-belga en particular. Trabajos como “Las Águilas de Roma” o “El Escorpión” son el mejor aval para que los aficionados ya lo consideren uno de los mejores autores de álbum europeo de los últimos años. En ellos se puede encontrar un arte espectacular. Además, como guionista, nos presenta relatos sólidos y solventes, como es el caso de la serie de “Las Águilas de Roma”, donde es autor completo. Así pues, no es de extrañar que la expectación fuera máxima cuando se anunció a mediados del año pasado la producción de “The Dark Prince Charming”, dos novelas gráficas de Batman por Marini como autor completo, coeditadas por DC Comics y Dargaud. El primer volumen se editó en Estados Unidos el pasado noviembre, al igual que la versión francesa en Europa. Para junio está prevista la llegada de segunda entrega.
Autor completo de la obra, Marini ha optado por hacer una historia de género donde los tempos y giros del argumento se ven reforzado por las composiciones de la página. La premisa de partida de este “Oscuro Príncipe Azul” – “Prince Charming” se traduce al castellano como Príncipe Azul, más allá del significado literal de “príncipe encantador – es un enfrentamiento con su peor enemigo, El Joker, en un tono abiertamente marcado de género negro, donde veremos a varios de los secundarios habituales del caballero oscuro. Un reto a resolver que el hombre tras la máscara, Bruce Wayne, lo asumirá como algo personal. Ahí donde el argumento gana enteros por el discurrir de la trama, es donde Marini luce oficio como guionista, planteando el ritmo necesario para que aumente la intensidad en la narración.
En cuanto al apartado gráfico, nos encontramos a un Marini en plenitud artística, tanto en las composiciones de página y ritmo narrativo como con el maravilloso sentido del color y de la iluminación. Una forma de utilizar la paleta de colores poco utilizada en los cómics de superhéroes, con las notables excepciones de Alex Ross, Adam Hughes o Daniel Acuña, por citar algunos nombres de profesionales con personalidad propia en su sentido del color.
Marini nos ofrece viñetas que rezuman arte puro que, lejos de saturar al lector, da como resultado una sinergia positiva exponencial en la narración gráfica. A todo ello, Marini dota de nuevos diseños a los personajes, los cuales, siendo fieles a los cánones del icónico universo del murciélago, refuerzan la personalidad de la obra. Cabe destacar, de entre todos los personajes, a un Joker de la “vieja escuela” que funciona a la perfección tanto en su reinterpretación gráfica como en la caracterización literaria mostrada: un delirante psicópata más cercano al villano de “Una Muerte en la familia” o “La Broma Asesina” que al de las últimas épocas de Grant Morrison o Scott Snyder. Otro elemento a destacar es la excelente ambientación de la obra en una Gotham City totalmente noir, que se erige como un personaje más en las viñetas en las que aparece.
Marini asegura en el prólogo del primer volumen que “no puedes decir que no a Batman”. El autor no solo ha aceptado el reto sino que ha elevado la apuesta al máximo con el magnífico resultado en esta novela gráfica: un excelente ejercicio de estilo en cuanto a guion y un deleite visual en lo gráfico, donde conviven la fidelidad al universo del caballero oscuro y la impronta magistral del autor. Parafraseando a Marini, concluiremos que, efectivamente, si te gustan los buenos cómics, no puedes decir “no” a este Batman.