No cambies nunca: lo extraño es hipnótico

No sé si será vuestro caso, pero como lector de cómics a menudo me veo inmerso en un agobiante aluvión de novedades que, lamentablemente, hace que un gran número de obras queden relegadas en la nunca menguante pila de lecturas pendientes. A veces uno tiene que parar y rescatar alguna de estas obras para darle su merecido vistazo. Para eso la hemos comprado, al fin y al cabo. Este es el caso de No cambies nunca, cómic de David Sánchez publicado por Astiberri que acumulaba polvo en mi estantería hasta que decidí ponerme con él.

nocambiesnunca1Supongo que para ser la primera obra que leo de este autor, no he elegido precisamente la más accesible. Y es que estamos ante un cómic que tira de bizarrismo puro en una serie de tramas inconexas que crean un conjunto desconcertante. Por las páginas de «No cambies nunca» veremos desfilar una galería de personajes y situaciones a cada cual más grotesca, más chocante, más surrealista. Científicos enfrascados en extrañas pruebas con humanos, una pareja que se deshace de un bebé verde, un accidente de coche tras un encuentro con un misterioso ser en la carretera…esto es sólo un pequeño ejemplo de lo que vamos a encontrar en el cómic. La obra está estructurada de manera no lineal. O tal vez sí. La verdad es que se hace complicado hablar de aspectos convencionales en una historia que es cualquier cosa menos convencional. David Sánchez se dedica a desarrollar pequeñas cápsulas de historias que parecen tener una lejana relación entre ellas, aunque esto no queda del todo claro. Tirándome a la piscina, diré que creo que el autor nos quiere hablar de cambios, ya sean físicos o psicológicos, y que se manifiestan de diferentes maneras. El miedo al cambio y sus consecuencias impregnan toda la obra, en la que seremos testigos de unas cuantas mutaciones de diversa índole.

Habitualmente se cita a David Lynch al hablar del trabajo de David Sánchez. Evidentemente, la influencia de Lynch está ahí, pero no es la única. Encontramos en «No cambies nunca» ecos de Quentin Tarantino en lo estrambótico de algunos personajes y situaciones, y de Daniel Clowes o, por qué no decirlo, de Franz Kafka en cuanto al tono esperpéntico y surrealista a un nivel que ataca al subconsciente. El trazo limpio del dibujo y la economía de texto ayudan a que visualmente la obra sea muy cómoda de leer. La dificultad está en otra parte, en nuestro cerebro, y en lo permisivo que éste sea respecto a la incoherencia y la falta de significado.

nocambiesnunca2«No cambies nunca» es un laberinto sin salida en el que el lector se ve atrapado desde el principio. La cuestión es perderse en él voluntariamente o no. Si decidimos dejarnos llevar, podremos disfrutar de una experiencia tan fascinante como irresoluble, lo cual ya tiene su mérito dentro de una industria poco dada a dejar cosas sin explicar. Personalmente aplaudo este tipo de iniciativas arriesgadas que proponen algo nuevo, un tipo de puzzle en el que las piezas nunca van a encajar porque no deben hacerlo. A veces está bien olvidarse de la lógica y dejarse arrastrar a mundos extraños que acarician una parte muy profunda de nosotros, tan profunda que a menudo olvidamos que la tenemos.

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