Little Monsters volumen 1: juego de niños

Eran los últimos niños del mundo, y su existencia se sostenía en una eterna infancia, alimentada por la sangre que necesitaban para sobrevivir. Vampiros, atrapados en un ciclo interminable de soledad y desesperación. Sin embargo, algo estaba a punto de cambiar. Un descubrimiento inesperado iba a sacudir sus vidas de manera irrevocable. La noche en la que todo comenzó fue como cualquier otra, hasta que una presencia desconocida se hizo sentir entre las sombras. Un ser que no pertenecía a su pequeño grupo, un intruso en su mundo de oscuridad. El cambio llegó de noche, como un susurro en la brisa, imperceptible pero inevitable. Comenzó con uno solo, pero se extendió como un fuego voraz, consumiendo todo a su paso. Un acontecimiento tan perturbador que dividió al grupo, sembrando la discordia entre ellos y llevándolos por caminos oscuros y peligrosos.

Little Monsters”, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen, nos lleva a un escenario postapocalíptico donde la humanidad ha sido diezmada por una enfermedad mortal. En medio de las ruinas de lo que alguna vez fue una civilización floreciente, un grupo de niños sobrevive, pero no son niños comunes y corrientes. Son vampiros, condenados a una infancia eterna y a una sed insaciable de sangre para mantenerse vivos. Esta premisa nos lleva a pensar en la clásica novela de Wiliiam Golding, «El Señor de las Moscas«, donde un grupo de niños se ve abandonado en una isla desierta y, sin la supervisión de adultos, sucumben a sus instintos más primitivos. Aquí, la analogía es clara: los niños vampiros, al igual que los náufragos, se enfrentan a la necesidad de establecer un orden en un mundo sin reglas, donde la supervivencia es la única ley que rige. En un mundo donde los recursos son escasos y la competencia es feroz, cada niño vampiro lucha por asegurar su lugar en la jerarquía del grupo. La sed de sangre se convierte en un símbolo de poder, y aquellos que son capaces de satisfacerla ejercen un dominio sobre los demás, despertando los instintos más oscuros y primitivos.

Aunque Jeff Lemire, (“Cazarranas” o “Efimeras”) transite entre géneros diversos como el drama, la ciencia ficción o el terror, sus historias siempre pivotan sobre temas recurrentes: la vida rural, el estancamiento personal y los traumas. Lemire se sumerge en la psique de sus personajes, explorando sus conflictos y relaciones interpersonales, aspecto en el que destaca como escritor. En esta obra, los vampiros son solo «la forma»; la narrativa se centra en la pérdida de la inocencia y en el proceso de maduración de los jóvenes protagonistas. Aunque lo hace con maestría, la trama avanza a un ritmo pausado, lo que puede resultar tedioso para algunos lectores. Sin embargo, la premisa es atractiva, los personajes están bien desarrollados y se genera una dosis adecuada de intriga y tensión, lo que invita a seguir leyendo el siguiente volumen.

En cuanto al aspecto visual, Dustin Nguyen recuerda a su trabajo en «Descender«, pero con un estilo que le otorga una identidad propia a «Little Monsters». Su trazo característico se mantiene, recordándonos a sus diseños anteriores. Sin embargo, opta por un estilo completamente diferente: mediante entintado y negros intensos, combinados con grises construidos mediante tramas digitales, lo que confiere a la obra una apariencia que la hace característica. El uso del blanco y negro, con toques de rojo para resaltar la sangre, crea así una atmósfera que potencia el contraste con el monocromo predominante.

Publicado en Estados Unidos en Image Comics, la serie consta de 13 números. La edición en castellano, a cargo de Astiberri, se aglutina en dos tomos. El primer volumen que hoy nos ocupa incluye los seis primeros números de la serie. 152 páginas en formato cartoné, con traducción de Santiago García, que cuenta además con una galería de portadas alternativas realizada por Jeff Lemire, Doug Mahnke, David Baron, Tonči Zonjić, Andrea Sorrentino, Raúl Allen, Nicolas Nemeri y Jay Stephens. Aunque esta vez la obra no comienza con la misma fuerza y dinamismo que sus trabajos anteriores, la habilidad del autor canadiense para desarrollar personajes y el arte de Nguyen aseguran que la serie supere las expectativas. Aunque quizás no genere el mismo entusiasmo que sus proyectos previos, la promesa de un segundo y último volumen despierta un gran interés entre los que seguimos a estos autores. Al final, y como se demuestra en este primer volumen de “Little Monsters”, la química entre Lemire y Nguyen es innegable, y su colaboración continúa demostrando que son un tándem creativo a tener en cuenta en el mundo del cómic.

Deja un comentario