Green Lantern: Vuelta a la acción. Amanecer en verde

Quien ya conozca el género de superhéroes norteamericano ya sabe que, de vez en cuando, la mayoría de los personajes pasan por un reinicio que permita dar paso a una nueva etapa. Este ejercicio, normalmente llevado a cabo por un nuevo equipo de autores, supone una oportunidad comercial de relanzar la serie, por la facilidad que ofrece a nuevos lectores de apuntarse a seguir la serie sin necesidad de saber mucho del pasado reciente publicado. En esencia se conserva lo básico del personaje y se adereza bien con un nuevo landscape, bien con nuevos retos (o no tan reiterados últimamente) que ha de asumir el protagonista.

Ciertamente es una operación que puede implicar dar nuevos brios tanto a cabecera como personaje. A nivel comercial, la jugada es obvia. A nivel artístico también, pues supone la posibilidad de llevar la serie a terrenos más frescos. Y eso era lo que le hacia falta a Green Lantern, pues llevaba tiempo, mucho tiempo, en pastos más que trillados. Con la salvedad de lo realizado por Grant Morrison (que fue excitante pero no convincente), desde que Geoff Johns dejo las riendas argumentales de los guardianes esmeraldas, la luz del Green Lantern fue perdiendo fuerza y brillo, hasta quedarse en una comparsa (con la excepción antes citada de Morrison), quedándose en un leve destello de lo que fue, cuya supervivencia respondía más a una inercia que a una verdadera fuerza creativa.

Quizá por ello, el «amanecer de DC» (“Dawn of DC”), tras las “Crisis Oscuras”, fue el momento propicio para intentar dar frescura a la cabecera tras años de navegar en la rutina. Para ello, la “Distinguida Competencia” comenzó una nueva era. Una en la que Xermánico asumiría el reto de volver hacer brillar la luz en las páginas de Green Lantern y en las que Jeremy Adams ha demostrado tener el revulsivo argumental que necesitaba la serie.

You can´t allways get what you want” canta Mick Jagger en el clásico de los Rolling Stones, Y eso pasó en DC cuando, tras haber anunciado a Mariko Tamaki como la guionista de la nueva etapa, hubo un baile de ultima hora, pasando el testigo a Jeremy Adams, que ha demostrado lo cierta que es la siguiente estrofa de esa canción:

But if you try sometimes you just might find, uh, mm

You get what you need

Y es que eso es lo que necesitaba un personaje como Hal Jordan, el primer Green Lantern de la Silver Age (Antes ya estaba Alan Scott): Tramas y argumentos eficaces mezclados en un justo equilibrio entre su esencia conceptual y la frescura de andar sin pesos muertos del pasado. Jeremy Adams brinda ese tipo de entretenimiento con sus guiones: algo fresco, que si bien en esencia no cuenta nada nuevo, pero lo reviste de una aparente ligereza que entraña la síntesis de lo que implica un relato de cualquiera que lleve un anillo esmeralda. Con sutiles guiños al pasado y con el objetivo de que cualquiera que lea este arco tenga una buena dosis de espectáculo y empaque, aunque no tenga ni idea de donde está Oa.

Por eso, el título que ha elegido panini para su edición en castellano es muy acertado: “De vuelta a la acción”. En primer lugar, sirve como un excelente punto para comenzar a adentrarse en el personaje, ahora que está recluido en esta tierra que está aislada del resto universo, en una cuarentena espacial impuesta tras los sucesos de las “Crisis Oscuras”.

Más que un problema para Hal, será una oportunidad donde volverá a hacer gala de su fuerza de voluntad, pintada, como no podía ser de otra manera en el Universo DC, por el verde de los constructos que crea de su anillo. Una fuerza de voluntad marcada por el trazo de Xermánico, que brinda páginas cargadas de gran fuerza, aplicando el sentido de maravilla de ciencia ficción que implica un buen tebeo de Green Lantern, pero también cuidando rostros y encuadres en momentos de introspección. Consiguiendo así el equilibrio entre lo espectacular y lo íntimo que gráficamente “da acción” a las seis primeras entregas de la cabecera. Con la excepción de la última, que comparte el dibujo con Scott Godlewsky, el dibujo de todo el arco argumental es suyo, así con las portadas principales de la serie, volviendo a demostrar que su lapiz es uno de los que mejor entiende lo que implica la luz y el poder de Green Lantern. De idéntica manera que Romulo Fajardo Jr, que se revela como el socio ideal al color para tebeos de estas características.

Recuperado este arco para el mercado español por Panini en un único volumen: “Green Lantern. Vuelta a la acción”, se completa con “Kinght Terrors: Green Lantern #1 y #2”, a cargo del propio Adams, Eduardo Pansica, Jordi Tarragona, Julio Ferreira y Luis Guerrero , que establecen una entretenida historia principal en dos actos junto al relato breve centrado en Sinestro, que sirve de antesala al #3 de la cabecera principal, obra de Alex Segura, Mario “Fox” Focillo y Prassad Rad “Pressy”. Relatos menores, pero que funcionan tanto en su contexto del crosover donde se encloban (“Knight Terrors”) como en su papel de funcionales complementos del tomo editado por Panini en rústica.

Pero lo esencial de las 216 páginas de “Green Lantern: vuelta a la acción”, traducidas por Gonzalo Quesada, son las seis entregas de la serie principal y lo que han dejado ahí Jeremy Adams, Xermánico y Romulo Fajardo Jr.  Unas que engloban una autentica “vuelta en verde”, fresca y solvente. Quizá en el futuro estos cómics se recuerden dentro de la ya larga historia de Green Lantern. Eso el tiempo lo dirá. Por el momento, ya se puede afirmar que han devuelto la frescura a los portadores del anillo tras muchos años de rutina. Y eso ya es mucho.

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