
Tras acompañar a Hellboy en “El regreso de Effie Kolb”, Sara May Blackurn demostró un potencial que Mike Mignola no ha dejado escapar. La niña vidente podía protagonizar sus propios relatos y eso es lo que es “Un castillo lleno de pájaros negros” (“Castle Full of Blackbirds”), recién editado por Norma.
Para la ocasión, Mignola se ha acompañado de Angela Slatter, Valeria Burzo y Michelle Madsen para componer una historia de iniciación. La que va a protagonizar Sara May, pues va a ingresar en una extraña escuela femenina, la Linton. Allí, tutelada por la señorita Brook, adquirirá nuevas habilidades sobrenaturales mientras que descubre un misterio en torno a la institución. Uno que puede entrañarle un serio problema…

Esta aventura sobrenatural se compone, como los cuatro elementos, de idénticas entregas. Todas separadas en la edición española por las excelentes portadas que Wylie Beckert realizó para la edición en grapa estadounidenses. Oscuras y mágicas – y con ecos victorianos – cada una de estas “covers” sintetizan con acierto lo que aguarda a continuación. Un relato sobrenatural de misterio, con varios elementos que beben de lo popular, combinados con los propios del universo Hellboy.
Así ha construido el guion Angela Slatter, lleno de sutilezas y que se apoya en todo momento en el arte de Valeria Burzo, que despliega el verdadero punto fuerte del cómic. En sus viñetas y páginas es donde reside la esencia de este castillo, bien reforzado por los colores de Michelle Madsen. Con esos parámetros discurre esta historia de recorrido ligero, pero con grandes detalles y recursos propios de las historias sobrenaturales.

Las 112 páginas que componen la edición española de “Un castillo lleno de pájaros negros”, traducidas por Héctor Lorda, se leen solas. En el sentido de lo accesible que es el relato planteado. Uno que puede ser disfrutable tanto por el aficionado al universo de Hellboy como para el profano.
Al cerrar el volumen, su recorrido deja la sensación de una mera aproximación a lo que se puede hacer con un personaje como Sara May Blackurn, quizá por lo mucho que se sugiere en estas páginas. Señal de que hay un “Background” importante en su construcción y que, quizá, solo hemos visto la punta del iceberg con esta aventura. El tiempo dirá si Mignola decide explorar más relatos de este personaje, pero da la sensación de que Sara May puede convertirse, si se sigue por esa senda, en otro distinguido secundario del universo de Hellboy.
