Superman: El Mundo. Recorriendo el planeta tierra con el primer superhéroe

Desde que Batman inauguró el formato “El Mundo” (“Batman: The World”) en 2021 la idea de DC comics resultó tan interesante como, intuimos, rentable: agrupar en un mismo volumen equipos gráficos de diversas nacionalidades para que cada cual diera su versión del personaje elegido, resultando un collage tan variopinto como atractivo, que se publicaba, además, en todo el planeta a la vez, a través de las distintas editoriales licenciatarias de la “Distinguida Competencia”.

Sin embargo, el experimento no tuvo continuidad hasta el año pasado, donde el personaje elegido se mantenía en el entorno de «El Caballero Oscuro«. Coincidiendo con el estreno de “Joker: Folie à Deux”, “Joker: El Mundo” (“Joker: The World”) hacía acto de presencia de forma internacional. Del mismo modo, este año, al calor del estreno cinematográfico de la película de “El Hombre de Acero”, el verano ha traído consigo “Superman: El Mundo” (“Superman: The World”), cuya edición en castellano ha corrido a cargo de Panini.

En ella, al igual los volúmenes precedentes dedicados a Batman y Joker, varios artistas se varias nacionalidades se dedican a dar su versión sobre el personaje elegido para la ocasión. Un personaje, en este caso, que merecía un volumen así por derecho: Superman, creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, es quien inauguró el género de superhéroes. Un género asociado indisolublemente al cómic y que ha permitido construir una moderna mitología pop ya arraigada a la cultura popular universal, que ha trascendido el siglo XX donde nacieron. En cualquier parte del planeta se conocen muchos de los superhéroes que han protagonizado aventuras en innumerables cómics. Entre los más citados: Clark Kent, Superman: el ideal de la esperanza y de la búsqueda de la bondad, que ha ya trascendido los “valores americanos” para portar una serie de ideales universales de bonhomía. Todo en una suerte de ficción esperanzadora, que ilumina con sus aventuras muchas lecturas.

Por ello, y con independencia de la coyuntura cinematográfica, la aparición de “Superman: El Mundo” nos sugiere una suerte de justicia poética en dos sentidos. La primera por justicia editorial, porque un volumen así lo debía protagonizar el primer superhéroe. La segunda, más metafórica y quizá más como una respuesta al contexto internacional, porque en tiempos oscuros (solo hay que ver las noticias nacionales e internacionales y las decisiones y exabruptos que manifiestan muchos líderes de cualquier parte del mundo), es buena una dosis de esperanza y fe en lo bondadoso, aunque sea desde la ficción. Porque , en caso de que Superman existiera: ¿Qué haría, por ejemplo, en torno al genocidio de Gaza? ¿Y ante la guerra de Ucrania? Las respuestas, por obvias, las dejamos en el aire.

Volviendo al volumen que nos ocupa, las 216 páginas que nos esperan hacen justicia al último hijo de Krypton con quince relatos que dan, en su mayoría, la medida exacta de lo que este personaje significa. Nombres como Dan Jurgens, Lee Weeks, John Kalisz, Jorge Jiménez, Alejandro Sánchez, Marco Nucci, Fabio Celoni, Stevan Subić, Dr. Ejob Gaius, E.N. Ejob, Coeurtys Minko, Rana Daggubati, Sid Kotian, Mauro Mantella, Agustín Alessio, Germán Nobile, Ethem Onur Bilgiç, Sylvain Runberg, Marcial Toledano Vargas, José Robedo, Jefferson Costa, Bartosz Sztybor, Marek Olesksicki, Bernardo Fernández, Flix, Štěpán Kopřiva, Michal Suschánek, Satoshi Miyagawa y Kai Kitago, aportan su visión de “El Hombre de Acero”, componiendo un mosaico variopinto e irregular, pero en todo caso valioso en cada una de sus partes. Las cuales iremos desgranando a continuación.

Abre el volumen “Dispara primero, pregunta después”, donde Dan Jurgens, Lee Weeks y John Kalisz llevan a Superman al encuentro de un alien que ha aterrizado en nuestro planeta. Ante la agresividad del ejercito terrestre, Kal-El soluciona el enfrentamiento con lucidez e ingenio. Sin necesidad de causar agresiones. Jurgens, gran conocedor del personaje, firma una fábula luminosa ante lo bélico y la hostilidad frente a lo desconocido, que Lee Weeks perfila con la habitual perfección que nos tiene acostumbrados, mientras John Kalisz potencia con su color lo contado.

Éste es un ejemplo, entre otros muchos, de lo que sobrevuela en este libro: la elección de la luz frente a la oscuridad como eje central. Un tema que también ha puesto en primer lugar Stevan Subić en “Elijo proteger la luz”: un solvente relato que asume como autor completo, donde además de la elección que manifiesta el título un viejo conocido czardiano del universo DC hará su acto de aparición.

Otro recurso utilizado por varios autores en este volumen es confrontar a Superman con iconos culturales de sus respectivos países. Así Marco Nucci y Fabio Celoni llevan a Clark y Lois a enfrentarse al infierno de Dante Alighieri en “El Infierno de Superman”, mientras que Štěpán Kopřiva y Michal Suschánek nos presentan a un Superman del futuro en un relato en el que Frank Kafka es el gran ausente, por la cantidad de referencias del autor checo que hay sembradas en “Si el nihilismo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?”.

Otros autores han optado porque el primer mito superheroico se encuentre con mitos antiguos o populares, en una suerte de crossovers funcionales que resultan efectivo por el contraste que desprenden: Es el caso de “Ser un héroe”, de Rana Daggubati, Sid Kotian; “El héroe y el toro”, de Ethem Onur Bilgiç, “El manto rojo” de Jefferson Costa, “Marzanna” de Bartosz Sztybor y Marek Olesksicki; o “A la izquierda del colibrí”, de Bernardo Fernández. Relatos que, si bien parten de un mismo tronco común conceptual, manifiestan sus diferencias tanto en desarrollo, forma y fondo, enriqueciendo el resultado global del tomo.

También hay espacio para aventuras más superheróicas, sin que el peso cultural del país donde se hace el cómic tenga tanta importancia, como es el caso de “La última semilla de Krypton”, una solvente aventura de ciencia ficción a cargo de Mauro Mantella, Agustín Alessio y Germán Nobille.

En este apartado también cabría citar a “El carro de los Dioses” de Dr. Ejob Gaius y E.N. Ejob, (Coeurtys Minko se ha encargado exclusivamente de la portada de la edición nacional del volumen), que si bien utilizan elementos que remiten a lo autóctono solo son atrezo para un relato de aventuras en esencia.

Como verso suelto queda la aportación japonesa: “Superman vs Meshi”, de Satoshi Miyagawa y Kai Kitago, que es un fragmento del manga del mismo título. Con clave de humor aquí nos encontramos una original e ingeniosa historia en la que el hombre de acero va a descubrir la gastronomía japonesa, quedando prendado de ella.


Del mismo modo, el recurso de unas vacaciones está presente, como son las que se toman Lois y Clark en la ciudad de la luz en “Superman en París”, la aportación francesa con guion de Sylvain Runberg y los españoles Marcial Toledano Vargas y José Robledo. En el caso alemán, Flix brinda uno de los puntos álgidos del volumen, en una divertida historieta que es un deleite leerla y contemplarla: “Hombre de Kruppstahl”.

Entre tanto y bueno que hay en el volumen, cabe destacar la aportación española por fresca, solvente y, por que no decirlo, entrañable. Nos referimos a “Superman en Granada”, de Jorge Jiménez y Alejandro Sánchez, que hemos reservado para el final de este análisis. Un relato breve en el las riendas son asumidas por el artista granadino, uno de los habituales que ha dibujado a Superman en los últimos años, además de a Batman y a los hijos de ambos (en la serie más fresca del rebirth de DC de la pasada década : “Superhijos” (“Supersons”)). Jiménez aprovecha la ocasión para llevar al primer superhéroe a su ciudad, Granada. Y lo hace con desparpajo y frescura, en una historia breve y divertida, en el que lo heroico convive con situaciones más terrenales, mientras se nos pasea por algunos de los lugares más emblemáticos de “Graná”. Queda así una historieta amable, pero sólida, en la que los que hemos tenido la suerte de recorrer las calles de la ciudad andaluza y sus monumentos la reconocemos en las viñetas. Unas que se intuye guionizadas y dibujadas con cariño y mimo por Jiménez y coloreadas por un efectivo Alejandro Sánchez, en la que lo fantástico y lo real maridan a la perfección en un canto de amor tanto al personaje como a una de las ciudades más bellas de la península ibérica.


Conscientes de la joya que es “Superman en Granada”, Panini lo ha editado en formato grapa en una edición que, junto a la historia, se complementa con bocetos de las páginas que componen el relato, a una entrevista al propio Jorge Giménez a cargo de Lidia Castillo, que firma además un acertado texto que cierra la grapa. Todo aderezado por la cubierta dibujada por Jorge Jiménez, quizá la más sobresaliente de todo lo que implica “Superman: El Mundo”.

Una grapa que es toda una delicatessen para coleccionistas y que complementa al volumen principal, donde también figura esta historia, pues es una de las partes esenciales de “Superman: El Mundo”. Traducido por Gonzalo Quesada y con un epílogo firmado por David Aliaga, recorrer sus 216 supone una metafórica vuelta al mundo en quince relatos, todos con Superman como protagonista. Todos desprendiendo luminosa esperanza en sus viñetas. Pues esa es la esencia de “el hombre de acero”, hábilmente capturada en quince países de este mundo necesitado de luz ante tanta oscura agresividad.

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