“Durante veinticinco años, André y yo hablábamos regularmente para mantenernos informados sobre el progreso del álbum. Sé que dio lo mejor de sí hasta el final, y «Firmado Orlik» («Signé Olrik») seguirá siendo su testimonio. Promocionar este nuevo álbum en solitario será una experiencia difícil para mí, porque normalmente era un momento especial cuando André y yo nos reuníamos para hablar del futuro de la serie mientras tomábamos un buen whisky por la noche, después de las sesiones de firmas.”

Son palabras de Yves Sente hablando de su socio gráfico, el elegante André Juillard (París, 9 de junio de 1948-31 de julio de 2024), cuando el 31 de octubre del pasado año Dargaud estrenó en el mercado franco belga su última colaboración “Blake y Mortimer, Firmado: Orlik”( “Blake & Mortimer – Tome 30 – Signé Olrik”), el álbum póstumo de Juillard que supone el final de la fructífera colaboración con Sente manteniendo el “savoir faire” con los personajes creados por Edgar Pierre Jacobs.

Ambos demostraron que Phillip Mortimer y Francis Drake estaban en buenas manos con los álbumes que llevaron a cabo. “Firmado: Orlik” es ejemplo de ello, un notable resultado cuya gestación nos remite a Juillard. Y que Sente resume bien en estas declaraciones publicadas por Dargaud en su página web:

«El tema del álbum surgió de una idea de André. Un día, me envió un dibujo en el que Philip Mortimer le explicaba a Francis Blake que Cornualles podría ser un buen escenario para una de sus aventuras. «Sí, pero eso lo decide nuestro amigo Yves», respondió Blake. André había añadido, debajo de su dibujo: «¿Qué te parece?».

Esa ilustración, que acompaña al presente texto, apareció en la monografía dedicada a Juillard por Philippe Tomblaine en 2018: “Juillard : dessins d’histoire”, editadas por Le Troisième Homme. En ese dibujo está el origen de este álbum, que acaba de publicar Norma en castellano con traducción de Diego de los Santos.

Yves Sente aceptó la sugerencia de su socio y conformó una aventura notable de los entrañables gentlemen creados por Jacobs. Una que los lleva a Cornualles para conformar un relato con ingredientes notables de intriga marca de la casa, en la que el mito artúrico, la inmigración y el nacionalismo de Gales confluyen en una aventura con sabor clásico e imperecedero.

Sente vuelve a demostrar su magistral oficio para realizar guiones sólidos, sembrando con efectiva fortaleza los elementos de la intriga y combinándolos con acción. Reservando momentos estelares a los protagonistas, tanto por separado como conjuntamente, teje una aventura de una pieza. No sabemos si el guionista tenía la sensación de final que podría implicar de este trabajo cuando lo escribió. Lo que si hemos podido comprobar con su lectura es que es un guion a la altura de lo que supone este álbum: el broche de oro a su estupenda etapa con Juillard llevando los mandos de una de las series más célebres de la Bande Dessinée franco belga.

En cuanto al trazo de Juillard, magnífico hasta el final, conforma unas páginas maravillosas que suponen no solo una despedida, sino el ejemplo de su maravilloso legado como dibujante y del virtuoso estado de forma que conservó siempre. Consiguió con Blake y Mortimer algo muy difícil de hacer cuando se asume dibujar a unos personajes icónicos: mantener el espíritu gráfico de Jacobs a la vez que su estilo propio. Nuevamente ocurre así en “Firmado: Orlik”, donde la portada del tebeo sirve de ejemplo. Muchos dicen que, después de Jacobs, nadie supo sacar tanto partido a Orlik como Juillard. Baste ver aquí al villano de la serie para comprobarlo.

Quedan en este cómic sensaciones encontradas. La primera es dolorosa e inevitable: es el último trabajo de Juillard y eso apena. Los ya que los conocimos décadas atrás con “Las siete vidas del Gavilán” nos quedamos huérfanos de su claridad y limpieza de trazo. No habrá más páginas nuevas, pero queda un amplio trabajo, el de toda una vida, que merece no solo ser recordado, sino ser celebrado. Un legado que, hasta la última página ha sido notable, como se puede comprobar en “Firmado: Orlik”.