
“Do the town tonight
I’m going in at Sin City”
AC/DC – Sin City (Angus Young / Bon Scott /Malcom Young)
Si a comienzos de los noventa Frank Miller se hubiera retirado, lo habría hecho tras imprimir su nombre con letras de oro en la industria del cómic norteamericano. Su reinvención de Daredevil es la causa para que este personaje mantenga su longevidad, pues todos los conceptos que introdujo en Matt Murdock son los que le han dado el vigor editorial décadas posteriores. Del mismo modo que, a día de hoy, es casi imposible referirse a Batman sin citar algunos de los cómics que creo Miller con “el cruzado de la capa”: “El regreso del Caballero Oscuro» y “Batman Year One” forma parte de lo mejor que se ha hecho a lo largo de las casi nueve décadas que cuenta con vida Batman. En Marvel, el “Born Again” de Daredevil es otra de las cumbres de la historia de la “Casa de las ideas”. A ello súmese haber creado a la magnética Elektra, demostrando que solo el sabe sacarle el mayor de los partidos artísticos, como ya se vio en su primera etapa con «el demonio de la cocina del infierno” o en las sublimes “Elektra Asesina” y “Elektra Lives Again”. A eso súmese el notable relato de ninjas ambientado en el futuro que es “Ronin” o la saga de Martha Washington y queda una colección de trabajos sobresaliente. De lo más alto en términos artísticos que se ha llevado a cabo en la industria del cómic norteamericano. Pero, parafraseando a Frank Sinatra… “The best is yet to come”.
Y llegó.
En abril de 1991, la ciudad del pecado abría sus entrañas en el “ Dark Horse Presents, Fifth Anniversary Special”, con el primer capítulo de “El duro adiós” (The Hard Goodbye”). Un año después, En junio de 1992, aparecía en castellano en la mítica revista “Cimoc”. En España era el verano de las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla. Eventos que parecen quedar muy lejos. Sin embargo las páginas de este cómic no. Si tienes los años suficientes para haber leído esas primeras ediciones, sonríe, porque puedes decir que estuviste ahí. En el momento en el que Frank Miller elevó el listón del tebeo comercial como nadie jamás lo ha hecho. Porque durante los años que Miller nos mostró los bajos fondos de «Sin City» ya nada volvió a ser igual.

El primer paso fue “El duro adiós”, un thriller de serie negra compacto como una roca. Donde podríamos hablar de un gran aprovechamiento del género por parte de Miller, sabiendo sacar el máximo jugo a lo escrito por, entre otros, Raymond Chandler, Dashiell Hammett o Donald E. Westlake. Tipos duros y mujeres fatales. La ciudad como duro e inhóspito telón de fondo. Una jungla de asfalto donde las debilidades humanas se explotan económicamente entre strip clubs, alcohol y negocios que están en cualquier lado de la Ley. Da igual, son negocios y son rentables.
“Camina por el callejón correcto en Sin City y podrás encontrar lo que busques.”

Es en ese contexto conceptual donde “Sin City” se edificó. Pero es mucho más que una recreación de género, “Sin City” es algo único por ser algo nunca antes visto. Por esa voz en off que Miller maneja como nadie en sus tebeos. Y por, sobre todo, el culmen narrativo que suponen estas páginas, que destilan una coreografía perfecta de encuadres y composiciones. Con un ritmo compacto y preciso, donde el negro de las tintas importa tanto como el blanco de cada página, seduciendo ambos a quien lo lea mientras Marv, el protagonista de “El duro adiós”, se cobra su venganza.
En resumidas cuentas, este tebeo solo nos contaba una venganza. Pero la forma de hacerlo, introduciéndonos a la vez en el universo gráfico de “Sin City”, subyuga a cualquiera que guste de un buen tebeo. Por lo bien construido y su elegante recorrido, donde el encuadre importa tanto como el golpe que se muestra. Páginas de acción que siguen vibrando. Escenas sensuales que mantienen intacto su encanto. Bañando en blanco y negro. Cuando uno es grande y tiene claro como hacer un buen tebeo.
No necesita más.

Apelando a la víscera, al instinto.
Mostrándolo con la elegancia y dureza. Porque se puede ser ambas cosas a la vez en el caso de Miller. Por hacer, no tebeos, sino clásicos. Y sin City lo es. Por todo ello, es de celebrar la nueva edición de la mejor obra de Miller en castellano que acaba de comenzar Norma, con el recién estrenado “El duro adiós” en un formato colosal, de 22 por 29,5 cm, que es un deleite para los fans de la serie.

El lanzamiento cuenta con dos tipos de edición, en cartoné y en edición de lujo. La más selecta viene con un cofre forrado en tela impresa y un portfolio con la lámina de la nueva ilustración de Frank Miller realizada para la ocasión, desde la que Marv nos mira de reojo. Hernán Migoya se ha encargado de firmar una nueva traducción que captura todo el espíritu de serie negra del original.
En ambas ediciones, además, el volumen cuenta con ilustraciones a cargo de Joyce Chin, Amanda Conner, Klaus Janson, Paul Pope, Philip Tan y Gerardo Zaffino como extras, aunque el broche más jugoso es el que brinda el propio Miller: una selección de ilustraciones, portadas, bocetos inéditos y páginas preliminares que son una delicatesen.

Hay que dar, pues, una cálida bienvenida a “El duro adiós”, pues esta no es solo la enésima reedición de un material de primera: Este es el comienzo de lo que va a ser la edición definitiva del clásico. Y es que Marv nunca lució tan bien como es este gran formato.
“Joder. Que bien sienta estar vivo”
